Procedente de una familia pudiende de Minas Gerais, Salgado fue economista antes que fotógrafo y entre sus mayores preocupaciones estuvieron tanto retratar a los desheredados de Brasil como preservar la cuenca amazónica
Muere a los 16 años Hudson Meek, el joven actor de ‘Baby Driver’, al caer de un coche en marcha
El fotógrafo franco-brasileño Sebastião Salgado ha fallecido a los 81 años, según ha anunciado hace pocos minutos la Academia de Bellas Artes francesa, institución a la que perteneció desde 2016 y que lo ha definido en su comunicado como “gran testigo de la condición humana y del estado del planeta”.
Salgado, famoso por sus exposiciones de gran formato, estuvo hace 5 meses en Barcelona presentando Amazonia, una muestra con fotografías de distintos periodos de su carrera en las que retrata tanto a los habitantes indígenas de la cuenca amazónica brasileña como los grandes paisajes de esta vasta extensión de selva y agua.
Con una gran presencia física debido a su estatura y su prominente fisionomía, Salgado explico en aquella ocasión de un modo sumamente sugerente, usando sus dotes de gran comunicador, la importancia del territorio amazónico. Como gran activista por la preservación de la zona, pidió a los periodistas que dieran voz a sus advertencias contra el tratado de libre comercio entre la UE y América latina. En aquel momento, tras aquellas palabras parecía un titán indestructible, aunque por los cuidados de su esposa Lélia Wanick se presentía que su salud no era tan buena como su aspecto físico y su elocuencia narrativa.
Salgado había recibido en vida prestigiosos galardones como el Príncipe de Asturias 1998 y el Premio Internacional de la Fundación Hasselblad y fue protagonista del documental nominado al Oscar La Sal de la Tierra, de Wim Wenders, sobre sus periplos a lugares recónditos como el Círculo Polar Ártico y Papúa Nueva Guinea, que alimentaron su libro Génesis de 2013. Todos estos galardones y la popularidad de la cinta de Wnders le elevaron a la categoría de artista global.
Economista antes de que fotógrafo
Hijo de una familia prominente del estado brasileño de MInas Gerais, Sebastião Salgado estudió economía en la Universidad de São Paulo y en la Universidad de Venderbit (Estados Unidos). En 1968 logró el máster en economía y se mudó a París, ciudad en la que vivió entre los años 1969 y 1971 y en la que obtuvo el doctorado en la Escuela Nacional de Estadística Económica.
Trabajó en la administración de la OIC (Organización Internacional del Café) hasta 1973, pero decide pronto que aquella vida no le motiva y optar por centrarse profesionalmente en la fotografía, terreno al que llega relativamente tarde y como un aficionado.
Aun así, comenzó trabajando para la agencia Gamma, con sede en París, para en 1979 unirse a Magnum Photos, agenciua para en la que permaneció hasta 1994, año en que se decide a formar su propia agencia, Amazonas Images, en París con el objetivo de poder presentar su obra.
Fotógrafo socio-documental
A partir de 1994, comienza a desarrollar sus propios proyectos, muchos de los cuales implicaban un gran despliegue técnico y humano, ya que suponían viajes a zonas alejadas y totalmente vírgenes y sin infraestructuras. Retrató así la cuenca amazónica, pero también Papúa Nueva Guinea o el Ártico, siempre a medio camino entre las artes, la aventura y la denuncia social.
Así, Salgado pertenece a la tradición de la fotografía sociodocumental, donde destaca en su obra la documentación del trabajo de personas en países menos desarrollados o en situación de pobreza, zonas que fue conociendo en su etapa como economista de la patronal mundial cafetera. Salgado abogaba por la defensa de la raza humana como un solo conjunto ligado por la solidaridad y el cuidado del medio ambiente. En 2001 llegó a ser nominado representante especial de Unicef por su labor.
Imágenes de la exposición ‘Amazonia’ de Sebastião Salgado en Barcelona
Sus proyectos se caracterizaron siempre por su larga duración, y muchos de ellos acabaron siendo publicados en libros como Otras Américas o Éxodos. Sus fotografías más conocidas seguramente sean las realizadas en las minas de oro de Serra Pelada en Brasil, con mineros (garimpeiros)en condiciones infernales, con el rostro y el resto del cuerpo cubierto de polvo y lodo. Un rasgo característico de su obra, por otro lado, es que es casi exclusivamente en blanco y negro y realizada con una cámara Leica.
En junio de 2007 hubo una gran exposición antológica sobre su trabajo en el festival internacional de PHotoEspaña, Madrid, donde ganó el Premio del Público. Recientemente había promocionado por distintas ciudades del mundo su exposición Amazonia, una suerte de antología de sus trabajos en la cuenca del Amazonas con imágenes de gran formato y un lujoso libro, que se vendía a precio elevado.
Barcelona fue uno de los últimos lugares que le vio defender su compromiso con los más desfavorecidos y con la Amazonia, la tierra que siempre amó y donde fundó junto a su esposa, fiel compañera y consejera desde la juventud, el Instituto Terra. Se trata de una gran haciende de 710 hectáreas en la que Salgado y Wanik han recuperado más de 297 especies de árboles nativos y ha acogido de manera natural a diversos animales. Hoy en día el Instituto Terra es un foco permanente de difusión por la conservación del planeta.