El economista, de 92 años, hace balance de la moción de censura de Vox contra Pedro Sánchez en la que se prestó a ser el candidato empujado por el escritor, ya fallecido, Fernando Sánchez Dragó y de la que se cumplen dos años
Exclusiva: El discurso de Tamames en la moción de censura: “España se asemeja a una autocracia absorbente”
Es viernes y en Madrid llueve a cántaros. Ramón Tamames aguarda en su despacho rodeado de montañas de papel que el profesor y economista, de 92 años, califica como “un caos ordenado”. En todas las mesas que se ven alrededor hay libros apilados, documentos, recortes de periódicos, entre ellos la esquela de su hijo, Moncho, fallecido hace justo un año, a los 55, víctima de un cáncer fulminante.
Moncho, que estaba muy unido a él, había acompañado a su padre hasta el Congreso el día de la moción de censura que defendió por encargo de Vox. En esta entrevista Tamames rememora aquel episodio, del que han pasado ya dos años. Cuando se le recuerda que elDiario.es adelantó en exclusiva su discurso pregunta, medio indignado “¿Quién fue el sinvergüenza que se hizo con el texto?”. Luego ríe y se muestra encantado de la popularidad que consiguió al protagonizar la moción contra Pedro Sánchez. Aclara que no lo hizo “en nombre de Vox”, sino del escritor “Fernando Sánchez Dragó”, su íntimo amigo muy cercano al partido de Abascal, que murió meses después de aquella sesión en el Congreso.
Pasado el tiempo, el economista y exdirigente del PCE, muestra ya cierto desencanto con Abascal por su complacencia con Donald Trump, del que, anticipa Tamames, intentará “quedarse con la Antártida”. “Quiere quedarse con Groenlandia, que son 2,2 millones de kilómetros cuadrados. Pero la Antártida son 14 millones”, advierte el economista desde su despacho, donde recibe a elDiario.es.
¿Cómo se encuentra?
Pues bien, con un pie delante y otro detrás y viviendo con interés la vida, el desarrollo de los acontecimientos. Me interesa mucho la ciencia, la tecnología y la astrofísica, especialmente la cosmología. Y en los ratos libres me dedico a escribir lo que quiero. Tengo a punto de publicar una novela o lo que sea, que se llama ‘Pentágono, acta final’. Algunos dicen que es mi testamento literario, pero es un paso más en la vida. No es el testamento. El testamento llegará después.
Han pasado justo ahora dos años de la moción de censura que presentó Vox y que usted protagonizó ¿Qué reflexión hace ahora de aquello? ¿Le ha visto utilidad pasado el tiempo?
Sí, creo que tuvo una utilidad, enorme. Me siguen parando en la calle. Me siguen haciendo fotos. El otro día iba yo por el barrio de Las Letras (en el centro de Madrid) y había un coche de policía que me seguía en silencio. Yo iba solo y me paré y les pregunto: “¿Pasa algo, agentes? Y me dicen, ‘No, nada, es que queremos hacernos una foto con usted’. Y se bajaron del coche. Nos hicimos la foto y tan contentos. Hasta un ecuatoriano de Guayaquil se paró y me dijo al verme, ”¡hombre, Don Ramón Tamames!“. Le pregunté cuánto tiempo llevaba en España. Me dijo que dos años y que le interesaba mucho la política española, que le gustaba lo que yo dije y que la moción estuvo muy bien.
Pero aparte de esa pequeña vanidad, ¿cómo lo vivió a nivel político?
No, no es la pequeña vanidad, es que fueron 12 millones de personas las que se enteraron y siguieron la sesión por la televisión. Eso es casi España entera, ¿comprendes? Y se cumplió mi objetivo, ya que tuve absoluta libertad para decir lo que dije y de proponer lo que propuse.
¿Sigue colaborando con Vox? ¿Es el partido que más le representa?
