‘La conquista de la democracia’: las luchas que sembraron la «semilla» del fin del franquismo

Impulsado por Nicolás Sartorius y Fernando Galindo, el documental de seis episodios que en su estreno vieron 400.000 personas, trata de explicar en RTVE que la Transición no fue una mera cuestión de los políticos, sino que fue impulsada por la movilización social

El rincón de pensar – Nicolás Sartorius: «El binomio ciencia y democracia es el que puede salvarnos»

Aún quedaban 19 años para la muerte del dictador, pero en 1956, las primeras protestas universitarias contra el régimen de Francisco Franco abonaron “el terreno” para que las universidades se convirtieran “en uno de los semilleros de la actividad antifranquista”. En 2025, el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza Alberto Sabio, utiliza 69 años después esas palabras para explicar a sus alumnos el impacto a largo plazo que tuvieron para la recuperación de las libertades en España las movilizaciones que protagonizaron varias decenas de estudiantes que “pedían democracia y hacían el llamamiento para una huelga de 48 horas”. Aquellos universitarios, explica, 20 años después coparon los colegios profesionales que ante la prohibición de los sindicatos constituían la única forma de colectividad de cada gremio. Y desde esas agrupaciones “impulsaron” la democracia.

El frente universitario representa solo una de las luchas de la sociedad civil que junto al cambio político –la tan mentada Transición– contribuyeron al final de la dictadura. Todo lo que ocurrió especialmente en la Universidad Complutense de Madrid protagoniza uno de los últimos capítulos emitidos de la serie La conquista de la democracia, producida por RTVE y Tevescop, que lleva emitiéndose con éxito desde marzo en La 2 (los jueves a las 22.00 horas) y que también puede verse en la plataforma RTVE Play. El primer episodio logró en su estreno un 3,5% de ‘share’, una audiencia media de 400.000 espectadores y 1.358.000 contactos.

“A la gente se le ha venido a decir que la democracia se la han dado, pero no, hubo una lucha tremenda”, trata de explicar en las últimas semanas uno de los creadores de la producción, el abogado Nicolás Sartorius. Junto a Fernando Galindo y seis directores de renombre, uno por cada episodio (Arantxa Aguirre, Ángeles González Sinde, Azucena Rodríguez, Imanol Uribe, Tania Balló y Manuel Gutiérrez Aragón), el histórico sindicalista ha recopilado de forma meticulosa archivos audiovisuales e imágenes inéditas para explicar que “la democracia se conquistó” y no fue un “regalo”. En declaraciones a elDiario.es, Sartorius asegura que “se dio una versión elitista” de la Transición, que ha llevado a distintos sectores a menospreciar ese momento. “Siempre se ocultó que la clave fue la movilización. Es evidente que hubo acuerdos políticos, pero todo eso pudo hacerse por la movilización ciudadana”, remarca.

El objetivo del documental es divulgativo pero también pedagógico. Por un lado, trata de suplir la ausencia de contenidos formativos sobre la Transición y la recuperación de la democracia de los contenidos de numerosas escuelas del país. Además, trata de hacer frente al revisionismo histórico que incluso ha llegado a las instituciones de la mano de fuerzas de extrema derecha como Vox que, tal y como señala Sartorius, “dicen que el franquismo era una especie de maravilla”.

La obra audiovisual transita de las universidades a las huelgas de las grandes fábricas, pero también de las disidencias democráticas dentro del Ejército, el campo, las luchas vecinales, el feminismo o incluso los movimientos LGTBIQ+. “La ignorancia de lo que ocurrió es tan abismal que entiendo el interés. Nadie sabe, por ejemplo, que durante la Transición hubo muertos, huelgas o que el metro de Madrid se tuvo que militarizar”, rememora Sartorius.

El protagonismo del pueblo

Franco murió el 20 de noviembre de 1975 –“Pero ahí todavía no comenzó la democracia”, apostilla Sartorius– y a partir de ese momento se sucedieron distintos acontecimientos políticos que sí suelen estar en los libros de historia, como Ley para la Reforma Política de 1976, las primeras elecciones democráticas de 1977 de las que salieron las Cortes constituyentes y, finalmente, la aprobación de la Constitución de 1978 que constituyó España en una democracia parlamentaria. Pero el mensaje en el que trata de hacer hincapié el documental es que todos esos hitos políticos no hubieran podido realizarse sin la presión social que, principalmente desde la clandestinidad, luchó y trabajó para esa conquista de los derechos políticos y las libertades.

