Vivir con asma: un reto respiratorio que se puede controlar

En el asma es necesario contar con un diagnóstico preciso, un tratamiento adecuado y un seguimiento multidisciplinar

Las vías respiratorias son conductos por los que pasa el aire hacia y desde los pulmones. Cuando una persona sufre asma, estas vías respiratorias pueden inflamarse y estrecharse, lo que dificulta la salida del aire al exhalar. Se calcula que, en España, entre 2,5 y 3 millones de personas padecen asma, lo que supone entre un 5% y un 15% de la población. Se manifiesta especialmente en niños y hombres, aunque en la edad adulta es más común entre las mujeres. En estas personas, un diagnóstico adecuado y un plan de acción preciso pueden marcar la diferencia entre un episodio controlable y una crisis de salud más grave.

Qué es el asma y qué retos plantea

El asma es una inflamación crónica de los bronquios y bronquiolos, pequeños tubos por los que circula el aire desde la tráquea hasta los alveolos que se estrechan. Este estrechamiento puede estar provocado por dos factores: inflamación de la pared del bronquio y contracción del músculo que rodea la pared del bronquio. Esto da episodios y síntomas como falta de aire, dificultad para respirar, tos y sibilancias. Si bien algunas personas pueden sentir solo ciertas molestias al respirar, para otras la enfermedad es un verdadero impedimento a la hora de desarrollar su vida diaria con normalidad. 

El hecho de que en muchas personas el asma tenga un significativo impacto en su vida diaria muestra por qué es fundamental llegar a un diagnóstico preciso de esta enfermedad crónica. Y este es uno de los objetivos del primer Manual de Procedimientos en Asma, publicado por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) e impulsado, entre otros, por profesionales de la Fundación Jiménez Díaz


Niña con un inhalador para el asma

El manual “surge como respuesta a la necesidad de un diagnóstico respaldada por pruebas objetivas, especialmente en un contexto donde los avances terapéuticos exigen una precisión diagnóstica rigurosa”, explica la Doctora Mar Fernández Nieto, especialista del Servicio de Alergología del hospital madrileño, miembro de su Unidad Multidisciplinar de Asma (UMA), integrada por expertos en Neumología, Alergología, Pediatría, Inmunología y Otorrinolaringología y otros servicios como Radiología, y coordinadora de este documento, que proporciona a los profesionales sanitarios una herramienta clave para el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad.

Comprender la importancia de un manejo adecuado del asma y estar preparado para posibles ataques es crucial para el bienestar de las personas que sufren asma

Primer paso hacia el diagnóstico: sospechar

Para llegar al diagnóstico, antes se han tenido que identificar los síntomas. Aunque pueden variar de una persona a otra y pueden aparecer y desaparecer, los más comunes suelen ser ahogo o dificultad para respirar, tos repetitiva y normalmente seca, pitidos o ruidos en el pecho (sibilancias), que se producen al salir el aire a través de los bronquios estrechados por la inflamación y opresión o sensación de tirantez en el pecho. 

Una de las particularidades del asma es que la intensidad de estos síntomas es variable, es decir, cambia a lo largo del día, de los días y meses. A menudo, suelen aparecer o son mayores al realizar esfuerzos, por la noche o al inicio de la mañana o con la presencia de catarros y en ciertas épocas del año. Los motivos detrás de esta particular variabilidad debemos ir a buscarlos, en la mayoría de los casos, en la exposición a factores ambientales como los alérgenos en las personas alérgicas, la exposición al aire frío, la contaminación ambiental o infecciones respiratorias, e incluso el ejercicio físico, entre otros.

Pruebas específicas y enfoque multidisciplinar

Diagnosticar el asma no siempre es fácil y se pueden necesitar varias citas antes del veredicto porque, como ya hemos visto, suele presentar síntomas que requieren un amplio diagnóstico diferencial. Llegar a él no solo pasa por tener en cuenta estos síntomas sino que requiere de pruebas específicas que confirmen la enfermedad, como un estudio alérgico y pruebas de función respiratoria como la espirometría, una prueba no invasiva que mide la capacidad de los pulmones y la velocidad del flujo del aire en su interior.  

Por el contrario, no disponer de un diagnóstico adecuado o una mala adherencia al tratamiento pueden agravar los síntomas. De ahí la importancia de contar con un seguimiento preciso y personalizado.


Hombre usando un nebulizador para el asma

En este sentido, desde la Unidad Multidisciplinar del Asma, acreditada con la categoría de Excelencia por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y la SEAIC, uno de los objetivos es facilitar el diagnóstico a través de un enfoque multidisciplinar y personalizado de cada paciente de la mano de técnicas diagnósticas mejoradas que permitan mejorar la calidad de vida, reducir las exacerbaciones asmáticas y proporcionar un mejor control de la enfermedad.

El objetivo del tratamiento es que las personas puedan hacer vida normal y la medicación es muy efectiva en este sentido ya que se pueden controlar los síntomas, evitar crisis y mantener la función respiratoria. Los medicamentos pueden ser antiinflamatorios, que eliminan o mitigan la inflamación de los bronquios, como corticoides inhalados; y los broncodilatadores, que actúan sobre el músculo de los bronquios, dilatándolo y permitiendo que el aire pase mejor.

No todos los asmáticos necesitan el mismo tratamiento; este depende de la gravedad de la enfermedad, los síntomas o la función pulmonar, así como de la época del año, por lo que la medicación debe ajustarse de forma periódica. Y aquí es donde cobra especial importancia el enfoque multidisciplinar y personalizado del asma.