La marcha del purpurado gallego, sumada a la ausencia por enfermedad de Antonio Cañizares, colocan a los cardenales Omella y Artime como ‘líderes’ de la Iglesia española que elegirá al nuevo Papa; España es el tercer país en número de cardenales
Los ultras ‘compran’ una dupla de papables suavizada para el cónclave a falta de un candidato con posibilidades
El cardenal Rouco Varela no está en Roma. El que durante décadas fue considerado el vicepapa español ha perdido todos sus acentos –y sus asientos– en la Ciudad Eterna. No goza de predicamento entre los nuevos cardenales, y los mayores de 80 años que alzan la voz lo hacen de un modo grosero, poco elegante para este gallego, según ha confesado a sus allegados, así que ha decidido volverse a Madrid y seguir desde allí el precónclave.
La ausencia de Antonio María Rouco Varela, sumada a la del cardenal Antonio Cañizares –uno de los dos electores que no acudirán, por enfermedad, al cónclave– deja al episcopado español sin dos voces conservadoras, que en otro momento hubieran servido para apuntalar la estrategia que sigue la tríada ultra de Raymond Burke (EEUU), Robert Sarah (Guinea) y el alemán Gerhard Müller: una enmienda a la totalidad del pontificado de Francisco.
Los que quedan, y especialmente los que votan, responden a criterios totalmente distintos (opuestos, por cierto, a los de la mayoría de los obispos españoles, que es netamente conservadora), y todos ellos apuestan por un Papa que continúe el legado de Francisco, especialmente en la apuesta por los “descartados” de la sociedad. También en lo que tiene que ver con la lucha contra los abusos, aunque en este tema la Iglesia española todavía tiene mucho que caminar para dejar de ser, junto a la italiana o la polaca, la más refractaria a cualquier cambio.
Con todo, y pese a la pérdida de peso real de la Iglesia española en el mundo, España es el tercer país en número de miembros del Colegio Cardenalicio, con 13 cardenales, sólo por detrás de Italia (51 purpurados, aunque solo 17 electores) y Estados Unidos (17, con 10 electores).
De ellos, cinco son menores de 80 años, aunque solo cuatro votarán en el cónclave, tras la retirada de Cañizares: José Cobo, Juan José Omella, Carlos Osoro y Ángel Fernández Artime. A ellos hay que sumarles dos purpurados nacidos en España, pero que desarrollan su tarea pastoral en otros países y fueron asignados a ellos por el Vaticano: Cristóbal López y François-Xavier Bustillo, representantes de Marruecos y de Francia, respectivamente.
¿Hay algún cardenal español con posibilidades? Sí. Uno de los ‘tapados’ en muchas quinielas es Ángel Fernández Artime. Quien fuera rector de los salesianos (la segunda congregación en importancia del mundo, tras los jesuitas), abandonó su puesto después de que Francisco le encargara una misión especial, que nunca llegó a concretarse. ¿Tal vez sucederle? Es lo que piensan algunos, que apuntan a pequeños detalles como que durante la enfermedad del Papa, fue durante el rezo del rosario dirigido por Artime cuando se leyó un mensaje de Bergoglio en el que agradecía las oraciones. Este gesto fue considerado una “prueba de vida” cuando se especulaba con la muerte del pontífice.
El cardenal de la ‘revolución’
El Papa eligió al salesiano para acompañar el proceso que llevó a la última gran revolución de este pontificado: nombrar a una mujer, Simona Brambilla, como prefecta para la Vida Religiosa. Artime fue su segundo, con lo que aceptaba de facto que un cardenal estuviera por debajo de una mujer en el escalafón. Además, en un cónclave muy fragmentado, con cardenales procedentes de 71 países, la figura de Artime emerge como alguien muy conocido, ya que ha viajado a 130 países como rector de los salesianos. En la contra, su edad (64 años), y el hecho de que, de ser elegido, sería el segundo Papa de una orden religiosa, e hispano, de manera consecutiva.
El cardenal Artime.
Juan José Omella (79 años) es considerado uno de los hacedores de reyes de este cónclave. Este aragonés de Cretas fue presidente de la Conferencia Episcopal y, posteriormente, Francisco lo nombró miembro del C9, el grupo de cardenales que lo asesoraba en el gobierno de la Iglesia. Esta posición le hace tener capacidad de encuentro con cardenales de los cinco continentes, y sus reflexiones, que no se están haciendo públicas, sí podrían servir para determinar el estilo, y a partir de ahí el nombre o los nombres de candidatos, que pudieran disputar el puesto como auténtico heredero del papado de Francisco al italiano Pietro Parolin, el favorito de todas las quinielas hasta ahora.
El cardenal Juan José Omella durante una rueda de prensa. EFE/Víctor Lerena
José Cobo (59 años) es arzobispo y cardenal de Madrid, además miembro del dicasterio de Obispos. Hoy por hoy es el hombre de Francisco en España. Vicepresidente de la Conferencia Episcopal (los obispos no quisieron optar por el candidato de Bergoglio), es la persona llamada a liderar el cambio necesario en la Iglesia de nuestro país. Bien considerado por sus pares, podría tener un papel aglutinando sensibilidades entre los cardenales de las grandes ciudades. No es papable, al menos en este cónclave, pero sí está convencido de la necesidad de “un Papa valiente”, que lleve a buen término la propuesta sinodal de Francisco.
José Cobo, con el Papa Francisco
Carlos Osoro es el cardenal con mayor edad en entrar en el cónclave (cumple 80 años el 16 de mayo). Arzobispo emérito de Madrid (junto a Nueva York y Toronto, las tres ciudades que tendrán dos cardenales en la Capilla Sixtina), fue el encargado de comenzar la renovación en la Iglesia española. Su voto es una incógnita.
Carlos Osoro.
Junto a ellos, Cristóbal López Romero (el arzobispo de Rabat, una de las grandes sorpresas de este precónclave, que ha hablado claro y rotundo en favor de un Papa pastor, y no un político) y el franciscano conventual François-Xavier Bustillo, de 56 años, nacido en Pamplona, obispo de Ajaccio (Córcega) y cardenal por Francia.
Entre los no electores, el ex presidente de la Conferencia Epsicopal, Ricardo Blázquez; Santos Abril, Aquilino Bocos, Julián Herranz, Luis F. Ladaria, Lluís Martínez Sistach, Fernando Vérgez y el ‘desaparecido’ Rouco Varela. Otros ‘españoles’ son el capuchino de origen vasco Celestino Aós Braco, cardenal de Chile; y el agustino recoleto navarro José Luis Lacunza, cardenal de Panamá.
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