Vecino de Fago desde hace cinco años, llegó para estudiar oposiciones después de casi una década viviendo en Berlín. Confiesa que en el rural de montaña diversificar trabajos es la clave. Ahora, por una serendipia de la vida, trabaja como pianista de películas de cine mudo
El festival de música clásica más pequeño del mundo pone en el mapa a la localidad zaragozana de Villanueva de Jiloca
Por la ventana de una de las casas de Fago (Huesca), se cuela el sonido de un piano. El intérprete es Borja López, está ensayando para improvisar en una obras que aparecen en su próximo concierto, algo diferente a lo que el público general espera; es la música de acompañamiento de una película de cine mudo, El gran espectáculo, de Buster Keaton, un metraje estadounidense de 22 minutos de duración rodado en 1921.
Este músico de 43 años llegó a Fago después de ocho años viviendo y trabajando en Berlín. “Mi idea era estar en Fago durante un tiempo y estudiar oposiciones”, explica Borja. Justo aquel verano conoció a la que es su pareja, Raquel Ibáñez, maestra de inglés que recorre las localidades de la zona y da clases online para evitar que los niños tengan que desplazarse y para proporcionarles las mismas oportunidades de aprendizaje que aquellos que viven en núcleos de población más grandes.
Ninguno de los dos es natural de Fago, aunque su vínculo con esta localidad es estrecho desde su infancia: “Cuando éramos pequeños ambos veraneábamos aquí con nuestras familias”, explica Borja, que confiesa que, en parte, eligió volver a este pueblo de 25 vecinos, uno de los menos habitados de Aragón, para cumplir un sueño de su juventud “estar un tiempo en un lugar pequeño, tranquilo, y experimentar este tipo de vida”.
Los padres de Borja habían comprado una casa en Fago, Casa Barbateta, para sus estancias estivales, y hace cinco años, Raquel compró la casa en la que actualmente viven y trabajan, Casa Alejos. Cambiar las pulsaciones de Berlín por el ritmo de la nueva vida en Fago ha requerido adaptación y en el día a día han surgido nuevas actividades e intereses: “Nunca antes había cortado leña ni había tenido gallinas”, comenta Borja.
Borja López, pianista
De la idea inicial con la que llegó el pianista a las experiencias que ahora está viviendo las cosas han cambiado. Además de estudiar, Borja empezó a compaginar trabajos: “En las zonas rurales de montaña, donde los trabajos son estacionales, lo más habitual es diversificar actividades y compaginarlas”. En verano se hace cargo del Punto de Información de Fago, un espacio que el joven ha intentado enfocar hacia la divulgación cultural a través de exposiciones en torno a tres áreas: artística, etnográfica y naturaleza: “Creo que es importante dinamizarlo, no solo para los visitantes, también para que sea un punto de encuentro para la vecindad de Fago y los que residen aquí en verano”.
Pianista de cine mudo por una serendipia de la vida
Serendipia es encontrar algo cuando estabas buscando otra cosa. Borja buscaba la tranquilidad de un pueblo para centrarse y preparar sus oposiciones. Formado en los conservatorios de Torrent (Valencia), y en el Superior de piano en Castellón, este compositor que se especializó en la creación de espacios sonoros en teatro y artes visuales, llegó al cine mudo casi por casualidad. “Nos empezamos a reunir unos cuantos músicos veraneantes para hacer algo y actuar en el pueblo, de ahí nació la idea del cine mudo”, explica Borja. Después llegaron algunas actuaciones en solitario y desde hace cuatro años esta ha pasado a ser una de las ocupaciones laborales de Borja, que actualmente también trabaja a media jornada como profesor en el conservatorio de Sabiñánigo.
Hijo de otro profesor, en este caso de teatro en el colegio, Borja había hecho algunas incursiones en el maridaje de la música y las artes visuales componiendo espacios sonoros para las obras que dirigía su padre. Una experiencia que repitió años después con la actriz Inma Sancho. “La música forma parte de mi vida, haga lo que haga siempre irá conmigo, y ser intérprete de piano como acompañamiento de películas de cine mudo, es algo que me gusta y en lo que quiero seguir avanzando profesionalmente”. Las películas que proyecta forman parte de una colección de cine mudo que encontró en la casa familiar: “Mi padre debió de comprarlas hace años, le gustaba mucho este tipo de cine y su humor”, y ahora el pianista les ha dado una nueva vida a las cintas en las proyecciones que hace.
Las palabras no siempre son necesarias para contar historias
“La gestualidad del cine mudo y la musicalidad del piano de Borja López han sido el mejor tándem para expresar sentimientos y emociones”, así lo describían los vecinos de Mianos, en sus redes sociales tras la proyección en la fachada de Casa Panta de una de sus sesiones de cine de verano. “Les gustó tanto que ahora lo hacen todos los años”, comenta Borja. La misma proyección se hace cada día 15 de agosto en Fago. “El cine de humor de Buster Keaton es accesible para todos los públicos, por eso me gusta, además no tiene la barrera del idioma y se crea un ambiente muy majo”, añade el pianista.
