Asociaciones de memoria histórica y partidos políticos rechazan que se proteja la estatua e inciden en que la obra no tiene valores excepcionales y que incumple la Ley de Memoria Democrática
El monumento a Franco de Tenerife cuenta con dos informes en contra de declararlo BIC y dos que obvian que ensalza la dictadura
Asociaciones, partidos políticos y el Gobierno de España han presentado alegaciones en las últimas semanas para impedir que el monumento a Franco de Santa Cruz de Tenerife sea declarado Bien de Interés Cultural (BIC). El Cabildo de la isla, gobernado por Coalición Canaria (CC) y el Partido Popular (PP), inició en marzo el expediente para dictaminar si proteger o no esta escultura de Juan de Ávalos, que se encuentra en la intersección de la Rambla de Santa Cruz y la Avenida de Anaga. Se trata de una decisión que se toma después de una sentencia que obliga a ello. Una jueza dio la razón a la Asociación para la Investigación y Patrimonio Artístico San Miguel Arcángel, que en el anterior mandato había pedido al Cabildo que iniciara ese expediente. La corporación insular, dirigida entonces por el socialista Pedro Martín, descartó que hubiera valores artísticos que obligasen a mantener el monumento.
Para la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Tenerife, la escultura “constituye un elemento de exaltación del régimen franquista y, por ende, resulta contraria a los principios de verdad, justicia, reparación y no repetición que fundamentan las leyes de memoria histórica y democrática”. La obra, además, se encuadra dentro de la “propaganda franquista que, mediante símbolos artísticos pretendió consolidar un discurso de legitimación de un régimen dictatorial y represivo”. Por ello, recuerda que múltiples estudios han documentado que el monumento fue concebido como una apología de la “paz franquista”, un concepto que “encubría la represión y persecución sistemática de miles de ciudadanos en Canarias y en todo el país”.
La asociación que preside Mercedes Pérez Schwartz, nieta del último alcalde republicano de Santa Cruz de Tenerife y represaliado por el franquismo, remarca que la incoación del procedimiento de declaración de BIC “resulta contraria a la legislación vigente y a los principios de una sociedad democrática que respete los derechos humanos”.
Además, recalca que la presencia del monumento en un espacio público “supone un agravio para las víctimas del franquismo y sus familias” y recuerda que la represión en las Islas fue “especialmente dura”. En Tenerife, según un informe que maneja la asociación, fueron 182 las víctimas mortales. Muchas personas además fueron ejecutadas extrajudicialmente, sometidas a torturas o desaparecidas forzosamente.
La Asociación para la Memoria Histórica de Arucas es otra de las que han presentado alegaciones al procedimiento y añade que en todo el Archipiélago fueron represaliadas entre 2.500 y 3.000 personas, por lo que la permanencia del monumento en un espacio público es un “agravio” para las víctimas. También incide en la idea de que es “propaganda franquista”. Pino Sosa, su presidenta, lamentó esta semana en un comunicado que a sus 88 años y tras 50 años de democracia, víctimas de la represión fascista como ella tengan que seguir recordando a algunas instituciones “la barbarie y dura represión que hicieron en cada una de nuestras las islas los militares rebeldes sublevados contra el gobierno democrático legitimado por las urnas”. “Es un insulto a la memoria de los desaparecidos, sus familias, y a la historia real de lo que ocurrió en Canarias”.
Esta asociación solicita la suspensión del expediente de declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) y su retirada del espacio público. Asimismo, pide que se estudie la propuesta presentada por el Colegio Oficial de Arquitectos de Tenerife, La Gomera y El Hierro, que plantea una remodelación integral a través de un concurso público de ideas que permita la reutilización del espacio y que tenga como temática una propuesta dedicada a la exaltación de los valores democráticos.
Una representación de la partida de Franco para iniciar el golpe
Por su parte, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica estatal, que preside Emilio Silva, recuerda que la estatua representa “el avión Dragón Rapide, en el que partió Franco para iniciar el levantamiento militar que desencadenaría la Guerra Civil española. Sobre su espalda se encuentra una figura masculina representando a Francisco Franco, sosteniendo una espada en forma de cruz cristiana cuya punta señala hacia abajo”.
“Queda patente que la escultura resulta ser una mención conmemorativa en exaltación de la sublevación militar de 1936”, apunta Emilio Silva, presidente de la ARMH y nieto del primer desaparecido por la represión franquista identificado por una prueba genética. “No se puede conmemorar la puesta en marcha de una maquinaria asesina que todavía tiene miles de víctimas desaparecidas. Un monumento como ese está celebrando el sufrimiento de cientos de miles de personas y enaltece al responsable de terribles violaciones de derechos humanos que convirtió la violencia de los pistoleros falangistas en el mayor acto terrorista de nuestra historia”, añade.
