Un estudio elaborado entre 2012 y 2021 refleja las barreras a las que se enfrentan las personas nacidas en el extranjero y sus descendientes para acceder a espacios de decisión política en varios países europeos
Diversidad racial en el Gobierno: una reivindicación internacional que pide paso en España
Millones de personas nacidas en el extranjero y sus descendientes viven, trabajan y hacen su día a día en España, pero esta diversidad apenas está representada en los espacios donde se toman decisiones políticas. Y cuando están en ellos, aguantar no es fácil, ya que muchas veces tienen que soportar prejuicios y discriminación, haciendo más difícil aún su experiencia en la vida política. Solo un 2% de los diputados del Congreso español tenían origen migrante a finales de 2021, una cifra mucho menor que la de otros países del entorno europeo, según el estudio REPCHANCE, elaborado por Sciences Po y la Fundación Robert Bosch y presentado recientemente.
El proyecto ha estudiado, durante diez años –entre 2012 y 2021–, las diferentes barreras estructurales, como la discriminación y las expectativas que pesan sobre las personas nacidas en el extranjero y sus descendientes a la hora de acceder a posiciones de liderazgo político social en cinco países europeos: España, Alemania, Suiza, Reino Unido y Países Bajos. En todos ellos, la población de origen migrante está infrarrepresentada en los parlamentos nacionales.
Según los resultados del informe, Países Bajos registró en 2021 la proporción más alta, del 18% (que durante esa legislatura creció hasta el 19%). Le siguen Reino Unido (15%), Suiza (14%) y Alemania, que ha llegado a alcanzar el 11%, su mayor crecimiento en la última década, aunque sigue estancada tras las elecciones del pasado febrero.
España está a la cola de los países analizados, con el 2%. El estudio indagó en la presencia de diputados de origen migrante en los partidos o grupos que estaban representados en el Congreso de los Diputados tras las elecciones de noviembre de 2019 –las de julio de 2023 se convocaron después de que se recopilaran los datos–, y concluyó que eran seis de un total de 407, en 2021.
Sin patrón ideológico claro
El informe concluye que la ascendencia de los parlamentarios refleja los patrones migratorios específicos de cada país. En los cinco países, algunos orígenes están bien representados, pero hay grupos relevantes de población que están “significativamente infrarrepresentados”. Esto ocurre en España, donde la mayoría de los diputados de origen migrante con escaño procedían de Argentina, cuatro en total. Las otras dos personas de origen brasileño y senegalés.
La investigación señala que, por el pasado colonial, no es sorprendente que los diputados de ascendencia extranjera provengan de América Latina. Sin embargo, las mayores comunidades migrantes (Marruecos, Rumanía y Colombia) no estaban representadas en el Parlamento español. Esto también pasa con las personas de origen exsoviético en Alemania y las de origen portugués en Suiza.
En España, los seis legisladores de origen migrante conocidos hasta 2021 pertenecían a cinco partidos situados en ambos extremos de la escala izquierda-derecha: a un lado Podemos, ERC y PSOE y, al otro, el Partido Popular y Vox. Debido a la baja representación, los autores no han podido detectar un patrón ideológico en el caso español. No obstante, al examinar otros países, el informe concluye que la ideología tiene que ver: aunque hay parlamentarios de origen inmigrante en partidos de centro y centroderecha, la mayoría pertenece a formaciones de centroizquierda e izquierda, una pauta que se ve más en Alemania y Suiza, y menos en Países Bajos y Reino Unido.
Entre los diputados analizados para el caso español hay varios rostros conocidos. Son Maria Carvalho Dantas, Luc André Diouf Dioh, Pablo Echenique, Gerardo Pisarello, Cayetana Álvarez de Toledo y Javier Ortega Smith-Molina. El número total de representantes de origen extranjero se elevó a siete cuando Carlos Martínez de Tejada Pérez entró unas semanas antes de que se convocaran las elecciones en 2023. El estudio considera el origen migrante de los políticos en varias situaciones: cualquier persona nacida en el extranjero que ha nacido sin la nacionalidad española y las personas descendientes de al menos un progenitor nacido como extranjero.
