El TSJ catalán ratifica las penas al mando policial y a otros 27 condenados por conformar la banda que traficó con cocaína en los muelles barceloneses hace una década
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La rueda de la Justicia se va imponiendo sobre una de las últimas bandas criminales que han traficado con droga en el Puerto de Barcelona. El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha confirmado la pena de 15 años de cárcel que la Audiencia de Barcelona impuso al inspector de Policía Nacional C.M.G., al considerado uno de los líderes de la banda de ‘narcos’ que controló el tráfico de cocaína en los muelles barceloneses hace una década.
Al menos entre diciembre de 2014 y septiembre de 2017, el inspector y otro agente ya jubilado y también condenado “conformaron un entramado” cuyo objetivo era la distribución de cocaína desde la provincia de Barcelona hacia otros puntos de España y a otros países de Europa, concluyó la sentencia ahora corroborada.
El inspector, en aquel tiempo destinado en el Grupo I de la Sección de Estupefacientes de la UDYCO (Unidad de Droga y Crimen Organizado), se valió de su condición de policía para “instruir y aleccionar” al resto de los miembros de la banda sobre la forma de ocultar su actividad delictiva y desarrollarla sin riesgo de ser descubiertos, instrucciones que daba en colaboración con el subinspector jubilado.
Tanto los policías como los otros condenados habían recurrido la sentencia con los argumentos habituales de los casos de narcotráfico: los miembros de la banda querían anular los pinchazos telefónicos y los micrófonos colocados en el coche del subinspector que corroboraron el anónimo recibido por los Mossos con el que se dio inicio al caso, que ya advertía de que los ‘narcos’ contaban con protección policial.
La sección de apelaciones de la Sala Civil y Penal del TSJC rechaza, como mantenían los acusados, que la investigación del caso fuera “prospectiva” y respalda al 100% las medidas acordadas por la jueza instructora para desbaratar la trama.
“Existían sólidos indicios de la existencia de un delito de gran gravedad, de la participación del coacusado [el subinspector]., su teléfono había sido intervenido, y los agentes en las vigilancias habían detectado que se reunía en sus vehículos, el Mercedes y el Porsche Cayenne con otros de los investigados en aquel momento”, destaca la sentencia.
En suma, los micrófonos en el coche y las intervenciones telefónicas del caso eran “idóneas, necesarias y proporcionales, dichas razones resultan plenamente aplicables al apelante cuyo nombre había salido en las investigaciones como uno de los dos policías que daban cobertura a las operaciones de tráfico de cocaína.
“Desde el inicio de la investigación ya se constataron encuentros físicos entre los dos policías y otros dos de los investigados. Y no solo por las vigilancias policiales, sino también por la información que se obtenía de las intervenciones telefónicas, encuentros vinculados con los desplazamientos que los dos policías hacían en sus vehículos”, destaca la sentencia del TSJC.
El alto tribunal catalán ha confirmado las condenas de la Audiencia de Barcelona a 28 de los 32 procesados a penas que oscilan entre los 9 meses y los 15 años de prisión por diversos delitos como tráfico de drogas, coacciones, pertenencia a grupo criminal, tenencia ilícita de armas y defraudación de fluido eléctrico.
Ambos policías impartían al resto de acusados pautas de actuación sobre el modo de comunicarse o de reunirse, consejos sobre como referirse a la droga utilizando “palabras clave” o, sobre todo, donde llevar a cabo sus encuentros. También recaban información sobre los avances de la actividad delictiva en curso, sin que el inspector informara de estos encuentros a sus superiores dentro del cuerpo de la Policía Nacional.
El inspector condenado también usó sus claves de acceso a las bases de datos policiales para descubrir matrículas de coches patrulla secretas que les podían seguir en su actividad delictiva, para después pasar esta información a los narcotraficantes.
Entre algunas de las actividades ilícitas que recoge la sentencia, destaca la operación para descargar en el Puerto de Barcelona en 2015 de unos 200 kilos de cocaína ocultos en un contenedor procedente de Brasil, para lo cual tuvieron la “cobertura policial” de los dos mandos policiales condenados.