El pueblo costero que tiene la playa más larga de Galicia

Carnota no solo cuenta con un entorno natural increíble, sino que también tiene una rica historia y tradiciones. Las huellas de la cultura pesquera gallega aún son evidentes en el día a día de sus habitantes, haciendo que el pueblo conserve un carácter auténtico y acogedor

La playa de Galicia que esconde una ermita medieval a la que solo se puede llegar con marea baja

Carnota es un pueblo costero situado en el suroeste de A Coruña, perteneciente a la comarca de Muros. Conocido por su impresionante belleza natural, este destino se distingue por contar con la playa más larga de toda Galicia. Su espectacular arenal, que se extiende a lo largo de siete kilómetros, es el principal atractivo del lugar para miles de visitantes cada año.

El paisaje de Carnota es una combinación perfecta entre mar, dunas y montañas. El aire del Atlántico junto con el sonido de las olas rompiendo en la orilla crea un ambiente de desconexión único en esa inmensidad. Además, la playa de Carnota es un lugar perfecto para explorar la biodiversidad de la zona, las rutas de senderismo más cercanas y los espacios protegidos que rodean el lugar.

Sin embargo, Carnota no solo cuenta con un entorno natural increíble, sino que también tiene una rica historia y tradiciones que se reflejan en su arquitectura, gastronomía y festividades. Las huellas de la cultura pesquera gallega aún son evidentes en el día a día de sus habitantes, haciendo que el pueblo conserve un carácter auténtico y acogedor.

Desde petroglifos hasta la salvación de la tripulación del ‘Ariete’


Monte Pindo

La historia del pueblo de Carnota se remonta a tiempos prehistóricos: en sus tierras se han encontrado petroglifos, demostrando la presencia humana desde la Edad del Bronce. El nombre de Carnota podría derivar de la palabra celta ‘carn’, que significa piedra en referencia a la geografía rocosa del lugar. Además, el Monte Pindo, conocido por su relación con la antigua Grecia, añade un aire místico a la región.

Durante la época celta, el pueblo de Carnota estuvo habitado por tribus que dejaron su huella en forma de castros, especialmente en lugares como Mallou y Lira. En la Edad Media se construyeron castillos para proteger el pueblo de las incursiones, pero fueron destruidos en las revueltas irmandiñas. A partir del siglo XVII, se formó el núcleo de la villa que estuvo bajo influencia de la Iglesia de Santiago. En 1900 el pueblo de Carnota obtuvo el título de villa y marcó un hito importante en su desarrollo administrativo.

A principios del siglo XIX, durante la Guerra de Independencia, el pueblo sufrió saqueos y la quema de documentos históricos por parte de los franceses. A lo largo de los siglos, el mar ha sido vital para la economía local, dándole forma a la identidad de los carnotanos. La solidaridad del pueblo se evidenció en eventos como el naufragio del ‘Ariete’ en 1966, cuando los habitantes salvaron a la tripulación. Este acto heroico le valió al municipio el título de “Muy Humanitaria”.

La playa de Carnota


Playa de Carnota

Su forma de media luna es reconocible a lo largo del litoral. Rodeada de dunas, marismas y una laguna interior, esta playa es un importante refugio para la biodiversidad, tanto terrestre como marina.

La laguna y las dunas cuentan con muchas especies de flora y fauna, algunas de ellas en peligro de extinción. La playa es un lugar perfecto para el avistamiento de aves gracias a que acoge muchas especies migratorias. Además, este entorno es uno de los pocos lugares de Galicia donde anida el chorlitejo patinegro, una especie protegida.

Además del interés natural, la playa de Carnota es popular entre los visitantes, sobre todo para quienes buscan relajarse y disfrutar del entorno. La zona es perfecta para dar paseos por la arena, realizar deportes acuáticos o disfrutar de las vistas como las del Monte Pindo. Esta playa forma parte del Parque Natural de las Dunas de Corrubedo, un área protegida en Galicia, asegurando su conservación y relevancia ecológica.

Qué ver en tu visita a Carnota


Iglesia de Santa Comba de Carnota

El pueblo de Carnota destaca por su patrimonio cultural y arquitectónico. El municipio ofrece una variedad de elementos que enriquecen su identidad. La Iglesia de Santa Comba, construida en 1755, es un ejemplo destacado de arquitectura barroca clasicista. Su planta en forma de cruz latina y basilical junto con su fachada adornada con pilastras jónicas la convierten en un referente arquitectónico. Otras iglesias populares en Carnota son la Iglesia de Santa María de Lira, construida en 1760 y ampliada en 1825, y la Iglesia de San Mamede, edificada en el siglo XVIII. Ambos templos presentan características arquitectónicas que reflejan la evolución del estilo barroco en la región.

El hórreo de Carnota es especialmente emblemático, al considerarse el más grande de Galicia y uno de los más largos de España con una longitud de algo menos de 35 metros. Construido entre 1768 y 1783, este hórreo de estilo bergantino se erige sobre 22 pares de pies de granito. El municipio también alberga vestigios de asentamientos prehistóricos como el petroglifo de Filladiuro que evidencia la presencia humana en la zona desde hace siglos. En el Monte Pindo se encuentran restos de la antigua capilla de San Gregorio, datada en el siglo XII.