«Las corridas de toros son pecado»: el mensaje proyectado en el Vaticano por PETA

La organización animalista ha lanzado una impactante campaña en la que pide al Papa León XVI que acabe «con la guerra contra los toros». Hace cinco siglos un papa castigó con la excomunión a quienes acudieran a estos eventos

A Dios rogando y con la pica torturando

La organización animalista PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales) ha proyectado un vídeo en las paredes del Vaticano donde critica duramente la tauromaquia con una impactante campaña que incluye mensajes como “Las corridas de toros son pecado”.

Las imágenes muestran escenas de toreo. En una de ellas aparece Jesucristo, que se interpone entre el toro y su verdugo, frente al que alza una mano, como en una escena previa a un sermón. Segundos después aparece el rótulo: “¿Qué haría Jesús?”. El plano se abre para mostrar a una mater dolorosa: la Virgen María abrazando al toro muerto, ensangrentado y lleno de banderillas.

“Corten los lazos de la Iglesia con el toreo”, suplican en el siguiente mensaje. “Papa León XIV, 200.000 católicos te suplican que acabes con la guerra contra los toros”, finaliza la proyección.

Amenaza de excomunión para los taurinos

¿Qué lazos ha tenido la Iglesia con el toreo? En 1567, el Papa Pío V escribió en su bula“De salute gregis Domini: ”prohibimos terminantemente los vergonzosos espectáculos de las corridas de toros, propios, no de hombres, sino de demonios, bajo pena de excomunión y anatema ipso facto, que estará vigente perpetuamente, extensible a los príncipes cristianos cualquiera que sea la dignidad de que esté revestido, eclesiástico o civil, e incluso imperial o real“.

Sin embargo, al morir este papa, el rey español Felipe II consiguió que su sucesor, Gregorio XIII, publicara una nueva bula en 1585 en la que levantaba la prohibición de asistencia los espectáculos taurinos a los laicos (no así a los clérigos), pero exigiendo que estos no se celebraran en días festivos.

 En 1680, el Papa Inocencio XI expuso al rey Carlos II que “sería del agrado de Dios prohibir las fiestas de los toros”. Actualmente persiste la duda de si continúa vigente la bula de Pío V que excomulgaría a todos los católicos que asistieran a corridas de toros.