Alcampo retira los huevos de la ‘granja de los horrores’ de Mallorca tras las imágenes que denuncian maltrato animal y suciedad

La cadena toma la decisión después de que este elDiario.es revelara en primicia las condiciones que hubo a finales de abril en la explotación avícola, que, a pesar de todo, cuenta con un certificado de bienestar animal

INVESTIGACIÓN – La ‘granja de los horrores’ de Mallorca con certificado de bienestar animal: gallinas sin ver el sol y con cadáveres “putrefactos”

Alcampo ha decidido retirar los huevos de la macrogranja de Llucmajor (Mallorca), que vuelve a estar bajo la lupa de organizaciones de protección medioambiental y animal, tras la revelación de la grave situación en la que viven las gallinas, como ha publicado en primicia elDiario.es. “Por principio de precaución hemos retirado de la venta los huevos del proveedor”, señalan fuentes de Alcampo tras la consulta realizada este lunes por este medio.

El interior de esta macrogranja presenta unas condiciones de insalubridad, falta de higiene y suciedad extremas, según las imágenes inéditas de las asociaciones ARDE y Satya Animal grabadas entre los días 21 y 29 de abril, lo cual también supone un peligro para la salud pública. De hecho, ambas entidades han exigido el “cierre inmediato” de la granja. Estos hechos suponen, además, un incumplimiento del artículo 6 del real decreto de normas básicas de ordenación de las granjas avícolas que regula las condiciones higiénico-sanitarias y de bioseguridad de las explotaciones.

Las entidades, que denunciaron los hechos ante la Fiscalía de Medio Ambiente de Balears por presuntos delitos de estafa, contra la salud pública y abandono animal por la ausencia de supervisión veterinaria, documentaron cómo las gallinas camperas no tuvieron acceso al exterior de las instalaciones entre los días 24 y 29 de abril. Además, lamentaron que, pese a todo, la empresa cuenta con el certificado de bienestar animal Welfair. Fuentes de la Fiscalía confirmaron a elDiario.es que la denuncia se registró el miércoles 21 de mayo sobre las 9 de la mañana.

Las imágenes muestran que los animales se encuentran en condiciones penosas. Las gallinas vivas conviven con decenas de cadáveres en diferentes estados de descomposición, incluso con esqueletos y otros animales, como ratas (vivas o envenenadas) y erizos. Las organizaciones, además, alertaron de que la presencia de otras especies en la granja puede conllevar “riesgo de transmisión de enfermedades a humanos”, como la salmonella (intoxicación alimentaria) o la leptospirosis (infección de la sangre), entre otras.

En este sentido, el informante anónimo que documentó la situación del interior de la granja explicó a elDiario.es que “nada más dar un paso, había ratas corriendo para arriba y abajo de las estructuras”. “Vi un cadáver y distinguí que era una rata únicamente por la cola”, añade. Según su testimonio, había extintores caducados y contenedores con cadáveres “en estado de putrefacción repletos de gusanos”.

“Foco de contagio” de enfermedades

Las asociaciones ARDE y Satya Animal presentaron un informe veterinario ante la Fiscalía de Medio Ambiente de Balears, al cual accedió elDiario.es, en el cual el profesional señaló que en el interior de la granja existen “riesgos de bioseguridad tanto para los animales como para el personal y potencialmente para los consumidores”.

Entre estos riesgos, detalló la presencia de otros animales en las instalaciones, como “abundantes roedores” (alguno incluso con signos de estar enfermo), entre las aves y su alimento; cadáveres en diferentes estados de descomposición (tanto en el suelo de la nave como entre las aves vivas), lo que es “una fuente importante de contaminación” y falta de higiene de la granja, ya que “la mayoría de la superficie está cubierta de polvo, aves muertas y telarañas”.

Según el veterinario, hay defectos en el aislamiento de la nave “debido a los posibles desperfectos causados por los roedores” y se señalaba que el almacenaje de los huevos se encuentra en un lugar abierto donde pueden entrar las ratas, contaminando los productos. “Todo ello favorece la diseminación de enfermedades poniendo en riesgo la vida de las aves, los trabajadores y los consumidores de tales productos”, afirmaba el profesional, que añadía en su informe que se evidenciaba “una inadecuada limpieza” y, por lo tanto, una inadecuada “desinfección”.

Respecto a la presencia de animales enfermos, el veterinario destacaba en su informe que son un foco de contagio. Así, afirmaba que en varias ocasiones se ven imágenes de aves o roedores con signos de enfermedad. Algunas de las enfermedades infecciosas que podrían tener las aves son las bacterianas y víricas. Se destacaban las enfermedades zoonóticas, es decir, aquellas que se pueden transmitir de animales a humanos. Entre ellas, la peste aviar (influenza); la enfermedad de Newcastle (conocida como la pseudopeste aviar); la salmonelosis (intoxicación alimentaria) y la campilobacteriosis (provoca gastroenteritis).

Además, se señalaba la leptospirosis (puede afectar a diversos órganos como el hígado o el riñón y causar incluso la muerte si no es tratada a tiempo), ya que “una de las fuentes de contagio más comunes son los roedores”.

