Madrid presiona a Ayuso desde las calles y vuelve a clamar por el sistema de salud: «¿Invertir en sanidad? ¡Eso sí es libertad!»

Una nueva manifestación por la sanidad pública recorre Madrid con salida desde Callao, Atocha, el paseo de la Castellana y el Hospital La Princesa. Más de un centenar de asociaciones llaman a la protesta y piden reducir listas de espera, contratar especialistas o perseguir los «protocolos de la vergüenza»

Una jueza imputa por primera vez a altos cargos de Ayuso por los protocolos de las residencias en la pandemia

Mujeres, hombres, ancianos, algún que otro niño acompañando a sus padres. Turistas curiosos que miran desde la acera o familias que paran sus compras del domingo para observar la marcha. Miles de personas han recorrido Madrid desde cuatro puntos cardinales que convergen en Cibeles, sede del gobierno municipal. La Latina, Puerta del Ángel, Las Rozas, Navalcarnero, Collado Villalba, Galapagar, Colmenarejo, Manzanares el Real… la lista de asistentes pasa por toda la región y muchos barrios de la ciudad. Más de un centenar de asociaciones vecinales estaban convocadas a las 12.00 horas para salir desde Callao, Atocha, el paseo de la Castellana o el Hospital La Princesa. Cuatro rutas con un mismo objetivo: “¡La sanidad no se vende, se defiende!”

Era el grito más sonado este mediodía desde que las olas de gente concentrada junto a los cines de Callao comenzaron su periplo por la Gran Vía, con dos carriles cortados por la Policía Nacional y con agentes de la Local regulando el tráfico. Los organizadores de la cita parten del movimiento Vecinas y Vecinos de Barrios y Pueblos de Madrid, una unión de fuerzas entre asociaciones de residentes o sindicatos con presencia en toda la región.


La protesta por la sanidad recorre diferentes calles de Madrid

Critican la “privatización” de la sanidad madrileña en una nueva manifestación –la ciudad ha acogido varias en los últimos años por el estado del sistema regional de salud– que estaba convocada este domingo a las 12.00 horas. Había cuatro puntos de partida desde los que empezar el recorrido de la protesta, que culminaría frente a la sede del Ayuntamiento, en Cibeles. Estos eran Callao, Atocha, la plaza del Doctor Marañón (en el Paseo de la Castellana) y el Hospital La Princesa, distrito de Salamanca.

“¿Invertir en sanidad? ¡Eso sí que es libertad!”, se escuchaba en la batucada de esta mañana, con un irónico lema que compara el principal eslogan de la presidenta Isabel Díaz Ayuso con la necesidad de blindar el sistema público de salud. Ana Encinas, una de las portavoces de la plataforma convocante, conversa con Somos Madrid minutos antes de iniciar la marcha. Recuerda que otras cuatro protestas instigadas por el colectivo han precedido a la de este domingo, donde cuatro columnas parten de distintos puntos de Madrid para reunirse junto al Ayuntamiento. En Cibeles, un escenario aguarda los ríos de manifestantes que habían de reunirse bajo el reloj del Banco de España, justo al lado.

Encinas también trabaja como médico de atención primaria en un centro de salud de Carabanchel. Precisamente, la situación de los ambulatorios es una de las grandes preocupaciones que impulsan la protesta. “He llegado a tener entre 40 o 50 pacientes por día y, si mi horario es de 8.00 a 15.00, no es extraño que muchos días salga a las cinco de la tarde porque es imposible asumir la carga”, considera, aludiendo a que esto mismo contribuye a ser un “parche” a los fallos que aprecia en el sistema. “Como les sacamos las castañas del fuego, no hacen nada por darnos los recursos mínimos que necesitamos. Pero es que yo no sé trabajar de otra forma y al final del día, también es el paciente quien lo paga”, reflexiona.

Salvemos nuestra Sanidad Pública, lema de la manifestación

La protesta no se ha olvidado de las muertes en residencias durante la pandemia. Hace escasos días, una jueza llamó a declarar por primera vez como investigados a altos cargos de Isabel Díaz Ayuso por los llamados “protocolos de la vergüenza”. Existen varias causas abiertas contra los protocolos de no derivación en residencias de ancianos, impulsados desde la Comunidad de Madrid durante el coronavirus y que cercan desde entonces a la presidenta y su entorno. En la pandemia, 7.291 personas murieron en los centros de mayores gestionados por su gobierno, solas y sin oportunidad de salvarse en un hospital: las directrices de Sol frenaron el traslado de miles de ancianos para no saturar los clínicos.


Una oleada de gente recorre la Gran Vía en la manifestación por la sanidad pública de este domingo, en Madrid

Además de agitar el recuerdo de las residencias en un momento crucial, la manifestación aúna otras reivindicaciones. Revisar la privatización del sistema y aumentar la financiación de lo público, dotar a ambulatorios u hospitales de nuevo personal para sostener la demanda, mejores condiciones laborales para los sanitarios o acortar las listas de espera en urgencias extrahospitalarias son algunas de ellas. De hecho, en 2022, otra protesta multitudinaria arremetió contra el nuevo modelo en centros de salud impulsado desde la Comunidad de Madrid, que tres años después continúa generando críticas.

Las dificultades en la sanidad pública madrileña han sido un talón de Aquiles para Ayuso desde el inicio de su mandato. La presidenta autonómica se ha defendido en diversas ocasiones de las críticas hacia el sistema regional de salud, acusando a sus detractores –especialmente entre la oposición– de buscar “deteriorar” la imagen de este servicio público. En ocasiones anteriores ha tildado de “manifestaciones políticas” algunas de las protestas sanitarias que precedieron a la de este domingo, zafándose de los señalamientos hacia su gestión y virando el asunto hacia el terreno de la estrategia política.