Trabajadores migrantes muertos en obras del Mundial en Arabia Saudí: decapitados, aplastados y electrocutados

Human Rights Watch denuncia que muchos han muerto en accidentes laborales que podrían haber sido evitados y que no han sido ni investigados adecuadamente por las autoridades, ni las familias han sido compensadas

Las miles de muertes de trabajadores migrantes presionan a la FIFA ante el probable Mundial de Arabia Saudí

Numerosos migrantes han muerto al caerse de un edificio, electrocutados o decapitados mientras trabajaban en la construcción de las infraestructuras del Mundial de Fútbol de 2034 en Arabia Saudí y de otros mega proyectos del reino. Así lo denuncia Human Rights Watch (HRW) tras haber documentado estos fallecimientos que, asegura, podrían haberse evitado y no se han investigado ni compensado adecuadamente.

La organización ha entrevistado a más de 30 familias de trabajadores de Bangladés, la India y Nepal que perecieron en el país del Golfo Pérsico. La viuda de un hombre bangladesí de 46 años, que llevaba dos en Arabia Saudí, relató que su marido estaba intentando sacar una piedra de una máquina con la que trabajaba cuando alguien la puso en marcha sin querer. Murió en el acto: “Cuando su cuerpo llegó a Bangladés, vimos que su cabeza estaba separada de su cuerpo. El relato de sus colegas coincidía con la condición del cuerpo, así que tuve que creerme lo sucedido. No puedo decir si la investigación del accidente fue exhaustiva o no. Cuando recibimos su cuerpo, quise abrazarlo una última vez, pero no fue posible. Al verlo en ese estado, perdí el conocimiento”.

Con base en las entrevistas con las familias, HRW señala que las empresas y las autoridades saudíes han ofrecido muy poca información sobre las circunstancias de la muerte de los trabajadores; algunos empleadores no han pagado los costes de repatriación de los cuerpos e, incluso, han presionado a las familias para que enterraran a sus seres queridos en Arabia Saudí.

Las empresas también han rechazado a menudo devolver los enseres personales de los trabajadores y pagar a las familias el salario que les correspondía. La ONG también ha hablado con dos trabajadores sociales que apoyaron en el proceso de repatriación y tres trabajadores que presenciaron la muerte de otros compañeros, además de haber revisado certificados de muerte y otros documentos.

La viuda de un trabajador de 32 años que murió electrocutado contó a HRW los intentos de la empresa para convencerla de enterrarlo en Arabia Saudí. “El cuerpo de mi esposo llegó a Bangladés unos tres meses después de su muerte. El capataz de la empresa intentó convencerme de diversas maneras de que, si no conseguía la repatriación del cuerpo, obtendría muchos beneficios de la empresa. Dijo que la empresa incluso nos ayudaría con los gastos mensuales, la educación de los niños, etc.”.

De acuerdo a su investigación, HRW señala que los fallecimientos de migrantes en el trabajo, incluso en los casos que son reconocidos como tales en sus certificados de muerte, no se compensan, a pesar de que así lo establece la ley saudí e internacional. Los migrantes se ven más afectados por las muertes en el trabajo y el sector de la construcción es donde se dan más incidentes que pueden ser mortales.

Sin embargo, HRW ha averiguado que en todos los sectores y en todas las regiones de Arabia Saudí los trabajadores sufren abusos y están expuestos a riesgos porque sus empleadores no toman medidas para protegerlos ni les facilitan la protección que necesitan, y las autoridades no realizan inspecciones o no castigan a las empresas que incumplen las normas de seguridad. 

La viuda de un bangladesí de 26 años que trabajó como obrero de la construcción durante más de cinco años antes de morir aplastado por una pala dijo a HRW que el cuerpo de su marido tardó más de tres meses en ser repatriado debido a retrasos burocráticos y a la negativa del empleador a asumir la responsabilidad. “La empresa no pagó los salarios atrasados, las prestaciones por fin de servicio ni ninguna compensación adicional, a pesar de las reiteradas solicitudes”. La mujer recibió más de 2.000 euros de un fondo del Gobierno de Bangladés creado expresamente para los trabajadores expatriados.

HRW alerta de que el riesgo de sufrir este tipo de incidentes aumenta a medida que Arabia Saudí acelera la construcción de las infraestructuras del Mundial de Fútbol de 2034 y otros mega proyectos impulsados por el príncipe heredero, Mohamed Bin Salman.

La organización denuncia que la FIFA ha adjudicado la Copa Mundial a este país del Golfo Pérsico “sin la debida diligencia en materia de derechos humanos, sin garantías de protección laboral efectiva ni la seguridad social de los trabajadores” y advierte de que este torneo puede volver a tener “un coste humano innecesario”. La ONG exige a las autoridades saudíes, la FIFA y otros empleadores que garanticen que “todas las muertes de trabajadores migrantes se investiguen adecuadamente y que las familias de los fallecidos sean tratadas con dignidad y reciban una compensación justa”.

“Los horribles accidentes laborales que matan a trabajadores migrantes en Arabia Saudí deberían ser una señal de advertencia para las empresas, los fans y las asociaciones deportivas que buscan asociarse con la FIFA en la Copa Mundial de 2034 y otros eventos deportivos saudíes”, ha declarado Michael Page, vicedirector de HRW para Oriente Medio.

“La FIFA, que afirma ser un impulsor de reformas laborales positivas en los países anfitriones de la Copa del Mundo, debería aprender de los desastres de derechos humanos de torneos anteriores y exigir urgentemente mecanismos efectivos de prevención, investigación y compensación para las muertes y lesiones de los trabajadores migrantes”, ha agregado Page, en referencia al Mundial de Qatar de 2022.