Las hijas de Eduardo Arguedas visitan Berdejo (Zaragoza) y reivindican la figura de su padre, que formó parte de la Orquesta Municipal de Barcelona durante décadas, donde tocó junto a artistas como María Dolores Pradera, Antonio Machín o Joan Manuel Serrat
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Berdejo, un municipio zaragozano de 38 habitantes, ha homenajeado este sábado a Eduardo Arguedas Villarroya (1919-1992), un músico excepcional nacido en el pueblo y cuya figura había caído en el olvido colectivo pese a su trayectoria artística. Arguedas fue un niño prodigio, con solo seis años impartía clases de solfeo y piano, con apenas nueve años ya ofrecía conciertos por toda la geografía aragonesa y aparecía reseñado en la prensa regional como una de las grandes promesas de la música nacional.
La localidad ha multiplicado sus habitantes en este homenaje, hasta el que se han acercado 16 familiares de Eduardo y 125 vecinos y descendientes del pueblo. María Nieves, María Rosa y María Regina son las tres hijas de Eduardo que han acudido hasta la localidad zaragozana, muy emocionadas y “agradecidas por haber tenido la oportunidad de volver al pueblo natal de nuestro padre”.
Sus hijas han declarado que pasear por las calles de Berdejo, “escuchar su historia contada entre vecinos y sentir el cariño con el que nos han recibido ha sido un auténtico regalo. Este homenaje no solo nos ha acercado a sus raíces, sino que nos ha abierto nuevas puertas a su vida, a recuerdos que no conocíamos y que ahora forman parte también de nosotras. Él habría estado muy agradecido por tanto respeto, afecto y dedicación”.
Los familiares de Eduardo Arguedas acompañados por vecinos de Berdejo
Al acto han acudido las tres hijas de Eduardo Arguedas y varios familiares más, que han viajado hasta Berdejo desde distintos puntos de la geografía española para participar en este emotivo homenaje. En total, 16 personas de su familia han acudido al pueblo, algunos nunca habían visitado la localidad natal de Arguedas.
Berdejo le ha rendido tributo con varios actos, una visita al pueblo, una misa y la proyección de un documental inédito titulado “Eduardo Arguedas: un legado musical con raíz en Berdejo”, realizado con inteligencia artificial y fotografías originales cedidas por su familia, que han facilitado recuerdos, anécdotas y materiales. Los asistentes también han disfrutado de un concierto de violín y flauta con piezas compuestas o interpretadas por el propio Eduardo Arguedas, ejecutado por dos vecinas de Berdejo, Inmaculada Escribano y Ana María Blanes.
Su familia se trasladó a Zaragoza, pero el vínculo de este artista con su pueblo nunca se rompió. A los nueve años ofreció un concierto en la casa consistorial; en 1930 regresó para cumplir una promesa de su madre a la Virgen del Río, a la que llevaron un manto bordado como ofrenda, y en 1933 fue nombrado Hijo Predilecto de Berdejo y los propios vecinos organizaron una colecta para comprarle un violín.
Recorte prensa revista ‘Arte y artistas’
A lo largo de su carrera, Arguedas estudió en Zaragoza, Madrid y Bruselas, trabajó como concertista, compositor, profesor y formó parte de la Orquesta Municipal de Barcelona durante décadas, donde también tocó junto a artistas como María Dolores Pradera, Antonio Machín o incluso Joan Manuel Serrat. Pero jamás perdió su raíz humilde ni olvidó el nombre de su pueblo natal. En sus palabras: “Siempre llevé a Berdejo en mi corazón allá donde fui, y sentí que Berdejo me llevaba a mí en el suyo”.
Eduardo Arguedas con siete años
Este tributo se ha realizado gracias al impulso de la Asociación Berdejana Cultural y Deportiva, junto al Ayuntamiento de Berdejo y la colaboración de las hijas y familiares de Eduardo. Se pone en valor no solo la historia de un músico excepcional, sino también el papel que los pueblos pequeños en el tejido cultural de Aragón.