Pese a que la Constitución señala que “ninguna confesión tendrá carácter estatal” y que más de la mitad de los españoles de entre 18 y 44 años se declaran ateos, agnósticos o indiferentes ante la religión, esta semana ha vuelto a chirriar el equilibrio entre Estado e Iglesia
Un cortejo que recuerda al Imperio romano, en un solo ataúd y recibido por pobres: el funeral de Estado del papa Francisco
Somos lo que somos por influencia del cristianismo. Puede agradar más o menos, pero desde su incidencia en el ordenamiento jurídico a muchas de nuestras tradiciones se explican por esa ascendencia. Hace unas semanas, para hablar de su libro sobre el papa Francisco, me recordó una reflexión del filósofo que lo resume bien: “No podemos no llamarnos cristianos. Todos venimos de ahí. Europa es eso. Atenas y Jerusalén, Jesucristo y Sócrates. Nos guste o no, es así en todos los sentidos”.