“Hubo que luchar mucho para abrir el camino hacia los acuerdos y hacia la libertad de la democracia”, apunta Sartorius, que atribuye a “los movimientos sociales y a los obreros” la llegada de “la democracia a España”. “A nosotros la democracia no nos la daba nadie, ni dioses, ni reyes, ni tribunales”, remarcó el pasado febrero, durante el multitudinario acto de presentación del documental que tuvo lugar en el Teatro Monumental de Madrid. Allí insistió en que fue “la gente” de la calle, y no solo los políticos, los que fueron los “protagonistas” de aquel momento histórico.

Hasta la fecha, RTVE ha emitido los cuatro primeros capítulos, que también están disponibles en la web y app de la corporación pública. El primero lleva como título ‘Se hace camino al andar’ y ha sido dirigido por Arantxa Aguirre, que cuenta con un notable palmarés de condecoraciones por los documentales que lleva dirigiendo desde hace más de 20 años. El relato parte de la mencionada protesta de un grupo de estudiantes contra la dictadura en 1956, que desencadenó huelgas y protestas en toda España. La segunda entrega está en manos de Ángeles González-Sinde, prolífica cineasta que fue ministra de Cultura con José Luis Rodríguez Zapatero. Se trata de ‘El principio del fin’, el episodio en el que se retratan los primeros años de la década de los 70, marcados por las movilizaciones en diferentes sectores sociales.

También se puede ver ya ‘Una galerna de huelgas’, el tercer capítulo dirigido por Azucena Rodríguez que, entre otros trabajos, ha dirigido 30 capítulos de la exitosa serie Cuéntame cómo pasó. Centrado en el escenario abierto tras la muerte de Franco, este episodio narra con grabaciones antes nunca vistas la lucha social y las huelgas masivas impulsaron la transición democrática. Finalmente, el cuarto, pone el foco en los estudiantes y está dirigido por Imanol Uribe, que se estrenó en la dirección con la película El proceso de Burgos, en el que retrató las últimas ejecuciones del franquismo, y que después ha alcanzado la fama con Días Contados o El rey pasmado.

Otros dos capítulos

Este jueves RTVE emitirá el capítulo cinco, ‘La mayoría silenciosa’ (dirigido por Tania Balló), que realiza una panorámica a través de la UMD, Justicia Democrática, el campo o las luchas vecinales, feministas y LGTBI+ en España. Y finalmente se publicará ‘El resurgir de la esperanza’ (en manos de Manuel Gutiérrez Aragón) y la movilización masiva de la sociedad española, que logró que las grietas abiertas de la dictadura se hicieran cada vez más grandes.

El recorrido de la acción que resume con imágenes inéditas La conquista de la democracia parte así de la Complutense –entonces Universidad Central–, donde los estudiantes empezaron a romper las costuras de un régimen autocrático, de posguerra y hambre, cuya sociedad comenzó a perder el miedo pese a la durísima represión que se puso en marcha sobre todo a raíz de los años 60 del siglo pasado. De esa “semilla” surgieron manifestaciones y huelgas como las del 62 en las minas asturianas, la Capuchinada de Sarriá, en Barcelona, o el concierto de Raimón en 1968 y las primeras movilizaciones de CCOO.

Sartorius insiste en que no mostrar todo ello como sí hace el documental “hace daño a la memoria democrática” y “a España” que, según explica, fue “el único país en el que se conquistó la democracia sin ayuda militar”. Especialmente molesto con quienes afirman que en la Transición se hicieron numerosas concesiones a los herederos del franquismo, Sartorius remarca que la de 1978 “es la Constitución más avanzada de Europa”. “Lo que pasa es que no la han leído”, se lamenta. En todo caso, considera que la publicación de la serie es relevante porque “queda ahí para siempre”, para las generaciones actuales y las futuras.