Los cuatro han sido sentenciados por su participación en una «comunidad extremista», por haber informado sobre el Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK), creado por Alexéi Navalni
La Justicia rusa ha condenado este martes a cinco años y medio de cárcel a cuatro periodistas por cooperar con el Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK), organización creada por el difunto líder opositor Alexéi Navalni y considerada una “comunidad extremista” por el tribunal.
Los periodistas son Antonina Favórskaya, Serguéi Karelin, Konstantín Gábov y Artiom Kriguer. Favórskaya era corresponsal del portal independiente Sotavisión y fue la primera en ser detenida en marzo pasado; luego, lo fueron Karelin y Gábov, colaboradores de las agencias de noticias internacionales AP y Reuters, respectivamente, el pasado abril. El último arrestado, el pasado junio, fue Kriguer, periodista de Sotavisión.
“Todo estará bien, chicos, no os desesperéis, tarde o temprano todo esto terminará y los que me condenaron irán a la cárcel”, ha declarado Kriguer al conocer el veredicto.
Los cuatro imputados, contra los que la Fiscalía había pedido inicialmente cinco años y once meses de prisión, han escuchado su condena dentro de una celda de cristal en el Tribunal del distrito de Nagátino, en Moscú.
Varias decenas de familiares, colegas y partidarios acudieron a las puertas del tribunal para mostrar su apoyo a los procesados, según el portal independiente Mediazona. Al contrario que durante el proceso judicial, que transcurrió a puerta cerrada, hoy se ha permitido la entrada a la sala de varias decenas de personas.
“Sois los mejores”, gritaron los familiares y amigos a sus seres queridos tras escuchar la sentencia. Mientras, la novia de Kriguer ha dicho a la prensa que “la lucha no ha acabado” y que la defensa recurrirá la condena.
Los cuatro periodistas fueron detenidos entre marzo y junio de 2024 por “participar en la creación de materiales periodísticos para canales de YouTube de los seguidores de Navalni”. Aunque ninguno de los cuatro integraba oficialmente el FBK y solo se limitaban a escribir sobre sus actividades, la Fiscalía consideró el vínculo suficiente para incoar una causa penal.
“Ser un periodista honesto y profesional, y no un lamentable propagandista, es un crimen y un acto de extremismo en la Rusia de Putin”, dijo Kriguer en su última intervención la pasada semana ante el tribunal.
Gábov, se mostró dispuesto a seguir adelante con su labor: “Incluso desde detrás de las rejas, sobre los acontecimientos y los problemas de Rusia hay que hablar desde Rusia. Trabajar en condiciones tan extremas es difícil, pero posible”.
Ninguno de los acusados admite haber colaborado con Navalni, que murió bajo extrañas circunstancias en febrero de 2024 mientras cumplía condena en una prisión ártica rusa.
Sus familiares, la oposición y Occidente acusan a las autoridades de ser culpables de su repentino fallecimiento, y al presidente, Vladímir Putin, de impedir un canje que podría haber salvado su vida.