España lleva tiempo bajo la lupa de organismos internacionales por la falta de diversidad en la política. En febrero de 2018, el Grupo de Expertos de las Naciones Unidas sobre Afrodescendientes llegó a la conclusión de que “la falta de representación de los afrodescendientes era endémica en los niveles estatal, regional y municipal, así como en las tres ramas del poder”. Un año después, el Parlamento Europeo emitió una declaración que también llamaba la atención acerca de la falta de referentes en las instituciones europeas.
Falta de atención de los partidos
El estudio, que se apoya en 175 entrevistas, ha examinado el impacto del racismo y la discriminación, así como la autopercepción de estas personas al pensar en emprender carreras políticas. En general, al hablar de su motivación para hacerlo, muchas mencionan factores como haber crecido en una familia politizada, cuestiones relacionadas con la justicia social –a menudo vinculadas a “experiencias de injusticia y discriminación”–, y los ataques y la hostilidad contra los migrantes, así como el propio reclutamiento de los partidos.
“El problema en España no está tanto en que las personas de origen migrante no quieran participar en política”, dice a elDiario.es Laura Morales, profesora de investigación en el Instituto de Políticas y Bienes Públicos del CSIC y catedrática de Ciencia Política en Sciences Po. “La clave es que los partidos políticos no han prestado suficiente atención a esta dimensión de la diversidad en sus estructuras internas ni en sus listas electorales”, añade Morales, que ha dirigido el proyecto.
La experta aclara que, en cualquier democracia occidental, las personas con orígenes migratorios suelen participar menos en política que la población local por múltiples razones que van desde su socialización política hasta las prioridades materiales durante los primeros años en el extranjero. “Su tiempo y esfuerzo se destinan a cuestiones básicas: encontrar trabajo, vivienda, regularizar su situación o reunir a sus familias. La política no es su prioridad inicial”, dice.
Aunque esto sucede en todos los países analizados, la diferencia es que, en otros lugares, se han tomado medidas proactivas para incluir a estas personas en la vida política del país, señala la investigadora. “En Países Bajos o Reino Unido, los partidos llevan años fijándose objetivos internos de diversidad. No son cuotas obligatorias, pero sí metas autoimpuestas para asegurar que sus listas reflejan mejor la sociedad actual”, explica.
En España, en cambio, los “partidos todavía no se han puesto activamente a asegurar esta inclusión, como sí lo hacen, por ejemplo, con la representación paritaria de mujeres o con la incorporación de jóvenes a través de sus juventudes”, dice la directora del proyecto, que presentará el próximo 19 de mayo un informe específico sobre el caso español.
Prejuicios y discriminación
Las entrevistas realizadas por el equipo de REPCHANCE a políticos de origen migrante revelan una experiencia común: la sensación de cierta soledad. “Muchos se sorprendían de que hubiera encontrado a 30 personas a las que entrevistar. Son tan pocos que no sienten que tengan a otras personas con quienes compartir sus vivencias dentro de sus partidos”, cuenta Morales.
Personas todos los países y de todos los partidos denuncian prejuicios, discriminación, incitación al odio y violencia, así como amenazas contra los propios diputados y sus familiares, según el informe. “En Países Bajos, España y Suiza, las críticas a las tradiciones y la historia nacionales (…) suelen desencadenar actitudes como ‘si no estás contento, vuelve a tu país”, dice el documento.
Los diputados de origen migrante suelen tener que trabajar mucho más que los demás –entrevistados alemanes y españoles hablan de un “techo de cristal”–, y también tienden a estar encasillados en ámbitos políticos relacionados con la migración, recoge el estudio. “Centrarse exclusivamente en cuestiones relacionadas con la migración suele considerarse una limitación para la carrera política más que una ventaja”, remacha el informe.