López confiesa que no se ve como un concertista de piano clásico al uso: “Prefiero que las artes estén fusionadas”, apunta; por eso en el acompañamiento de cine mudo ha encontrado una versión de sí mismo que desconocía: “Disfruto interpretando porque es una aplicación de la música, se ve lo que aporta a la imagen, la música expresa lo que falta, da el clima y el ambiente a las imágenes que se proyectan, ayuda a contar la historia que el público está viendo en la pantalla”.
Aunque la música que interpreta Borja en cada una de las proyecciones se basa en la improvisación, detrás hay muchas horas de estudio de la obra y de ensayo. “Visualizo las películas, estudio la acción, los movimientos, los golpes, y busco cómo acompañarlos con música para enfatizarlos, para imitarlos con el piano, y eso requiere horas de ensayo”, explica el pianista.
Una de las partes más complejas, confiesa Borja López, ha sido poner precio a su trabajo: “Hay muchas horas invertidas detrás de una actuación que ni el público ni quien te contrata ven, además del material, las pruebas y la actuación final, y eso es difícil hacerlo entender en ocasiones”, lamenta. La contratación de actos en algunas localidades pequeñas resulta poco accesible por varios motivos: uno es el escaso presupuesto que manejan y otro la mentalidad: “Encuentras lugares donde les parece caro, porque antes se vivía con menos y la gente pedía menos también”.
Borja López durante una actuación
Sin embargo, Borja, al igual que otros artistas, están notando un cambio en este sentido. “Llegué aquí (a Fago), pensando que la gente no se movía mucho, pero me he dado cuenta de que hay un gran interés por la cultura y por el arte, y de que los vecinos se implican muchísimo”, apunta. La dinamización cultural en las zonas rurales, especialmente en las de montaña donde la orografía hace que las poblaciones estén más aisladas, recae en el interés de las pocas familias que las habitan: “Los propios vecinos hacen de gestores culturales, de organizadores y son el público que disfruta de los eventos. Somos pocos y todos estamos implicados para que las cosas salgan adelante”, recuerda y pone en valor Borja López.
Apuesta por la cultura con una mirada diferente
Aragón puede presumir de tener uno de los pocos eventos dedicados al cine mudo en Europa. En el año 2000 la Asociación Cultural La Lonjeta de Uncastillo decidió apostar por el cine mudo. Los vecinos de esta localidad cincovillesa querían recuperar y poner en valor la figura de Inocencia Alcubierre, actriz de cine mudo nacida en Uncastillo, que en 1926 protagonizó la película Nobleza Baturra.
Borja López es uno de los pianistas que ha pasado por las 24 ediciones que suma este festival. Pero no es este el único cartel cultural que apuesta por integrar el cine mudo en su catálogo de actividades para todos los públicos. El Área de Cultura de la Comarca de la Jacetania incluyó como novedad en el año 2022 una actividad de cine mudo y música, con el propio Borja López, dentro del programa de actuaciones culturales que organiza para el verano, denominado “Jacetania es Cultura”.
Este fin de semana, Borja, conocido artísticamente como “Tambo”, ha participado en otra actividad singular titulada La indumentaria popular en un lienzo musical. Pintura, música e indumentaria aragonesa. Organizado por la Asociación Sempiterna, este espectáculo ha reproducido con fidelidad trajes populares recreados en tres pinturas aragonesas de finales del siglo XIX y principios del XX que representan a las tres provincias aragonesas. Un viaje sensorial y cultural a través del patrimonio artístico y etnográfico de Aragón en el que la música interpretada al piano por este pianista residente en Fago ha sido fundamental. López ha interpretado piezas de compositores españoles coetáneos a las obras pictóricas, reforzando la ambientación histórica en un marco especialmente cuidado como lo es el Museo Ángel Orensanz y Artes de Serrablo, en Sabiñánigo.
Este pianista polifacético, que se ha dado a conocer principalmente en la zona de la Jacetania, se plantea ampliar su presencia en el resto de comarcas aragonesas con el cine mudo y la música: “Un espectáculo que se ha centrado en los cines de verano, pero que se puede llevar a cualquier teatro o espacio cerrado en otras estaciones”, recuerda. Borja López nació y creció en Paiporta, una de las localidades que ha sufrido el azote de la DANA, y por eso este año está destinando una parte de las ganancias de sus actuaciones a ayudar a sus amigos y compañeros: “Algunos de ellos han perdido algo que es fundamental para que un músico sobreviva, sus instrumentos, que son sus herramientas de trabajo”.