El Gobierno de Moreno y Marbella pactan recalificar una gran parcela pública junto a la playa para destinarla a un nuevo hotel

Las dos administraciones quieren destinar el terreno, propiedad de la Junta de Andalucía, a un nuevo equipamiento hotelero al que se daría el doble de la edificabilidad actual

Marbella se agarra a la vía abierta por el Gobierno de Moreno para construir en suelo rústico

El pasado 24 de febrero el Ayuntamiento de Marbella firmó con la Junta de Andalucía un convenio para hacer “posible” que los terrenos de la histórica Residencia de Tiempo Libre, de los que es titular la Junta, se recalifiquen pasando a ser de uso hotelero. De paso, el Ayuntamiento se comprometió a aumentar la edificabilidad de la parcela en 30.000 metros cuadrados, más del doble de lo que hay construido ahora.

El objetivo de ambas administraciones, ya anunciado por la Junta desde hace meses, es allanar el terreno para que una gran empresa hotelera pueda instalarse en ese lugar, un idílico paraje pinar a pocos metros de la playa, frente a unas dunas protegidas.

Se trata de una de las pastillas de terreno más valiosas de la Costa del Sol, unos 200.000 metros cuadrados en total, que la Junta quiere entregar a un inversor privado durante 75 años a cambio de un canon de entre 3,5 y 4 millones de euros anuales, según anunció en su día Carolina España, consejera de Economía y Hacienda.

El convenio entre el Gobierno andaluz y el Consistorio es un paso más, al preconfigurar las condiciones urbanísticas para encajar el complejo hotelero, aprovechando que lo que hay ahora, la Residencia de Tiempo Libre, feneció tras una lenta agonía.

El PSOE se opone, porque cree que las 200 viviendas de la residencia puestas en alquiler social podrían servir para destensar el mercado inmobiliario marbellí. Por su parte, los ecologistas advierten de que se pretende enladrillar y entregar al turismo un terreno que esponja la zona con una densa masa arbórea y que, además, se sitúa justo enfrente de las dunas protegidas de la playa Real de Zaragoza.

Venta de las residencias públicas

La pretendida concesión de su parcela marbellí es la más delicada operación de cuantas quiere hacer el Gobierno de Moreno para deshacerse de patrimonio inmobiliario que considera improductivo. Lleva algo más de un año enfrascado en la venta al mejor postor de las seis residencias de tiempo libre (Aguadulce –Almería–, Marbella –Málaga–, La Línea –Cádiz–, Pradollano –Granada–, Punta Umbría –Huelva– y Siles –Jaén) y nueve villas turísticas, levantadas la mayoría de ellas en los años 60. Andalucía las recibió en 1982, tras el primer traspaso de competencias de la democracia.

La Residencia de Tiempo Libre de Marbella es la joya de la corona, aunque hoy aparezca cerrada a cal y canto, vigilada para que el complejo no se okupe o vandalice, y la maleza rodee las pistas deportivas o los avejentados edificios de viviendas. Una veintena de casas, equipadas con placas solares, apenas distan unos metros de las dunas móviles, un ecosistema protegido por su valor ecológico, aquí cercado por una valla.


Hilera de bungalós de la Residencia de Tiempo Libre de Marbella

Durante décadas, las residencias de tiempo libre se dedicaron a dar alojamiento a precios asequibles a jubilados, personas con discapacidad o trabajadores de escasos recursos, previo sorteo. Pero tras una década de progresiva decadencia, el Gobierno de Moreno las cerró definitivamente en 2023 entre críticas sindicales, luego reabsorbió a la mayoría de sus 321 trabajadores y, finalmente, está vendiéndolas en subasta pública o dando los primeros pasos para entregarlas a un inversor privado. La previsión inicial era concesionar las de Marbella y La Línea, entregar a los municipios las de Siles y Punta Umbría, y vender las de Pradollano y Aguadulce.

Sin embargo, se está encontrando dificultades. Tuvo que ampliar el plazo de la subasta de dos residencias y tres villas a petición de “potenciales inversores”, según dijo. Finalmente, en octubre solo logró adjudicar las villas de Fuenteheridos y Cazalla de la Sierra por un total de 832.000 euros. No hubo pujas por las residencias, según fuentes de la Consejería, que pretendía obtener 11,4 millones de euros por el paquete completo. Desde entonces, nada se ha movido.

En el Gobierno de Moreno creen que estos inmuebles que son una rémora de escasa utilidad social (83.259 estancias en 2023) que carga los presupuestos públicos de gastos de mantenimiento (15 millones al año), según explicó en su día la consejera de Empleo Rocío Blanco. Y valora que por ellas se puede obtener un buen dinero, sobre todo si les pone el lazo que permita aumentar su valor.

Duplicar la edificabilidad

El convenio, suscrito por España (Consejera de Economía y Hacienda) y Ángeles Muñoz (alcaldesa de Marbella) supone adelantar el destino de la parcela, uno de los pocos espacios no colmatados de ladrillo a lo largo de la Costa del Sol, evitando esperar al nuevo plan urbanístico que ahora prepara Marbella.

