La tarifa pasa de 1,3 euros a los 2,5 si se pasa más de media hora con una sola consumición y se puede llegar a cobrar más de 4 euros si se está más de una hora
El alquiler de temporada en la Barceloneta llega a suponer el 80% de la oferta
En la Barceloneta hay un bar que cobra en función de lo que el cliente pasa en la terraza. Así lo advierte un cartelito enganchado en las mesas: el precio del café es de 1,60 euros. Pero si tardas más de media hora en tomártelo, sube a 2,5. Y, si estás sentado más de una hora, se pasa a pagar 4 euros.
Esa es la política que ha adoptado el bar Perfetto, una cafetería en el corazón de este barrio de Barcelona que, por su proximidad al mar, es uno de los más turísticos de la ciudad. La idea del local no ha tardado en levantar ampollas entre los usuarios de redes sociales, que han cuestionado la legalidad de esta política o la han tildado de “robo”.
“Mucho tardaba en hacerse viral”, se lamenta Massimo, el dueño del establecimiento, quien defiende su decisión frente a las críticas. Nació después de una pelea entre clientes, explica a elDiario.es. “Fue una noche en que unos que estaban esperando una mesa se cansaron y se enfrentaron a los que estaban sentados, que llevaban horas alargando sin consumir nada”, relata.
Fue por eso por lo que decidió poner una “advertencia” en las mesas. “Es una manera de concienciar”, dice. “No puedes estar muchas horas sin consumir, si no, los negocios no son rentables”, asegura.
Esta decisión divide a los clientes. Algunos están de acuerdo con Massimo y sostienen que media hora para un café es “más que suficiente”. Así lo cree un hombre sentado en esa terraza, periódico en mano. Otros, en cambio, piensan que limitar el tiempo es una mala decisión. “Yo no me sentaría aquí. Sobre todo por las formas. No quiero tener que estar pendiente del reloj cuando estoy en un bar”, asegura una joven que pasa por la plaza en la que está este restaurante y que se ha enterado de la polémica por las redes.
“Es lo que nos faltaba en este barrio colonizado por los turistas”, sigue esta mujer. Es vecina de la Barceloneta, un barrio en el que apenas quedan locales debido a los altos precios del alquiler y el elevado número de viviendas de temporada (que llegan a suponer el 80% de la oferta). “Todos los bares están pensados para los de fuera y los que tienen precios asequibles resulta que nos quieren cobrar 4 euros por un café si nos pasamos de tiempo”, añade la joven, que se siente “expulsada del todo” de su barrio.
Massimo se muestra impermeable a las críticas y asegura que la decisión no le ha comportado pérdida de clientes. Además, dice, sólo pone en práctica la tarifa horaria cuando hay mucha gente en la terraza. “Es, en realidad, una especie de broma. Y nada más cobramos esto si tenemos clientes esperando. A nadie le gusta ver cómo la gente ocupa una mesa en la que te quieres sentar tú si no están consumiendo nada”, asegura.
Lo que sí lamenta el propietario de este local son las críticas que ha recibido en redes por las respuestas que la cuenta del bar da a las malas reseñas que los clientes dejan en Internet. Se encuentran réplicas que tildan de “alcohólicos” a quienes lamentan que a partir de cierta hora sólo se vendan bebidas alcohólicas o de “delincuente” a otro que les acusó de racismo.
Aquí Massimo sí ha querido desmarcarse, asegurando que no los dejaron él ni su equipo, sino los antiguos gestores del local. Él, según explica, abrió el local en 2019 y lo sostuvo hasta 2021. Entonces, lo dejó en manos de otras personas y no lo volvió a retomar hasta hace pocos meses. “Por eso sí pedimos disculpas. Vamos a borrar esa cuenta y a empezar de cero porque eso hay que arreglarlo”, sostienen desde el bar.