Manuel Liñán (Granada, 1980) es uno de los bailaores más aclamados de la escena actual. Las entradas de sus espectáculos se agotan en un abrir y cerrar de ojos, los teatros en los que actúa lo despiden aplaudiendo en pie y por bulerías, la crítica se rinde al talento de su compañía y en sus estanterías ya no caben más premios. El último, el del Público del Festival de Jerez, viene a sumarse al Nacional de Danza de 2017 o el Max de 2020. Pero nada de eso parece disuadir a quienes, cegados por la furia homófoba, usan las redes para vomitar insultos.