Ambos ministerios trabajan en un nuevo real decreto para garantizar que la oferta es saludable y nutritiva, similar al que el Gobierno aprobó hace un mes para limitar los alimentos insanos en los comedores escolares
El Gobierno limita los alimentos insanos de los menús escolares y saca las bebidas azucaradas y la bollería de los centros
Un mes después de poner normas a los menús escolares para limitar los alimentos insanos, el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 quiere seguir el mismo camino con las comidas que se sirven en los hospitales y en las residencias de mayores. “El objetivo es que en estos centros se garantice una alimentación saludable y nutritiva”, ha avanzado el ministro Pablo Bustinduy en una entrevista en La Sexta, en la que ha subrayado que “la alimentación en los hospitales contradice los consejos que nos están dando para recuperarnos”.
El departamento, que trabajará de manera conjunta con el Ministerio de Sanidad en un nuevo real decreto, quiere dar respuesta “a las numerosas denuncias y propuestas de mejora expresadas tanto por parte de la ciudadanía y entidades sociales, como de los propios colectivos profesionales”.
Las quejas sobre los menús en residencias de mayores son frecuentes desde hace años. No solo sobre la mala calidad de los menús, sino incluso por un estado inadecuado de los alimentos, caducados o mal conservados. “Es es flagrante, todo el mundo ha visto denuncias de cómo la comida estaba podrida. Recogiendo este análisis del problema nos ponemos a trabajar”, ha señalado Bustinduy.
En Madrid, por ejemplo, algunas empresas responsables de las comidas en estos centros han recibido sanciones por servir fruta en mal estado o huevos que olían mal. El descontento se extiende por toda España. Un gerente apartado de la residencia en la que trabajaba en La Rioja advirtió también de la drástica reducción del gasto en el menú, lo que provocó que se comenzara a servir leche y zumo en polvo.
En el caso de los hospitales, con frecuencia hay descontento entre los pacientes y sus familias por la oferta de comidas y snacks. Es habitual que las meriendas de los pacientes ingresados incluyan, por ejemplo, galletas. Las opciones de las máquinas de vending tampoco son saludables. “Cuesta encontrar alternativas y al final comemos patatas fritas o chocolatinas”, ha lamentado el ministro.
Sin embargo, hasta ahora las administraciones públicas no habían dado el paso para transformar los hospitales y las residencias en entornos alimentarios más saludables a través de una regulación de obligado cumplimiento. Hay guías con recomendaciones disponibles tanto en diferentes comunidades autónomas como a nivel nacional, a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.
A falta de conocer los detalles del real decreto, Consumo avanza que el texto se inspirará en el que ya está aprobado para los comedores escolares, es decir, obligará a unas frecuencias mínimas para ofrecer verduras, frutas y pescados, y limitará las frituras, los platos precocinados, los alimentos procesados y los productos azucarados.
“Son centros de especial relevancia por la atención que ofrecen a personas dependientes o con necesidad especiales”, asegura el Ministerio, que insiste en que las opciones deben estar adaptadas a todos los grupos de edades y a los diferentes contextos pero siempre dentro de “las recomendaciones dietéticas sobre alimentación saludable y sostenible”.