No, no colaboro con Vox prácticamente por una razón: que aquello no fue una colaboración. Aquello fue una oportunidad de hablar con la base de 52 diputados de Vox que me dieron voz en el Congreso. ¿A instancias de quién? De Fernando Sánchez Dragó. Fernando me embarcó en el tema. Nos conocemos desde el año 56. Estuvimos juntos en la cárcel unos cuantos meses y somos, éramos, muy amigos y me convenció. Los dos teníamos grandes planes, empezando por un curso de verano que íbamos a hacer en Santander, pero se vino todo abajo por su muerte. Murió a los 20 días de aquella moción. El entierro fue muy triste.
Le preguntaba si Vox es el partido que más le representa ahora mismo.
No, yo no represento ya a ningún partido. Es el partido que me proporcionó Fernando Sánchez Dragó como amigo, dándome la posibilidad y la oportunidad de dirigirme a los españoles. Tuve en cuenta un precedente, que a mí me impactó mucho, de Celso Furtado, un economista brasileño que en plena dictadura los militares le dijeron ‘queremos que usted se dirija a la Nación diciendo lo que pasa y cómo estamos’. Y él les dijo, ‘sí, pero voy a decir lo que yo pienso’. Y fue maravilloso. Pudo decir lo que quiso. Y eso me pasó a mí con estos.
¿Le molestó mucho que elDiario.es adelantase el contenido íntegro de aquella intervención?
¿Fueron ustedes? ¿Y quién fue el sinvergüenza que se hizo con el texto?
Eso será un secreto para siempre.
No. No me preocupó lo más mínimo. Me lo dijeron al entrar en la radio dos o tres días antes de celebrarse la moción, en nuestro programa ‘La verdad desnuda’. Me dijeron ‘han cogido el original y lo están publicando’. No pasó nada. Al contrario, casi fue bueno porque la gente estaba preparada oyendo lo que habían leído.
¿Se barajó en algún momento la posibilidad de retirar la moción?
No, en absoluto. Aunque la moción estuvo a punto de no hacerse por una entrevista muy dura en El País poniendo muy mal a Vox. Pero yo no representaba a Vox, yo representaba a Fernando Sánchez Dragó, que es el que me propuso para hacer ese tema. Yo creo que en este momento, todo hay que decirlo, el presidente de Vox, Santiago Abascal, mantuvo el tono y dijo que la moción se hacía porque estaba ya todo convenido.
¿Ha pensado alguna vez ‘en qué momento dije que sí a aquello’?
No, no. ¿Al final sabes quién también me influyó? Amando de Miguel. Es amigo, era amigo mío. Murió también poco después. Me dijo: “Ramón, ve. Si algunos te dicen que tu prestigio, tu vaina, esto y lo otro, no hagas caso. Es envidia. Una oportunidad así no la va a tener nadie en España en lo que queda de siglo. Por lo menos en lo que llevamos de siglo”.
¿No se lo han reprochado otros amigos o antiguos colaboradores?
Una persona. Una persona me dijo que no debía ir y tal y cual. Y luego cuando lo hice dijo ‘¡Olé, torero!’.
¿Quién fue?
No te lo puedo decir tampoco.
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¿Cómo ve la situación política dos años después de aquella moción?
Peor todavía, muy extremista en el sentido de depender de delincuentes como el señor de Junts per Cataluña, el de Waterloo. ¿Cómo se llama? Puigdemont, ese, sí. Me parece lamentable que dependamos de ellos y que una persona tan poco significativa que tiene en el Congreso siete diputados, sea lo que le da la fuerza a este gobierno. Pero yo creo que este será el último gobierno Frankenstein. Sí, me gusta la palabra Frankenstein. Le tenía yo un cierto respeto como niño a Frankenstein y se lo perdí completamente.
El PP y también Vox siguen insistiendo en que hay motivos para otra moción de censura. Sin embargo, Vox no puede y Alberto Núñez Feijóo no se lanza a presentarla.
No se anima, no. Y yo creo que hace bien. Feijóo estuvo cenando aquí en casa con unos amigos de la academia. Fue un almuerzo muy interesante y ya entonces me dijo, ‘no te presentes.’ Y ahora, cuando sonó que se presentaba le dije que ‘como padre putativo tuyo que soy, deseo que no te presentes porque no va a resultar’. La moción de censura superada como medio la hemos utilizado demasiado.
