Cantabria rescata los objetos de la cueva de los emboscados de la Brigada Machado descubierta en Liébana

El helicóptero de Protección Civil del Gobierno de Cantabria traslada las pertenencias de los guerilleros antifranquistas que se han descubierto 80 años después hasta el Museo de Arqueología para su posterior restauración y catalogación

Antecedentes – Descubren una cueva intacta durante 80 años que fue refugio de los emboscados de la Brigada Machado en Liébana

El helicóptero de Protección Civil del Gobierno de Cantabria hizo este pasado martes un rescate muy singular. Viajó en el tiempo 80 años atrás para recuperar un fragmento de la memoria de la posguerra en Liébana. A primera hora de la mañana del martes sobrevoló el refugio de los guerrilleros de la Brigada Machado sobre el Desfiladero de La Hermida que recientemente habían descubierto Jesús Pelayo Mirones y Delia Guardo Verdeja, cuyo abuelo les puso sobre la pista.

Francisco Verdeja murió a los 93 años después de celebrar el descubrimiento y ya no ha podido ver en persona el contenido de la cueva cuya memoria ha contribuido a encontrar. Solo lo conoció a través de la galería de fotografías que le enseñó su nieta. Él guardo siempre las coordenadas en su memoria, nunca olvidó la confidencia que le hizo el emboscado Santiago Rey en las noches que pasó oculto en el pajar de su casa. Ahí le confió el secreto que, ocho décadas después ha permitido que su nieta descubra el refugio.

Una cueva en la soledad y la distancia del Desfiladero de La Hermida, prendida en la montaña, prácticamente inaccesible. Un escenario intacto desde entonces en el que reposaba la memoria dormida de sus habitantes, los últimos guerrilleros: Santiago Rey, Segundo Bores y Mauro Roiz. Nombres míticos en la lucha antifranquista que se echaron al monte para combatir al enemigo de la República y tratar de preservar su propia vida. Todos ellos la perdieron en ese empeño.

Los descubridores de su refugio han mantenido el secreto su ubicación exacta para evitar saqueos. Tras comunicar el hallazgo al servicio de Patrimonio de Cultura del Gobierno de Cantabria se acaba de proceder a rescatar su contenido. La operación para recuperar los objetos que dormían en su interior ha sido dificultosa. La cueva está en una pared vertical de 50 metros de altura a la que es imposible llegar sin cuerdas de escalada, lo cual invita a pensar el riesgo que corrían o la habilidad que desarrollaron para trepar por la escarpada y peligrosa superficie de esa montaña.


Objetos personales en la cueva de los emboscados descubierta en el Desfiladero de La Hermida.

La expedición organizada por la Consejería de Cultura almacenó en una caja de madera los objetos que estaban en el interior de la cueva, la subieron al risco y desde allí con un cable de acero el helicóptero se encargó de trasladarla hasta Santander. De momento, ha quedado despositada en el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC), donde se encargarán de su restauración. Posteriormente, tras catalogar el contenido, se decidirá su destino final.

Entre los objetos hay varios libros, algunos de ellos con anotaciones personales. Uno de ellos lleva la firma del primer jefe de la Brigada Machado, Mauro Roiz, otro la de Manuel Díaz, el ‘doctor Cañete’, conocido como el médico de los emboscados. También hay un original par de zapatos femeninos, restos de mantas viejas muy deterioradas por el tiempo y la humedad, una lata de hojalata con vendas y aspirinas y algunos útiles más de botiquín y un bastón de cuya punta brota un estilete.

La operación de recuperación de las pertenencias de los guerrilleros de la Brigada Machado se ha llevado a cabo de manera discreta. Solo un puñado de personas fueron testigos en Liébana del momento en que el helicóptero levantó por los aires los recuerdos de los últimos años de vida de los emboscados de Bejes.

Homenaje a la Brigada Machado

Precisamente el próximo domingo 8 de junio la Asociación Archivo, Guerra y Exilio (AGE) celebra el homenaje anual a la guerrilla antifranquista en Bejes, ante el monumento a la Brigada Machado que erigió Jesús de Cos en memoria de sus compañeros. Una jornada de conmemoración que contará con música, canciones y una comida al aire libre, junto a la participación de la asociación Ahaztuak (olvidados) del país vasco. La cita es a las 12:30 horas.