Ibiza y Menorca reciben más visitantes que antes de la pandemia: “El turismo se acaba metiendo dentro de nuestras casas”

José Mansilla, antropólogo de la Universitat Autònoma de Barcelona, cree que un mayor volumen de viajeros no siempre tiene consecuencias positivas para la población local. “Si los salarios son bajos, acceder a la vivienda se complica”, afirma

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Balears y Canarias realizan cada año nuevas campañas turísticas para atraer a más visitantes. Ambos archipiélagos son polos turísticos clave para España en el mercado global, por lo que la política turística está orientada a mantener las inversiones en uno de los principales motores de la economía española. Sin embargo, los territorios insulares, precisamente por su condición insular, son territorios especialmente frágiles. La presión turística asociada a un urbanismo de carácter desarrollista genera problemas significativos, como señala un informe reciente.

Eivissa ha recibido 3,7 millones de turistas en 2023 respecto a los 3,3 millones que recibió en 2019. Por tanto, han entrado tanto por vía marítima como aérea unos 400.000 turistas más que en el año anterior a la pandemia, según se desprende del informe 4 islas de 2024 que acaba de presentar IbizaPreservation y que analiza diferentes indicadores de sostenibilidad de Menorca, Eivissa, Lanzarote y La Palma.

De hecho, en todas las islas excepto en La Palma, la llegada de visitantes ha aumentado con respecto a los niveles anteriores a la pandemia de la COVID-19. En cualquier caso, para poner en contexto los datos de la menor de las islas que se analiza, hay que tener en cuenta que el 19 de septiembre de 2021 se inició la erupción volcánica de La Palma, la cual provocó enormes pérdidas sobre el sector turístico.

Durante el mismo periodo, Menorca recibió unos 100.000 turistas más, superando los 3,1 millones en 2023; Lanzarote pasó de casi 1,5 a 1,65 millones, por lo que llegaron unos 150.000 turistas más; finalmente, en La Palma hubo una caída, ya que pasó de 343.680 a 233.427 turistas. Si ampliamos la muestra al periodo 2003-2023, Eivissa pasa de 1,6 a 3,7 millones de visitantes, es decir, más del doble; Menorca, de 1,1 a 1,65 millones; Lanzarote, de 1,9 a 3,1 millones y La Palma, de 121.922 a 233.427 turistas. En el caso de esta última, hay que tener en cuenta que el estudio solo contabiliza los turistas nacionales a partir del año 2011.


«¿Masificación y turismo o comer?», reza un cartel en una manifestación contra la saturación turística en Eivissa.

“Medir el éxito turístico a partir del número de turistas continúa siendo un error”, afirma a elDiario.es José Mansilla, doctor en Antropología social y profesor en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), quien apunta a que es una variable que se suele presentar “como si fuera un éxito” tanto por parte del sector turístico como desde la política y “como resultado de las campañas turísticas”.

Sin embargo, Mansilla resalta que la presencia de un volumen determinado de visitantes no supone que haya un impacto necesariamente positivo sobre la población e indica que hay estudios que señalan que del 100% del valor añadido que genera el turismo “solamente el 20% es repercutible a los salarios, con lo cual el 80% son retribuciones al capital”. “El turismo no es un mecanismo adecuado para redistribuir la renta”, asegura el antropólogo. En este sentido, Mansilla recuerda que si los trabajadores tienen menos dinero porque los salarios son bajos, acceder a un derecho básico como la vivienda se complica.

El antropólogo José Mansilla afirma que ‘el turismo no es un mecanismo adecuado para redistribuir la renta’ y que diversos estudios demuestran que, del 100% del valor añadido que genera el turismo, ‘solamente el 20% es repercutible a los salarios, con lo cual el 80% son retribuciones al capital’

Y pese a que la renta media ha subido en las cuatro islas entre estos años, como señala el informe, el poder adquisitivo de la población no ha mejorado. Entre junio de 2019 y 2024, la inflación ha aumentado un 19,1% y un 19,7% en Canarias y Balears, respectivamente, según datos del Banco de España. Esta tendencia supera la media nacional, que se sitúa en el 18,9%.

Balears lidera la subida de precios de los alquileres

Por otro lado, los precios del alquiler de la vivienda no paran de crecer. Entre 2015 y 2022, Balears es la comunidad autónoma que ha sufrido un mayor incremento, del 40%, según datos del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana analizados por elDiario.es. El aumento es del 29 y 33% en los casos de Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife, respectivamente.

En cuanto al mercado de compraventa, el peso más elevado de las adquisiciones de no residentes, un asunto que está en el centro del debate en ambas comunidades, se observa precisamente en Balears, Comunitat Valenciana y Canarias, con cifras situadas entre el 20 y el 25%, según el informe anual del Banco de España de 2023.

