Las familias encabezan una doble marcha centrada en exigir más recursos para «una atención a la diversidad real» y en lograr movilizar a la comunidad educativa en torno a demandas como bajar la ratio
La comunidad educativa se rearma contra el Gobierno de Moreno para frenar el “desmantelamiento” de la escuela pública
El sentimiento de hartazgo compartido entre familias y docentes de las escuelas públicas de Andalucía ha llevado a centenares de ellos a protestar este sábado en las calles de Sevilla y Málaga “por una igualdad real para que ningún niño o niña se quede atrás”. Esa ha sido unas de las consignas que han coreado los asistentes, alentados por las asociaciones de madres y padres del alumnado (AMPA) y de otras entidades en defensa de la educación pública que han convocado esta doble cita.
Pese a la magnitud de lo que se denuncia –“el desmantelamiento de la educación pública”–, los colectivos que encabezan la lucha contra las “políticas privatizadoras de Juan Manuel Moreno” aún no han logrado movilizar a la comunidad educativa hasta alcanzar el mismo grado de contestación social que las protestas sanitarias, las más multitudinarias en la sociedad andaluza.
Aun así, las organizaciones convocantes han valorado positivamente la jornada de protesta que se ha vivido esta mañana en Sevilla y Málaga: “Hemos ido de menos a más, cada vez se une más gente que siente que, al igual que la sanidad, la educación tampoco puede ser un privilegio”, señaló Francisco Fernández, portavoz de Educación de USTEA, uno de los sindicatos que ha respaldado la convocatoria impulsada por las familias, y que cifra la participación en 2.000 personas en Sevilla y 1.500 en Málaga (a la espera de conocer los datos oficiales).
En Málaga también han recorrido las calles cientos de personas en defensa de la educación pública
“Por una atención a la diversidad real”
En esta ocasión, la principal reivindicación ha estado dirigida al “aumento de plantillas” para que los docentes y especialistas puedan brindar en las aulas “una atención a la diversidad real”. Así, en el corazón de esta manifestación se han colocado los derechos del alumnado con necesidades educativas especiales (NEE) y con necesidades específicas de apoyo educativo (NEAE), “el gran olvidado del sistema educativo andaluz”, en palabras de Rocío Begínez, presidenta de FAMPA Sevilla.
Eso es lo que sienten madres como Arancha, que se ha desplazado desde La Puebla de Cazalla hasta la capital para visibilizar la “incertidumbre” y “frustración” que enfrentan miles de familias como la suya en su día a día. Su hijo de tres años tiene necesidades específicas de apoyo educativo y recursos asignados de Pedagogía Terapéutica (PT), Integración Social (PTIS) y Audición y Lenguaje (AL). “Por ley” debería ser atendido en el aula junto a sus compañeros. Pero, la realidad es que “mi hijo tiene que salir del aula porque la PT está desbordada y no puede desdoblarse para atender a los 38 alumnos que necesitan ese recurso”.
Al no existir una plantilla estructural y depender de planes temporales o de recursos financiados por fondos europeos, “el año que viene no sabemos con qué recursos contaremos y los centros no se pueden planificar”, explica Arancha. Además, esta madre señala que muchos niños están “pendientes de valoración sin tener recursos asignados”, lo que incrementa la carga de trabajo para el profesorado y limita las posibilidades de una educación inclusiva real: “Si mi hijo tuviera el apoyo en el aula que le corresponde por ley, avanzaría mucho más”.
Esa idea la comparte también María José, madre de dos niños con autismo, que lamenta que sus hijos “no pueden avanzar ni integrarse lo suficiente porque no hay recursos que los acompañen”. Sus hijos, matriculados en el Maestro José Fuentes, el colegio más grande de Sevilla, solo reciben atención especializada 45 minutos a la semana. “Mis hijos tienen derecho a recibir toda la atención que necesitan dentro del aula, pero como no hay recursos, al ginal somos las familias las que tenemos que pagar fuera logopedas y terapias educacionales”, denuncia María José, mientras su hijode siete años sostiene con entusiasmo una pancarta que aboga por la bajada de la ratio.
Contra los recortes en la pública
Desde hace unos meses, las familias de los alumnos NEE y NEAE son la punta de lanza de las movilizaciones educativas, que cuentan con el respaldo de organizaciones sindicales como USTEA, CCOO y UGT, y de todos los grupos izquierda que conforman la oposición en el Parlamento andaluz. Más allá de reivindicar mejoras en el sistema educativo público, las madres y padres que se han echado este sábado a la calle han querido demostrar a las familias que se han quedado en casa que “luchando, estamos educando”.
“No se trata de una cuestión que nos afecte solo a las familias con niños con necesidades: si la profesora tiene que estar atendiendo exclusivamente a mi hijo, deja de poder atender al resto de la clase. Es una cuestión de personal, de inversión para una educación de calidad”, explica Carlos, acompañado de sus hijos de 10 y 7 años, y rodeado de banderas y camisetas verdes por la pública. A su lado, Clara habla en nombre de una familia que entiende que esa calidad “está empeorando” a medida que “se está dejando fuera a muchos niños” con necesidades específicas.
Frente a las manifestaciones convocadas para este sábado en Málaga y Sevilla con el objetivo de reclamar más recursos, financiación y personal en beneficio de una educación “pública y de calidad”, la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional ha sacado pecho por haber inyectado la “mayor inversión” de la historia de la Junta en este curso escolar 2024/25, “un 44,8% más que en 2018”, según la consejera del ramo.
Las entidades convocantes critican que el reparto de esos recurso se lleve a cabo “desoyendo el clamor de las familias y de quienes más lo necesitan”. En ese sentido, recriminan que “en lugar de recortar líneas en la pública y de mantener los conciertos con la privada, deberían de ensanchar la red de centros públicos con un aumento de las plantillas”,
Al malestar que trasladan las familias, se suma el de un profesorado “harto de los recortes y del maltrato institucional” que dicen estar recibiendo por parte de la Junta. Quien habla es Andrés, un profesor de Formación Profesional en Sevilla, que percibe “una clara tendencia a favorecer la creación de nuevos centros privados, mientras se van recortando poco a poco plazas y unidades de los públicos”. De acuerdo con este docente, “es algo gradual, pero se está notando y repercute en una sobrecarga de trabajo que nos está degastando”.
La marcha en la capital andaluza ha discurrido por las principales calles del centro hasta desembocar a las puertas del Palacio de San Telmo, sede de la presidencia de la Junta de Andalucía. Allí, familias, docentes y representantes sindicales se congregaron para lanzar un mensaje final al presidente andaluz: “Sin inclusión no hay educación”. Una frase que encapsula el clamor de un colectivo que exige un cambio en las políticas educativas de la Junta, denunciando que la falta de recursos en la escuela pública no solo afecta al alumnado más vulnerable, sino que perjudica al conjunto del sistema educativo.