La investigación de los Mossos empezó después de que una de las víctimas denunciara haber perdido cerca de 12.500 euros. El presunto estafador acumula ocho antecedentes policiales por hurtos y engaños
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Los Mossos d’Esquadra han detenido en Barcelona un hombre por presuntamente estafar con falsos alquileres de pisos a unas cincuenta personas vulnerables, a las cuales captó a través de la publicación de anuncios fraudulentos en webs especializadas en la búsqueda de vivienda.
El presunto estafador, de 30 años, se aprovechaba de la vulnerabilidad y de la necesidad inmediata de sus víctimas de encontrar un piso para estafarlas, según informan este domingo los Mossos d’Esquadra en un comunicado.
La investigación policial empezó después de que una de estas víctimas denunciara haber perdido cerca de 12.500 euros. Después de esta primera denuncia, los investigadores siguieron la pista del dinero defraudado para poder identificar al estafador, que fue detenido el 7 de mayo en un piso del distrito del Eixample y pasó a disposición judicial el 11 de mayo.
Los Mossos tienen identificadas, de momento, a tres víctimas, pero trabajan en la localización de unas cincuenta personas afectadas. Las otras dos víctimas identificadas realizaron transferencias por valor de 2.000 euros. El detenido utilizaba información de la identidad de algunas víctimas para llevar a cabo las estafas. Además, acumula ocho antecedentes policiales por hurtos y estafas, donde presuntamente estafó cerca de 17.000 euros.
El estafador actuaba con el modus operandi del falso alquiler, es decir, publicaba en webs especializadas en la búsqueda de viviendas anuncios fraudulentos sobre pisos que no existían o que no estaban disponibles para ser alquilados.
Después, se hacía pasar por una persona extranjera o que no se encontraba en España por motivos laborales para evitar enseñar el piso a las víctimas interesadas a alquilarlo, y ponía además la excusa de la elevada demanda y la escasa oferta de vivienda en la ciudad para formalizar la reserva.
El investigado frecuentaba establecimientos de la zona del Raval y del Born, donde se ganaba la confianza de personas en situaciones vulnerables. Se presentaba como una persona con dinero, las invitaba a beber o comer, y posteriormente los pedía utilizar su cuenta bancaria para recibir una transferencia ofreciendo una cantidad de dinero a cambio por la gestión. Una vez el dinero se encontraban a la cuenta del tercero, el detenido les pedía que retiraran el dinero en efectivo, evitando así dejar rastro directo de las transferencias recibidas.