Eso se lo dijo usted a Feijóo.
Sí y me lo agradeció.
¿Hace cuánto de eso?
Pues hace seis meses, cuando empezó a sonar que iba a hacer una moción de censura.
O sea, que no se va a lanzar.
Yo creo que no se va a lanzar.
A usted le he oído defender en la radio la aplicación del artículo octavo de la Constitución. ¿Cree de verdad que el país está en una situación de emergencia como para que tengan que actuar las Fuerzas Armadas?
Yo no he propuesto que se aplique el artículo ocho de la Constitución, que, por cierto, nadie menciona porque tienen miedo. Porque, vamos a ver, ¿en qué Constitución ha visto usted las funciones de las Fuerzas Armadas, defender la integridad territorial del país, la independencia nacional y mantener el orden constitucional? Eso pone el artículo ocho y dice que se desarrollará con una ley, una ley constitucional. Eso no se ha desarrollado, pero es aplicable.
En una situación de emergencia en la que no estamos.
Yo diría que todavía no estamos en esa situación ni mucho menos. Está este gobierno Frankenstein que puede durar seis meses, ocho meses, un año, aunque no creo que se vaya a repetir. Pero si quisieran cambiar el modelo de Constitución sin pasar por la ley, por el título diez de reforma de la Constitución, ese artículo se podría aplicar.
Pero ese cambio de modelo nunca se lo ha planteado este Gobierno.
El 155 también está en la Constitución. Justamente una de las grandes cosas de la Constitución es que tiene sus cláusulas de escape y de defensa.
Precisamente una las grandes tensiones de la historia reciente de nuestro país sucedió tras la consulta en Catalunya, cuando se aplicó el 155 y el PSOE lo apoyó. ¿No cree que la convivencia es ahora mejor allí?
Eso depende, porque si usted escucha opiniones sobre Illa… Yo tengo una buena opinión de Illa. Cuando le nombraron presidente de la Generalidad (sic) le envié mi libro Estructura Económica de España. Me contestó con una carta, cosa que otros no habrían hecho, porque tiene buena educación para empezar y buen sentido de la seriedad. Pero mucha gente dice que trabaja por la independencia también.
No da señales de eso. Y según las encuestas el independentismo ahora está perdiendo fuelle.
Dicen que siguen las leyes contra el español, que continúan igual. Todavía no se le ha visto el cambio fundamental, aunque ha hecho cosas interesantes.
Usted es economista. ¿Cómo valora la gestión económica del Gobierno?
Bueno, nosotros tenemos un activo impresionante que es el turismo. El turismo es un 14% del PIB en un país desarrollado, el cuarto de la Comunidad Europea. No cabe duda de que la política de turismo se ha llevado razonablemente bien y hay grandes cadenas españolas y hay una tecnología, un buen funcionamiento. Eso funciona, no cabe duda. A la gente le gusta España.
Pero aparte del turismo, las cifras económicas son buenas, en general, aunque el PP y Vox pintan una situación catastrófica.
No, yo no soy catastrofista. Yo creo que España tiene mucha resistencia, aguanta lo que le echen. La economía en general va bien, pero por razones muy concretas. Como te he dicho, el turismo. El turismo es un ingreso brutal. Este año han sido 94 millones de personas y 160.000 millones de euros.
Ramón Tamames, en la terraza de su casa de Madrid
¿Se puede seguir gobernando con los presupuestos prorrogados?
Se puede seguir, pero no debería seguirse así. La Constitución fue muy laxa. La Constitución tenía que haber sido más concreta y haber obligado a gobernar con los presupuestos.
Si se convocaran al final elecciones generales, ¿cuál sería su fórmula preferida de Gobierno? ¿Una coalición de PP y Vox con Feijóo de presidente?
Hombre, yo creo que el país lo necesita. Necesita una temporada de más tranquilidad, de más construir, de menos separatistas por aquí y por allá. Yo empiezo a ver que en el País Vasco la cosa empieza a cambiar. Me parece que el cambio este de presidente del PNV, creo que va a ser bueno. A Aitor Esteban yo le veo bien.
