El Gobierno financiará las gafas y las lentillas a los menores de 16 años a partir de septiembre

El presidente del Gobierno anuncia un real decreto con ayudas directas de 100 euros para quien necesite estos productos sanitarios, que no estaban hasta ahora incluidos en la cobertura pública: «Que un niño o niña vea la pizarra no puede depender del bolsillo de su familia»

Cerca de la mitad de los niños serán miopes en 2050: ¿nuestro estilo de vida nos está destrozando los ojos?

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado que el Ejecutivo financiará a partir del próximo curso escolar las gafas y las lentillas a los menores de 16 años. La medida, que costará 48 millones de euros, estará incluida en un real decreto que ha iniciado este lunes su tramitación.

El programa marca un tope de 100 euros por beneficiario que se gestionará en forma de ayuda directa a través del Colegio de Ópticos y Optometristas, entidad a la que se transferirá el presupuesto dedicado a esta medida. Las familias podrán descontar ese montante de la factura de los productos que adquieran en los centros ópticos. “Que un niño o niña vea la pizarra de su colegio no puede depender del bolsillo de su familia”, ha asegurado Sánchez.

La ministra de Sanidad, Mónica García, anunció hace ahora un año que se financiarían las gafas y las lentillas a los niños, niñas y adolescentes con menos recursos a partir de 2025. Era la medida que contemplaba el acuerdo de Gobierno entre PSOE y Sumar: “un programa específico de ayuda directa para la compra de gafas y lentillas a menores de 18 años para familias con menos recursos”. Sin embargo, finalmente la apuesta ha sido más ambiciosa y la incorporación de esta prestación de salud visua será universal, es decir, no acotada por renta. “La salud visual tiene que ser universal y al serlo rompemos trámites innecesarios y rompemos el estigma”, ha explicado García, que se ha felicitado por la inauguración de un “nuevo derecho en España a ver bien”.

La demanda también viene del Congreso de los Diputados. La Cámara Baja aprobó por unanimidad a principios de abril una proposición de ley para garantizar la gratuidad de las gafas para niños, niñas y adolescentes. La iniciativa llegó a Madrid de manos de Adelante Andalucía previo respaldo también unánime en el Parlamento andaluz.

720.000 niños y niñas, un 8% del total, sufren pobreza visual, es decir, tienen problemas para afrontar el gasto que supone la compra de gafas o lentillas, según un informe publicado el pasado mes de octubre por la asociación Visión y Vida. “Es mucha la gente y repercute en probelmas en los estudios y dificultades para prosperar en la vida”, ha dicho el presidente del Gobierno, que ha asegurado, además, que “el 30% de los casos de abandono escolar está relacionado con alteraciones de la visión”.

“La pobreza visual es un término tristísimo y nos llevaría a producir una desigualdadd e el desarrollo de las personas desde su infancia que más tarder o más temprano induciría un handcap social incaceptable”, ha reivindicado Juan Carlos Martínez Moral, presidente del Colegio de Ópticos y Optometristas. Un estudio de la Organización Mundial de la Salud de 2021 acreditaba que el dentista, las gafas o los audífonos –servicios y productos sanitarios que están fuera de la cobertura pública– provocaban “gastos catastróficos” en unas 150.000 familias españolas a las que esta inversión les dejaba en el umbral de la pobreza.

Un 30% de niños miopes en 2030

Los problemas de visión en la infancia son cada vez más frecuentes. España no es de los países con más afectación –en Asia las cifras frisan el 80%–, pero se calcula que un 19% de los niños y niñas de entre cinco y siete años tenían miopía en 2024. Las previsiones para 2030 es que el porcentaje se eleve hasta el 30%, según una estimación realizada por dos investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, Miguel Ángel Sánchez Tena y Cristina Álvarez Peregrina. Otras estimaciones sitúan que dos de cada cinco adolescentes necesitan gafas.

Una metaanálisis recientemente publicado por la revista British Journal of Ophthalmology ofrece una perspectiva global descorazonadora de escalada de estas dolencias: si en la última década de los noventa el porcentaje de niños y adolescentes con esta afección de la vista era de en torno al 24%; en 2023 la cifra había escalado hasta el 36%. Los especialistas están asombrados ante este aumento y han dejado de vincularlos solo con factores genéticos.

“Este aumento de prevalencia no se puede explicar porque hayan cambiado tanto los factores genéticos. Hay otros factores: los niños y niñas pasan menos tiempo al aire libre, más en casa y en el colegio, y están expuestos constantemente al uso de dispositivos electrónicos, para estudiar y para jugar. Se está estudiando mucho, pero hay heterogeneidad en los resultados”, aseguraba Pilar Merino, presidenta de la Sociedad Española de Estrabología y Oftamología Pediátrica (SEEOP), a este medio hace unos meses.