No hay nada nuevo en el enfrentamiento de Javier Lambán y Emiliano García-Page con Sánchez. Los barones disidentes lo son desde hace diez años. Si ‘gepeteas’: «¿A quién puedo pedir una opinión crítica contra Pedro Sánchez?», te los saca con foto
Cada día amo más la profesión periodística y cada día mi apego se vuelve más romántico. Porque sigo creyendo que los medios publican noticias, ya ven, qué tontería. Y sigo pensando que la palabra “noticia” tiene un significado específico: aquello que 1) resulta de interés público; 2) no era conocido hasta el momento de publicarse; y 3) es relevante desde el punto de vista político, económico, cultural o social. Los mensajes de whatsapp entre Pedro Sánchez y José Luis Ábalos sólo cumplen el primer requisito. Y eso siendo muy generosos: más que revestir interés público, interesan al público.
No hay nada nuevo en el enfrentamiento de Javier Lambán y Emiliano García-Page con Sánchez. Los barones disidentes lo son desde hace diez años. Si gepeteas: “¿A quién puedo pedir una opinión crítica contra Pedro Sánchez?”, te los saca con foto.
Hemos visto chorrear sangre en las páginas de la prensa a causa de los enfrentamientos en el PSOE. No hay noticia. Tampoco resulta extraordinario. En todos los partidos hay discrepancias y luchas de poder. No, quiero ser precisa: en algunos, como Ciudadanos o UPyD, se evitó la concurrencia de distintos liderazgos. El resultado es que nunca dejaron de ser pequeños y murieron rápido. Que desde la cúpula de los partidos se trate de controlar esa discrepancia también es habitual. El éxito en este caso fue escaso. A la vista está que los toques de atención de Ábalos no les intimidaban demasiado. Los mensajes también revelan críticas de Sánchez a algunos ministros. Me apostaría algo a que son más comedidos que los del papa Francisco sobre sus cardenales. Y no dejaron de llamarle “Santidad”.
Los mensajes revelan el grado extremo de banalización de la política. Y algo peor: la situación del periodismo. Como todo es “contenido”, hemos perdido la perspectiva de lo que es noticia. La información se convierte en parte de la industria del entretenimiento. Y las noticias se confunden con el ruido. Nunca fue tan hermosa la basura mediática, diría parafraseando a José Luis Pardo. Y es relevante enfatizar que todos los periódicos españoles cometen excesos de cuando en cuando.
Entretanto, la ciudadanía sigue al otro lado. Mucha gente recurre a las redes sociales porque no encuentran muy diferente la información que ven allí de la que les ofrecen ciertas cabeceras autodenominadas serias. Cada vez más ciudadanos evitan las noticias, no sienten interés por ellas. Así lo refleja una tendencia constatada a lo largo de una década por el Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo. En vez de debatir sobre esto, los periodistas siguen hablando de guerras de poder.
La manera como se informa la ciudadanía se ha transformado. Esa tendencia a huir de las noticias tiene consecuencias: la democracia es un régimen de opinión pública cuyo motor es el debate público. Necesita el combustible de la información veraz. Si no, no anda. Esa sacudida que notamos de vez en cuando es porque se está averiando.
Los periodistas hablan mucho de las terribles consecuencias de la degradación de la política, pero apenas mencionan cómo la degradación del periodismo incide en la política. Al periodismo aún le gusta verse como una profesión heroica, cuya misión democrática es controlar al poder. Pero estamos en otra era de la información y en otra era ciudadana. La confianza en las instituciones de intermediación (los periodistas son una) se ha quebrado, como también se ha roto la confianza en la política. La información de calidad cuesta dinero y será cada vez más cara, en un internet en que todo será de pago. Ese distinto acceso va a generar una nueva desigualdad, y un mayor debilitamiento de la democracia. De todo esto hay que hablar. Es de gran trascendencia social. Y hay que hacerlo públicamente. A ver si algún director de algún medio tiene en su whatsapp un mensaje sobre esto que pueda publicar en los próximos días…