Un escultor que no está en ningún museo importante
Asimismo, la Asociación para la Recuperación Masónica de Canarias destaca que, para declarar la escultura como BIC, habría que determinar la importancia del escultor y Juan de Ávalos “no está en ningún museo de primera línea de España o del resto del mundo”. En este sentido, alude al informe de la Universidad de La Laguna que sirve de apoyo a su oposición “a que sean postergados los derechos reconocidos en las leyes de memoria histórica por unos valores artísticos que no suponen ninguna aportación sustancial al rico y valioso arte contemporáneo español del siglo XX”.
La asociación que preside Emilio José Fresco apunta que la ciudad de Santa Cruz de Tenerife tiene “una representación notable de lo mejor del arte contemporáneo español e internacional en un simple recorrido por las Ramblas de la ciudad, el parque de Sanabria y muchos otros rincones urbanos”. Y subraya que “el conjunto escultórico no reúne las características de ser uno de los bienes más sobresalientes”, así como tampoco constituye “un testimonio singular de la cultura canaria como exige la ley para esta distinción”. Y añade que sería un “oprobio” para la ciudad que el monumento alcance esa distinción de BIC “y se pisotee de esa manera las leyes de memoria histórica y a las víctimas”.
El Gobierno de España alude a que no hay valor excepcional en la obra
El Gobierno de España también informaba de que, a través de la Delegación de Gobierno en Canarias, ha presentado alegaciones en este expediente. La principal razón que argumenta es que “no existe ningún informe que refleje el carácter excepcional y sobresaliente de la obra de Juan de Ávalos”. En este sentido, remarca que las instituciones académicas consultadas coinciden en que no existen elementos artísticos relevantes.
El Ejecutivo también manifiesta que esta obra supone “un ejemplo de cómo el arte se puso al servicio del régimen en aquellos años”. En el documento presentado ante el Cabildo de Tenerife se señala que la propuesta desvirtúa la categoría de BIC y que la resignificación y el mantenimiento de la obra es incompatible con la Ley de Memoria Democrática.
El PSOE de Tenerife recalca que CC y PP están “intentando utilizar la figura de BIC como un subterfugio para evitar la retirada de un símbolo franquista que, según las leyes vigentes, debe ser eliminado del espacio público”. La argumentación de esta formación política se apoya en dos dictámenes desfavorables clave: el de la Universidad de La Laguna y el de Museos de Tenerife, “únicas instituciones reconocidas como consultivas por la Ley del Patrimonio Cultural de Canarias”. Ambas concluyen que “la escultura no posee los valores artísticos excepcionales necesarios para su declaración como BIC”.
Podemos Canarias subraya la importancia del dictamen técnico elaborado por la Universidad de La Laguna en 2021, que descarta “de manera razonada el valor artístico excepcional de la obra”. El informe concluye que la escultura “responde a un academicismo anacrónico y que la trayectoria de Juan de Ávalos se inscribe más como herramienta propagandística del régimen que como exponente de innovación artística”.
La formación alude a que la resolución judicial que obligó a iniciar el expediente BIC se apoyó en informes periciales aportados por Luis Eugenio Togores Sánchez y Santiago Milans del Bosch, “informes que incurren en apreciaciones claramente sesgadas, minimizando deliberadamente la función conmemorativa y propagandística del monumento, y calificándolo de neutral”.
Sí se Puede insiste en que las leyes establecen que se declare Bien de Interés “aquellos bienes muebles, inmuebles e inmateriales más sobresalientes”, que implica un grado de originalidad y un carácter único. En la alegación presentada aclaran que la obra de Juan de Ávalos “es una escultura que reitera la iconografía franquista más básica, usada en cuadros y en las esculturas del Valle de los Caídos, además de las realizadas por el propio autor para el Alcázar de Toledo en 1961, para Valdepeñas en 1964 y posteriormente, ya en etapa democrática, para Badajoz en 1983”.
La formación entiende que “si por la puerta de atrás meten al monumento a Franco en esta categoría de protección sería un despropósito” y reprocha que “apenas hay ejemplos de bienes escultóricos protegidos en Canarias, siendo la excepción la obra el Atlante de Toni Gallardo”. Sí se Puede considera que “proteger como BIC el monumento franquista de Ávalos, en una tierra donde ninguna escultura urbana de autores excepcionales como César Manrique, Martín Chirino o el recientemente fallecido José Abad, sería una enorme injusticia histórica y un ridículo cultural”.
Izquierda Unida Canaria, por su parte, incide en que “este monumento no es un simple elemento escultórico, sino un vestigio propagandístico del franquismo, promovido por el régimen para glorificar la figura del dictador. Su presencia en el espacio público perpetúa un discurso de legitimación del golpe de Estado de 1936 y de la dictadura que lo siguió”. Además, subraya que “la obra no ha tenido un impacto significativo en el desarrollo del arte español ni ha sido objeto de estudios académicos que la sitúen como un referente en el campo escultórico”.