Así, el veterinario concluía en su informe que hay una falta de control “tanto por parte de los trabajadores como por parte del propietario de la explotación”, así como una falta de supervisión veterinaria hacia los animales y la higiene de la explotación. “Hay un riesgo hacia la integridad física, ya no solo de las aves que se encuentran dentro de las naves, sino para el personal y su entorno, así como para el consumidor de los productos”, detallaba el profesional.

Finalmente, el veterinario consideraba que se están incumpliendo dos principios básicos del sello Welfair de bienestar animal. En primer lugar, no se cumple el estado de buena salud de los animales, ya que debe de haber ausencia de lesiones, enfermedades y dolores. En segundo lugar, tampoco se cumple el principio de “comportamiento social adecuado”, lo que implica ausencia de conductas negativas —como peleas o desplazamientos de los animales—. “No se puede determinar el cumplimiento o no del resto de principios básicos de bienestar animal (respecto a la alimentación y zona de descanso), ni las etapas de transporte y sacrificio de los animales”, concluye el informe, en base al material audiovisual inspeccionado.

La versión de Avícola Son Perot

elDiario.es se puso en contacto este lunes con Avícola Son Perot, con el objetivo de contrastar la información que iba a ser publicada y recabar su versión, que este diario reprodujo en su totalidad:

“Avícola Son Perot reafirma su compromiso con el bienestar animal y la legalidad de sus instalaciones. Ante las recientes informaciones y contactos relacionados con una posible denuncia por parte de determinadas organizaciones sobre el estado de nuestras instalaciones en Llucmajor, desde Avícola Son Perot deseamos manifestar lo siguiente: Todas nuestras granjas, incluyendo la de Llucmajor, están sometidas a rigurosos controles internos y externos. En particular, contamos con la certificación en Bienestar Animal Welfair, otorgada por AENOR, uno de los organismos de evaluación más reconocidos a nivel europeo. De hecho, el pasado martes 20 de mayo se llevó a cabo la auditoría anual correspondiente en la granja de Llucmajor, superándose con normalidad.

Asimismo, nuestras instalaciones reciben inspecciones periódicas por parte de los servicios veterinarios y técnicos de la Administración Balear, cumpliendo siempre con los estándares de calidad, seguridad y bienestar exigidos por la normativa vigente. Por todo ello, entendemos que cualquier inquietud sobre el estado de nuestras granjas queda debidamente aclarada. Finalmente, informamos de que nuestro Departamento Jurídico permanece atento a cualquier posible publicación sobre este asunto y actuará en consecuencia si se considera que se vulneran los derechos e intereses legítimos de la empresa“.

Fuentes de Avícola Son Perot S.A. añadieron que sus granjas están certificadas en bienestar animal, certificación vigente hasta noviembre del 2025. Precisamente el pasado 20 de mayo los responsables de AENOR, empresa certificadora del sello de bienestar animal Welfair, realizaron una inspección de renovación en el interior de la granja de Llucmajor que inicialmente fue positiva a falta de completar documentación, señalaron las mismas fuentes.

La empresa vende en grandes supermercados

Este diario contactó este lunes con los supermercados Mercadona, Eroski y Alcampo para consultarles sobre si tenían conocimiento de la información que iba a ser publicada, ya que las tres vendían hasta el momento los huevos de esta granja en Mallorca. Todas, excepto Alcampo —que atendió a este diario pero no dio una respuesta hasta este martes informando de la retirada de los huevos de sus cadenas—, respondieron oficialmente durante el mismo lunes.

Mercadona afirmó que Avícola Son Perot “es uno” de sus “15 proveedores de huevo, todos ellos certificados en Bienestar Animal”. “No tenemos constancia” de lo que se publica en este reportaje, se limitan a señalar las fuentes consultadas.

En cuanto a Eroski, la cadena aseguró que no tolerará “ningún incumplimiento en materia de bienestar animal o higiene sanitaria”. “Por eso, exigimos a todos nuestros proveedores el cumplimiento estricto de la normativa vigente y, en el caso de productos certificados, el cumplimiento de los estándares adicionales que acreditan los sellos correspondientes”, argumentó a este diario.

Respecto a la granja de Llucmajor, Eroski afirmó que “ha realizado auditorías periódicas a una muestra de sus granjas y centros de clasificación” en las que “no se han detectado las prácticas de higiene descritas”. “La granja mencionada dispone de la certificación Welfair de Bienestar Animal, expedida por AENOR”, señaló la cadena. En este sentido, comentó que “la última auditoría de bienestar animal se realizó el pasado 20 de mayo de 2025, sin que se detectaran incidencias que comprometieran la validez del certificado”.

No obstante, tras la información trasladada por elDiario.es, Eroski adelantó que había iniciado “una revisión inmediata” con su proveedor “para comprobar que se mantienen en todo momento las condiciones requeridas”. “Si se detectase alguna irregularidad, actuaremos con total firmeza, como ya hemos hecho en otras ocasiones, aplicando los protocolos establecidos para la suspensión de suministro”, concluyó.