¿Entiende que Abascal se muestre tan comprensivo con Trump a la vista de las decisiones que está tomando y su política de aranceles que va a perjudicar a sectores importantes de la economía española?
Ortega y Gasset decía aquello de que la política es exagerar. Se exagera que tiene mucha importancia el desarrollo económico y se minimizan otras cosas. Pero si me preguntaba por Abascal, creo que es fruto de ese conservadurismo europeo que tiene puesto el ojo en que su partido vaya creciendo a pesar de todo y lo consigue, pero luego da marcha atrás también. O sea que no tiene una seguridad. Tiene que hacerse la foto con el artista de moda. Es una cosa tremenda. Precisamente ahora estoy escribiendo un artículo sobre eso.
¿Le inspira confianza Trump como presidente?
Orden ejecutiva. Mandato presidencial. Estuve con un especialista en sistemas norteamericanos y anglosajones. La orden ejecutiva es una cosa terrible de fuerza. No hay que pasar por el Congreso. Y es el presidente el que decide. Y es tremenda la capacidad de cosas que [Trump] ha hecho ya, 46 órdenes ejecutivas, las que pone siempre que firma. No cabe duda de que tiene decisión, pero yo creo que se ha equivocado. Él podría haber sido el gran presidente de la historia, pasando del intento de mantener a Estados Unidos como hegemón, la hegemonía norteamericana, y pasar a un mundo multilateral con China, con Rusia, con la Unión Europea, con la India… Formar una tendencia multilateral, acabar con el siglo americano que empezó con el imperio español y terminó con las Torres Gemelas. El segundo siglo americano hegemónico es el que quiere mantener él. Yo creo que no va a poder y que esto del ‘América first’ se le va a volver en contra y que puede haber una recesión. Las acciones de la bolsa no han sido nada buenas. Por eso el empresariado no está. Y te hago una pregunta: ¿Por qué Trump, puestos a pedir, no ha pedido ya quedarse con la Antártida? Quiere quedarse con Groenlandia, que son 2.200.000 kilómetros cuadrados. La Antártida son 14 millones. Y no hay nadie, salvo que hay un tratado de Madrid que se firmó en Madrid precisamente hace muchos años, que no se puede dividir ni ser de nadie. Pero este hombre es capaz de decir ‘me quedo también con la Antártida’.
¿Y su apoyo a Netanyahu?
Los judíos son un poder inmenso en Estados Unidos. En Estados Unidos hay 6 millones de judíos, son los que deciden, están en todas partes. Y eso lo decía ya el viejo Henry Ford, que lo acusaron de antisemita. Y lo decía mucha gente. Incluso Harvard. La Universidad de Harvard quiere frenar el semitismo y le van a quitar miles de millones de euros de subsidios. Terrible.
¿Lo que está haciendo Netanyahu con Palestina no es un genocidio?
Totalmente. Es decir, se puede decir que Hamás levantó la marcha de la cosa con los rehenes y demás, pero eso no justifica un genocidio. 60.000 llevan matado. ¿Pero qué es eso? Bueno, es un genocidio y parece mentira. Parece mentira que eso lo puedan apoyar jefes de Estado como Trump. Es genocidio.
En el próximo ciclo electoral, ¿prevé usted alguna participación?
Nunca se puede decir de esta agua no beberé. ¡Yo qué sé! La vida es muy, muy complicada y hay momentos en que surgen situaciones impresionantes. ¡Cómo disfrutaba Sánchez Dragó con la moción de censura! Yo creo que en un momento dado los de Vox dijeron ‘hay que frenar un poco esto porque el Tamames se nos queda con el partido’. Nada más lejos de mi propósito que quedarme con Vox. Lo que sí me interesaba era que la gente se enterara de todo.
¿Se ve entonces en las listas de algún partido, aunque sea de forma simbólica?
Nunca digas de esta agua no beberé, pero de momento no tengo ninguna opción. No tengo ninguna. (Ríe mientras lo dice).