Los hospitales españoles –salvo los de Canarias y Baleares que funcionan con normalidad– están capeando el gran apagón gracias a unos equipos electrógenos de emergencia que les permiten, al menos por el momento, tener electricidad para los servicios esenciales como los respiradores, los monitores con las constantes vitales o los aparatos necesarios para concluir las cirugías iniciadas cuando se ha producido el corte eléctrico. La mayoría de los centros han activado comités de crisis para tomar decisiones sobre cómo enfrentar una situación sin precedentes que va a durar, al menos, entre seis y diez horas.