A estas experiencias se suma la vivencia de “microrracismos” cotidianos. La investigadora recuerda el testimonio de varios diputados que relatan cómo, en los controles de seguridad, les piden con más frecuencia sus credenciales. “Es un recordatorio constante de que no se les percibe como pertenecientes naturales a la institución”, dice la experta. En otros casos, son percibidos como “diferentes” por los nombres o los acentos. Las personas blancas y sin acento pasan desapercibidas. Pero las personas racializadas o con apellidos extranjeros se enfrentan directamente a estos prejuicios. “En los ascensores del Parlamento o en reuniones institucionales a menudo les preguntan, ¿para quién trabajas?, asumiendo automáticamente que no son diputados sino que son ayudantes parlamentarios o que no pertenecen a la institución”, lamenta Morales.
El machismo es otro patrón discriminatorio que citan a menudo las personas entrevistadas, “a veces como un problema mayor que el racismo”. La proporción de mujeres entre los representantes de origen migrante es mayor que entre los legisladores sin ascendencia extranjera, pero España, una vez más, es la excepción: solo dos de seis diputados de origen migrante son mujeres, la cifra más baja del estudio comparativo (33%, diez puntos porcentuales menor que la proporción general de mujeres parlamentarias). A pesar de las cuotas de género españolas, el informe no observa “ninguna ventaja para las mujeres de origen migrante en comparación con los hombres de origen migrante”.
Países bajos, a la cabeza
En el período de diez años examinado por el estudio, la proporción de parlamentarios de origen extranjero aumentó en todos los países, aunque en España esto ocurrió muy lentamente. Los incrementos más pronunciados se registraron en Reino Unido (cuatro puntos porcentuales) y Alemania (siete puntos porcentuales).
De los cinco países analizados, Países Bajos lidera la representación de parlamentarios de origen migrante. ¿Por qué? En parte tiene que ver con su sistema electoral: a diferencia de España, los partidos políticos diseñan una lista para una circunscripción única nacional, lo que facilita garantizar la diversidad, según explica Morales, que remarca que, también los principales partidos neerlandeses se han marcado objetivos de manera voluntaria para incluir a personas migrantes en sus listas desde hace más de 15 años. Por otro lado, ofrecen los llamados programas kader para quienes quieren entrar en política, que busca dotar a estas personas de “habilidades y conocimientos”, cita el informe.
Según concluye el documento, los programas específicos para mejorar la representación política de los ciudadanos de origen migrante son una particularidad alemana. El país más poblado de la UE ha incrementado su representación gracias a la los partidos de izquierda y centroizquierda. “Los Verdes, Die Linke y el SPD tienen entre un 14% y un 28% de diputados de origen migrante”, explica la académica.
Aun así, los partidos alemanes con menos representación superan los niveles de cualquier formación política en España, incluidas las progresistas. “Los compares con quien los compares, con países que llevan más años recibiendo inmigración o con Italia, que tiene un ciclo migratorio muy parecido al español, los partidos españoles son los que más se están retrasando a la hora de incorporar la diversidad de su sociedad”, afirma Morales.
A su juicio, lo partidos políticos “tienen que ser conscientes de que tienen muy pocos afiliados de origen migrante y deben acercarse intencionadamente a ellos”. “Tienen que invitarles a participar, animarles a afiliarse y visibilizar que también ellos pueden aspirar a ser representantes políticos”, agrega.
La investigadora aclara que no se trata solo de los mecanismos internos. La visibilización de referentes es necesaria. “Es fundamental que los jóvenes vean que hay personas como ellos en la política”, defiende. Algunos de los políticos entrevistados ya están dando charlas en colegios e institutos, explicando en qué consiste su trabajo y mostrando que la política es para todos.
En sus recomendaciones, la mayoría dirigidas a partidos políticos, el informe propone visibilizar a más referentes, revisar los procesos de reclutamiento, implementar programas de formación y combatir el racismo estructural.