Además de adquirir viviendas más caras -una media de 2.600 euros por metro cuadrado frente a los 1.600 euros de los residentes-, los ciudadanos extranjeros “tienen un papel relevante en el auge del alquiler turístico y el alquiler de temporada que estaría disminuyendo el uso residencial de la vivienda en determinadas zonas”, señala el informe, lo cual contribuye “al aumento de los alquileres en zonas tensionadas”.

El estudio señala que los ciudadanos extranjeros ‘tienen un papel relevante en el auge del alquiler turístico y el alquiler de temporada que estaría disminuyendo el uso residencial de la vivienda en determinadas zonas’, lo cual contribuye ‘al aumento de los alquileres en zonas tensionadas’

“La única solución es ir conquistando nuevos espacios, así que el turismo acaba metiéndose incluso dentro de nuestras casas”, afirma Mansilla, quien opina que la campaña Live like a local de Airbnb pretende implantar la idea de que, además de disfrutar del sol y la playa de territorios como los insulares, “puedes incluso tener la experiencia de vivir como una persona local, aunque ya sabemos que eso es propaganda”. 

Asimismo, el antropólogo recuerda que los turistas, cuando salen de las instalaciones vinculadas al sector privado de la hostelería, consumen bienes públicos, como una plaza o una playa. Sin embargo, para competir con otros destinos, “el turismo tiene que ofrecer continuamente nuevos alicientes”, señala Mansilla, entre ellos, el alquiler turístico de viviendas.

Así, mientras los trabajadores pierden poder adquisitivo, y cada vez tienen más complicado el acceso a una vivienda digna, el antropólogo destaca que “los aspectos vinculados al capital, como las inversiones, se ven reforzados”. “Es muy lógico que cuando un territorio tiene dependencia de un sector como el turismo, ello suponga un impacto negativo sobre las clases trabajadoras”, destaca Mansilla.

La población sigue aumentando

En cuanto a los residentes, entre 2019 y 2023, Eivissa ha pasado de 147.914 a 157.805 habitantes, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), lo que supone una subida del 6,7%. Una tendencia que continúa en aumento, ya que la isla tiene 161.485 personas empadronadas en 2024. Menorca, durante el mismo periodo, pasa de 93.397 a 99.381 habitantes, según datos del INE, lo que significa un aumento del 6,4%. El dato más actualizado muestra que Menorca tiene 101.074 residentes.

Lanzarote, entre 2019 y 2023, pasa de 152.289 a 159.021 habitantes, según datos del Instituto Canario de Estadística (Istac). Es decir, la población ha aumentado un 4,4% y la tendencia es ascendente, ya que el dato más actualizado indica que hay 163.467 personas censadas. Por último, La Palma, durante el mismo periodo, pasa de 82.671 a 83.875 habitantes, según el Istac, lo que supone un aumento de apenas el 1,4%. El último dato sitúa la población en 85.104 residentes.


Jóvenes en la manifestación que reunió a un millar de personas en Eivissa en mayo de 2024.

Las limitaciones de los territorios insulares

Mientras que los datos muestran tanto un crecimiento de la población residente como un aumento de la llegada de turistas a Eivissa, Menorca y Lanzarote (La Palma experimenta un descenso), el informe de IbizaPreservation también analiza la distribución del suelo en dichos territorios. Así, sobre Lanzarote y Eivissa, señala que son ejemplos claros “de cómo el desarrollo urbanístico y la presión turística pueden transformar significativamente el paisaje insular”. Según los investigadores, ambas islas enfrentan “un desafío constante para gestionar de manera sostenible su crecimiento urbano”, así como la expansión de la infraestructura turística.

En cuanto a Menorca, el informe destaca que “equilibra su herencia rural con un desarrollo urbano controlado”. Así, las zonas agrícolas son imprescindibles no solo porque contribuyen “al equilibrio ambiental y a la preservación de paisajes tradicionales”, sino también por razones económicas y culturales. Por último, La Palma se caracteriza por un mayor compromiso “con la conservación del entorno natural y el uso agrícola del suelo”. En esta línea, el informe destaca que el desarrollo urbanístico tanto en el interior de la isla como en las zonas costeras es proporcionalmente bajo, ya que se ha priorizado “la protección de sus paisajes montañosos y su biodiversidad, manteniendo un enfoque más conservacionista”.

Estas diferencias entre islas han llamado la atención de algunos investigadores. “Me preocupa ver con claridad estas diferencias sobre el precio de venta de vivienda y los porcentajes de suelo urbanizado o potencial urbanístico, siendo Eivissa la isla que supera a las demás”, asegura a elDiario.es Elisa Langley, coordinadora del Observatorio de Sostenibilidad de IbizaPreservation. Así, asegura que Eivissa “está llegando a una situación extrema”. “Marca una tendencia que otras islas podrían replicar o alcanzar en los próximos años si no se toman medidas a tiempo”, advierte.