Hegseth compartió la información en otro grupo con personas que no son miembros del Gobierno en otro grupo, según revela The New York Times
La campaña de contención de daños por la filtración del chat de Signal no frena las turbulencias en el equipo de Trump
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, compartió en otro grupo de Signal los mismos planes para bombardear objetivos hutíes que también envió por otro chat de la plataforma en el que se había añadido por error a un periodista de The Atlantic. La información sobre los ataques del 15 de marzo, que contenía los horarios de vuelo de los cazas, fue enviada también a un grupo privado donde estaban, entre otros, su esposa, su hermano y su abogado, según ha avanzado The New York Times. Además, Hegseth lo hizo desde su teléfono personal.
Se trata de un nuevo escándalo que golpea a Hegseth en medio de la investigación que tiene abierta sobre el uso de la plataforma comercial, y que alimenta aún más las dudas sobre su rol como jefe del Pentágono.
Hegseth compartió la información en un grupo donde era consciente de que había personas que no son miembros del Pentágono —como su propia mujer— y otras que, a pesar de serlo, no está claro por qué deberían conocer en detalle el operativo. Según las fuentes citadas por The New York Times, se trataría prácticamente del mismo plan que envió en el chat de Signal donde, por error, estaba Jeffrey Goldberg.
La mujer de Hegseth, Jennifer, es exproductora de Fox y ya ha recibido críticas por acompañar a su marido a reuniones sensibles con líderes extranjeros. Su hermano Phil y su abogado Tim Parlaltore sí trabajan en el Departamento de Defensa, pero no está claro por qué deberían tener acceso a información tan sensible. Según el medio estadounidense, en el chat había una decena de personas de su círculo íntimo personal y profesional. Se trataba de un grupo creado para discutir información rutinaria y administrativa.
En este segundo chat estaban su jefe de gabinete, Joe Kasper; el portavoz del Pentágono, Sean Parrel; su principal asesor, Dan Cladwell; y el subjefe de gabinete, Darin Selnick. Todos ellos fueron despedidos la semana pasada después de ser acusados de haber filtrado información no autorizada.
La revelación del segundo chat estalla justo cuando parecía que la administración de Donald Trump había conseguido desviar el foco del Signalgate. A pesar de que la atención estuvo centrada en el consejero de Seguridad Nacional, Mike Waltz, por añadir por error a Goldberg al chat, oficiales del Pentágono también pusieron el foco en las acciones de Hegseth. Fue el secretario de Defensa quien compartió información altamente sensible a través de un chat comercial fácilmente hackeable. La Casa Blanca ya intentó quitar hierro al asunto, negando que se tratara de información confidencial, aunque, tal como reveló el medio, se trataba de datos críticos que, de caer en manos equivocadas, podrían haber comprometido la vida de los soldados que llevaban a cabo la operación y el éxito de la misma.
Antes de que se revelara la existencia del primer grupo de Signal, Hegseth ya había protagonizado otros errores importantes, aunque menos mediáticos. Entre ellos, unas declaraciones en febrero sobre las negociaciones de la guerra en Ucrania en Bruselas que tuvo que rectificar —dio por hecho que Ucrania no entraría en la OTAN ni recuperaría sus fronteras anteriores a la invasión rusa— y un fallido intento de enviar a miles de migrantes detenidos a la base militar de Guantánamo.
En ese momento, oficiales del Gobierno y miembros del Pentágono empezaron a expresar internamente sus dudas sobre el papel de Hegseth al frente de Defensa. El escándalo del Signalgate alimentó aún más esas dudas. Fuentes de dentro de la Casa Blanca explicaban a Politico que “en privado hay mucha preocupación sobre su juicio, más que con Waltz”. Otra persona del entorno expresaba las mismas dudas al medio: “¿Qué sucederá cuando Hegseth necesite gestionar una crisis real?”.
Por el momento, a raíz de la revelación sobre el primer chat de Signal, ya ha habido despidos. Aunque ni Waltz ni Hegseth se han visto afectados. Entre las personas despedidas están Brian Walsh, director de inteligencia y exasesor principal en el Comité de Inteligencia del Senado para el ahora secretario de Estado, Marco Rubio; Thomas Boodry, director sénior de asuntos legislativos, quien anteriormente fue director legislativo de Waltz en el Congreso; y David Feith, director sénior a cargo de tecnología y seguridad nacional, quien trabajó en el Departamento de Estado durante la primera administración de Trump.