En el caso de Marbella, eso implica completar el trámite para que el suelo deje de ser de equipamiento general y se convierta en hotelero, y aumentar la edificabilidad: a los 23.935 metros cuadrados ya construidos se añadiría la posibilidad de levantar otros 30.000, duplicando así la superficie de alojamientos.

Será la Consejería quien presente al Consistorio el Estudio de Ordenación para modificar el destino del suelo, y después el Ayuntamiento de Marbella “realizará todos los trámites administrativos y técnicos necesarios para que dicho cambio de calificación sea posible”, incluyendo el otorgamiento de licencias para que aquello pueda funcionar como hotel, según se lee en el acuerdo. Un destino que ya tenía en mente el gobierno local, que en el primer avance de la nueva normativa urbanística había identificado la antigua residencia como zona idónea para “ampliar la oferta turística”.

“Otro pelotazo urbanístico”

Para el PSOE local, es una privatización apenas disimulada que traiciona el carácter social que ha tenido el terreno y la propia residencia, catalogada como “edificación singular”. “Otro pelotazo urbanístico”, según la portavoz Isabel Pérez, quien ha advertido de una “pérdida irreparable” si se consuma la entrega a una cadena hotelera. “No estamos de acuerdo con que se supriman los equipamientos públicos de carácter general, que forman parte del diseño de ciudad, para atender a otros intereses que no son los de la ciudad. Es la Junta de Andalucía la que quiere hacer caja privatizando”, abunda Adrián Jiménez, responsable de Urbanismo de los socialistas de Marbella.


Parte trasera de un apartamento de la residencia Tiempo Libre de Marbella

La ciudad no vive ajena a las tensiones en el mercado de la vivienda. El precio de la vivienda nueva ya supera al de la burbuja, según Tinsa. Abunda la vivienda turística (15.000 registradas por la Junta), las segundas residencias y las villas de lujo, pero no la vivienda asequible, y la patronal hotelera ya ha llamado la atención de los problemas para cubrir su plantilla por la falta de vivienda. “Lo mismo pasa con sanitarios, policías o docentes”, explica Jiménez.

En octubre, Marbella celebró un sorteo para el alquiler asequible de 18 viviendas públicas. Había 3.000 candidatos. Son las primeras en el municipio, que está ejecutando una nueva promoción de 84 en San Pedro y otra de 73 en Nueva Andalucía. Sumar al alquiler social las doscientas casas públicas de la Residencia de Tiempo Libre sería una acción inmediata, pero choca con el apetito que entre inversores privados puede despertar ese terreno, cuyo valor en bruto puede rondar los 200 millones de euros. Justo al lado ha recibido al fin vía libre el hotel W, un superlujo de 186 habitaciones, 89 apartamentos turísticos y 115 residenciales, con una inversión prevista de 200 millones de euros.

También Ecologistas en Acción se opone al convenio, llevándolo a Fiscalía por entender que presenta indicios de ilegalidad. Al entregar su explotación a una cadena hotelera, creen que la Junta de Andalucía cambia su finalidad social por la “monetización pura y dura” que no se justifica.

Un nuevo plan en tramitación

En su denuncia, los ecologistas apuntan también a una cuestión de orden. Creen que el acuerdo entre las dos administraciones para hacer ya la modificación pervierte la tramitación ordinaria, sacando la cuestión del planeamiento municipal que ahora mismo se discute.

Marbella trabaja en una nueva planificación urbanístico, tras tres décadas de caos que han perfilado un proceloso paisaje, tanto a pie de calle como en los tribunales: hay miles de licencias, entregadas graciosamente en los tiempos de Gil, que son están fuera de la ley. El Ayuntamiento quiso amnistiarlas con un nuevo PGOU en 2010, pero el Tribunal Supremo tumbó el intento cinco años después, de modo que, por ahora y hasta que el Consistorio culmine su nuevo PGOU, rige el plan de 1986.

El avance del nuevo Plan General de Ordenación del Municipio (PGOM) ya anticipa que Marbella busca terrenos para nuevos hoteles; pretende ser el primer municipio en aplicar un artículo de la ley de suelo andaluza (LISTA) que permite construir en suelo rústico hoteles y alojamientos turísticos, así como equipamientos industriales, de ocio o comerciales.

El nuevo encaje de la Residencia de Tiempo Libre de Marbella en la trama urbana de Marbella está destinado, precisamente, a facilitar su conversión en hotel, algo distinto a lo que fue. Promovida, como las otras, por la Obra Sindical de Educación y Descanso, inicialmente recibió el nombre de Ciudad Sindical de Vacaciones, remarcando su destino prioritario para el disfrute de trabajadores con renta escasa que no podían acceder a otros alojamientos vacacionales.


Vista de la residencia Tiempo Libre de Marbella

El conjunto fue diseñado en 1956 por los arquitectos Manuel Aymerich y Ángel Cadarso y finalizado en 1963: son 199 residencias que forman una ciudad jardín a la que también se incorporan edificios dotacionales, como club y restaurante, iglesia, centro sanitario, centro comercial y zonas deportivas.

Aymerich y Cadarso escogieron líneas curvas, formas suaves y muros encalados asociados la arquitectura mediterránea. Está inscrita en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz desde el año 2003 y en el Catálogo General del Patrimonio Urbano y Arqueológico Protegido de Marbella desde 2005.