El primer discurso del Papa León XVI desde el balcón principal de la plaza de San Pedro del Vaticano
El estadounidense Robert Prevost será el papa León XIV tras la fumata blanca
Perfil – Robert Prevost, el nuevo Papa León XIV: agustino, misionero y ‘antiTrump’
El papa León XIV pidió hoy ayuda a la gente para “construir puentes de paz” con el objetivo también de buscar la justicia e invitó a hacerlo sin miedo, y dirigió un “saludo de paz” en sus primeras palabras desde el balcón de la Plaza de San Pedro.
Tras su elección como nuevo pontífice, anunciada mediante la fumata blanca, el cardenal estadounidense Robert Francis Prevost compareció poco más de una hora después ante miles de fieles concentrados en San Pedro.
Allí dijo que Dios ama a la humanidad “incondicionalmente” y animó a caminar “unidos, de la mano”, con la premisa de que “el mal no prevalecerá”. Emocionado al salir al balcón de San Pedro, León XIV añadió que la paz ha de ser “humilde y perseverante”.
La transcripción completa del primer discurso del Papa León XIV:
La paz esté con todos vosotros. Queridísimos hermanos y hermanas. Este es el primer saludo de Cristo resucitado que ha dado la vida. El Buen Pastor que dio la vida por el rebaño de Dios. Yo también querría que este saludo entrase en nuestro corazón y llegase a vuestras familias, a todas las personas, estén donde estén. A todos los pueblos, a toda la Tierra. La paz esté con vosotros.
Esta es la paz de Cristo resucitado. Una paz desarmada y una paz desarmante, humilde y perseverante. Proviene de Dios. Dios, que nos ama a todos de manera incondicional. Aunque ahora, nosotros aquí seguimos conservando en nuestros oídos esa voz débil, pero siempre valiente, del Papa Francisco que bendijo a Roma.
El Papa que bendijo a Roma daba su bendición al mundo, al mundo entero. Esa mañana del día de Pascua. Permitidme seguir esa bendición. Dios nos quiere. Dios nos ama a todos. Y el mal no prevalecerá. Todos estamos en manos de Dios.
Por lo tanto, sin miedo Mano a mano, unidos hoy de la mano de Dios y entre nosotros, avancemos hacia adelante. Seamos discípulos de Cristo. Cristo te precede. El mundo necesita su luz. La humanidad necesita de él como el puente para ser alcanzada por Dios y por su amor. Ayudadnos también a ser vosotros, los unos con los otros, a construir puentes con el diálogo, con el encuentro, uniéndonos todos para ser un único pueblo siempre en paz. Gracias al Papa Francisco.
También quiero dar las gracias a todos los hermanos cardenales que me han elegido para ser el sucesor de Pedro y caminar junto a vosotros como Iglesia unida, buscando siempre la paz, la justicia, buscando siempre trabajar como hombres y mujeres fieles a Jesucristo. Sin miedo, para proclamar el Evangelio, para ser misioneros.
Soy un hijo de San Agustín. Agustiniano. Que dijo “Con vosotros soy cristiano y por vosotros obispo”. En este sentido podemos todos caminar juntos hacia esta patria que nos ha pereparado Dios.
A la Iglesia de Roma, un saludo especial. Debemos comenzar juntos una iglesia misionera. Una iglesia que construya puentes de apertura y de diálogo siempre abierta a recibir. Como esta plaza, con los brazos abiertos a todos. Todos aquellos que necesitan caridad. Nuestra presencia, el diálogo y el amor.
Y se me permiten, también una palabra, un saludo a todos aquellos y en modo particular a mi querida Diócesis de Chiclayo en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto, para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo.
A todos vosotros, hermanos y hermanas, de Roma, de Italia, de todo el mundo. Queremos ser una Iglesia sinodal, una Iglesia que camina, una Iglesia que busca siempre la paz, que busca siempre la caridad, que busca siempre estar cercanos, sobre todo a aquellos que sufren.