El Ayuntamiento de Madrid convierte a Plácido Domingo en su sorpresa de San Isidro pese a las acusaciones de acoso sexual

El programa oficial del Ayuntamiento de Madrid solo había informado de la presencia de las sopranos María Rodríguez y Ana San Martín junto al barítono Gerardo Bullón o al tenor Alberto Porcel

El PP alega que Plácido Domingo no ha sido condenado para mantener su título de Hijo Predilecto de Madrid

PERFIL – Plácido Domingo, el derrumbe del gran tenor

El tenor madrileño Plácido Domingo, cuya figura se ha visto cuestionada por las numerosas acusaciones de acoso sexual que han visto la luz desde el año 2019 y que reconoció en 2020, reapareció este miércoles, víspera de la festividad de San Isidro, en plena Plaza Mayor de Madrid, junto a la Banda Sinfónica Municipal y sin previo aviso. A pesar de la lluvia que regó gran parte de su actuación.

Domingo, que ha aprovechado sus redes sociales para agradecer a la capital y dar la enhorabuena a sus compañeros sobre el escenario, las sopranos María Rodríguez y Ana San Martín, el barítono Gerardo Bullón o el tenor Alberto Porcel, se encontraba en Madrid estos días donde tenía previsto celebrar este miércoles 14 de mayo una representación de la Misa de Réquiem de Verdi organizada por el Cabildo de la Catedral de la Almudena y la archidiócesis de Madrid junto a las fundaciones Ibercaja y Columbus y a su propia Fundación Plácido Domingo.

Sin embargo, según informaba el pasado lunes el digital Alfa & Omega, la representación tuvo que suspenderse “por razones técnicas estrictamente insuperables”. Los motivos técnicos impedían así la vuelta de Domingo a la catedral madrileña, donde había actuado por última vez en junio de 2019, apenas dos meses antes de que la agencia Associated Press sacase a la luz los testimonios de nueve cantantes y una bailarina que visibilizaban proposiciones incómodas, besos o caricias inadecuadas ocurridas en el entorno laboral.

En el programa de las fiestas de San Isidro, estaba previsto un concierto de la Banda Sinfónica Municipal de Madrid a las 21.30 del miércoles con “piezas y fragmentos representativos de la ciudad”. “La Plaza Mayor se llenará de claveles, chotis y cuplés, con un repertorio que incluye La chica del 17, La Gran Vía o Madrid, Madrid, Madrid, entre otros”, reza aún el programa oficial, que añadía que se contaría para esta cita con las voces de “las sopranos María Rodríguez y Ana San Martín, el barítono Gerardo Bullón y el tenor Alberto Porcel”, dirigidas todas ellas por el maestro Jan Cober.

Sí apareció la actuación en la breve nota de prensa hecha pública por el Ayuntamiento, que califica la aparición de Plácido Domingo para cantar el ‘Madrid, Madrid, Madrid’ como “sorpresa”. Un hecho que no pasó desapercibido para Victoria Rosell, ex delegada del Gobierno para la Violencia de Género, que aseguró este jueves que la decisión de no anunciar la actuación se produjo “para evitar protestas, incluso de las trabajadoras de Igualdad” del Ayuntamiento“ y que describió como un mensaje político ”muy claro“ para las mujeres: ”apoyo explícito a un acosador sexual confeso“.

Lo cierto es que no es la primera vez que las autoridades madrileñas apoyan al tenor español de forma pública tras las numerosas acusaciones de acoso sexual que ha recibido. Ya en el año 2021, dos años después de que se publicasen las primeras acusaciones, Domingo reapareció en Madrid en una gala benéfica celebrada en el Teatro Real en la que recibió el total apoyo de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad. El cantante fue recibido entonces con aplausos y su actuación finalizó con una gran ovación que se prolongó por varios minutos.

Decenas de denuncias contra el tenor

La agencia Associated Press denunció por primera vez, en agosto de 2019 a Plácido Domingo a través de los testimonios de nueve mujeres, a las que se sumaron once más pocos días después. Una de ellas era una mezzosoprano que había conocido al músico en 1988 trabajando en la Ópera de Los Ángeles, cuando tenía 23 años. Durante un ensayo de Los cuentos de Hoffmann, la cantante relató que en la célebre escena de la orgía veneciana donde se canta la Barcarola y en la que debía besar al intérprete, este le devolvió un beso húmedo, restregando la saliva por su cara, para susurrarle después al oído: “Ojalá no estuviéramos en el escenario”.

A partir de ese día, Domingo se dedicó a llamarla a casa con asiduidad, aunque ella no le había dado su número de teléfono. Le dijo que era una cantante prometedora a la que quería ayudar en su carrera. La invitó a su apartamento para “cantar varias arias” y aconsejarla. Cuando se cruzaban en el backstage, él ponía la mano en su cintura o le daba un beso demasiado cerca de la boca. Además, entraba sin previo aviso a su camerino, mientras ella se cambiaba. Así lo relató la cantante a los periodistas de AP.

El tenor contestó con un primer comunicado en el que decía que los testimonios eran “inexactos” y que sentía haberlas hecho sentir “incómodas” a pesar de sus “mejores intenciones”. La mezzosoprano Patricia Wulf, una de las pocas que dio la cara y el nombre, dijo en una entrevista a EFE que “Plácido Domingo es un depredador que ha hecho esto repetidamente”. El cantante quiso convencer a la opinión pública de que esta confundía el acoso con “la galantería”.

El reportaje provocó una serie de investigaciones internas en los teatros en los que trabajaba Domingo. En ese momento, era director de la Ópera de Los Ángeles, un cargo del que dimitió. La investigación de este teatro, encargada a un despacho de abogados, hizo asomar 10 denuncias de conducta inapropiada entre 1986 y 2019 que el investigador consideró “creíbles”. Estas se movían en diferentes niveles, desde mujeres que decían no haberse sentido incómodas hasta las que lo describieron como “un trauma significativo”. Algunas admitieron que no lo habían denunciado previamente debido al estatus de Plácido Domingo en el mundo de la música. De nuevo, él negó las acusaciones y sostuvo que todas sus interacciones fueron consensuadas.

Durante meses, después de que AP desvelara lo que calificó de “secreto a voces en la industria”, Plácido Domingo publicó dos comunicados pero, más allá de esas declaraciones, estuvo callado y alejado de la prensa. En ese tiempo, pasó por la COVID residiendo en su casa de verano en Acapulco (México) y temió perder la voz, cosa que no sucedió. Medio año después de que estallara el caso, Domingo rompió su silencio con una entrevista en Televisión Española en la que afirmó que nunca había entonado “un mea culpa” y que sus palabras habían sido “sacadas de contexto”. “Me disculpo si ofendí a alguien, nunca he abusado de nadie”, reiteró.

El tenor, que en los últimos años ha explorado también su registro como barítono, ha entrado en su década de los 80 años de edad alejándose de los lugares donde la reacción a las acusaciones de acoso sexual y abuso de poder en el contexto laboral han sido más inflexibles y se ha refugiado ahí donde se le defiende. Plácido Domingo se ha mudado a Europa y tras un breve paréntesis, que en parte ha coincidido con la pandemia, ha seguido dando conciertos, participando en óperas, y dirigiendo orquestas a su intenso ritmo habitual. Aunque a las puertas de algunos lugares donde ha cantado, como en València o Mérida, se ha visto sometido a protestas y abucheos, en el interior de los lujosos auditorios insonorizados ha recibido ovaciones cerradas. En algunas ocasiones, en las primeras filas de esos teatros, había representantes institucionales.