El editor malagueño Rafael Giménez Siles, exiliado en México desde la Guerra Civil hasta su muerte, fue el impulsor de una tradición que cuajó en la capital ya en una edición inaugural de 1933 celebrada en Recoletos como parte de una serie de homenajes a Miguel de Cervantes
Guía útil para la Feria del Libro 2025 en Madrid: información esencial, horarios y firmas destacadas de cada jornada
“No hay libro, por malo que sea, que no contenga cosas instructivas”. Esta frase atribuida a Plinio el Joven, escritor y científico de la Anigua Roma, es una de las que coronaba la primera Feria del Libro de Madrid. Diversas pancartas, con citas sobre el poder de la literatura y la lectura, cubrían el cielo de la capital en los inicios de una tradición que todavía no era tal, pero que ya desde su primera edición encontró una gran respuesta del público. La fotografía que encabeza este artículo da cuenta de ello.
Mucho ha cambiado desde aquel 23 de abril de 1933 hasta este 2025, en el que las casetas literarias tomarán el parque del Retiro del 30 de mayo al 15 de junio. Con los años han ido apareciendo las firmas masificadas de autores superventas, los libros de influencers o los stands de marcas de todo pelaje.
Hasta la propia ubicación se ha modificado: el Paseo de Recoletos albergó una iniciativa por entonces inscrita en la semana Cervantina. El legendario autor nacido en Alcalá de Henares falleció el 22 de abril de 1616, así que la conmemoración de tal fecha 317 años después desembocó en unos actos convertidos hoy en una celebración independiente (no en vano, con el tiempo se movieron un mes y una semana en el calendario).
Las primeras casetas de Recoletos estaban pintadas de diferentes colores, según recoge la propia web de la Feria del Libro. Sobre ellas se colocaban altavoces que reproducían las intervenciones del micrófono dispuesto junto a la iglesia de San Pascual, en el número 11 de la céntrica vía madrileña. Porque, además de los discursos de las autoridades en la inauguración, múltiples escritores intervinieron con declaraciones públicas y llamamientos a la lectura a lo largo de una cita que se extendió hasta el 29 de abril de 1933. La siguiente imagen acredita esa estampa, con la protagónica presencia del entonces regidor madrileño, Pedro Rico. Porque si algo se mantiene en este tipo de tradiciones es la presencia litúrgica de las autoridades (la reina Letizia es una habitual en esta cita de raigambre republicana).
Inauguración de la I Feria del Libro el 23 de abril de 1933 con el ministro de Instrucción Pública, Fernando de los Ríos; el alcalde de Madrid, Pedro Rico o el escritor Luis de Oteyza.
Así, el germen de la actual Feria llegó durante el Bienio Reformista de la II República, con Manuel Azaña al frente del Gobierno central. Ana Martínez Rus, profesora de Historia Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid, apunta como principal artífice al editor y librero Rafael Giménez Siles (Málaga, 1900 – México, 1991). “Concibió la que se convertiría en la gran cita literaria de España, la cual, a diferencia de otras ferias del libro europeas, tenía un carácter abierto y popular”, explica en una tribuna abierta publicada en elDiario.es.
“En 1939, Siles se exilió en México, país donde encontró un reconocimiento que sigue sin recibir en España”, lamentaba entonces Martínez Rus, autora del ensayo Edición y compromiso. Rafael Giménez Siles, un agitador cultural (Editorial Renacimiento, 2022).
La labor de esta personalidad malagueña continuó en la segunda edición, la de 1934, cuando la feria incorporó los apellidos “nacional e hispanoamericana”. Esta vez se mantuvo en Recoletos, pero se trasladó a mayo, en un periodo de nuevo más tempranero que el actual (del 6 al 16). Muchas casetas permanecían abiertas en un horario generoso, de 10.00 a 23.59. Este 2025 abrirán de 10.30 a 14.00 y de 17.00 a 21.00 (lunes-jueves); los viernes hasta las 22:00; y los fines de semana, de 10.30 a 15.00 y de 17.00 a 21.00 Los derechos laborales también han cambiado y ganado peso en estas nueve décadas.
Auge, caída y recuperación de una gran cita para la cultura madrileña
El evento siguió consolidándose en 1935 y 1936, pero el golpe de Estado militar y el posterior estallido de la Guerra Civil implicó su paralización. Con los devastadores efectos de la contienda y la posguerra, el proyecto no se recupera hasta 1944. La ubicación permaneció en Recoletos, pero el nombre sufrió una de estas modificaciones tan habituales en la época. Pasó a denominarse Feria Nacional del Libro, con el auspicio del Instituto Nacional del Libro Español (INLE).
La actividad se fue recuperando poco a poco, aunque la censura hacía estragos entre las obras disponibles en los puestos o los autores que podían permitirse aparecer en el lugar (por no hablar de todos los que fueron represaliados o forzados al exilio). También disminuyó la presencia de mujeres, muy habitual en instantáneas de esos primeros años republicanos, aunque no fuera en los principales puestos de responsabilidad.
Un grupo de mujeres en la III Feria del Libro en Madrid, celebrada en 1935.
¿Cuándo se produjo entonces la mudanza al Parque del Retiro? No se materializó hasta 1967, cuando el incipiente aumento en las solicitudes de librerías, editoriales y distribuidoras obligó a dar con una nueva localización. Desde entonces, este pulmón verde de la capital se ha asentado como el gran escenario literario de Madrid cuando la primavera mira ya al verano.
Un último cambio, tan importante para un evento dedicado a los libros, tiene que ver con el título. No fue hasta 1982, en los últimos compases de la Transición, cuando la cita se desprendió de su apellido “Nacional” y recibió el nombre con el que todavía se le conoce: Feria del Libro de Madrid. Con la democracia arribaron también modificaciones en la gestión de la iniciativa, ejercida en la actualidad por la Asociación de Librerías de Madrid, la Asociación de Editores de Madrid y la Federación de Asociaciones Nacionales de Distribuidores de Ediciones (Fande).
Hoy día, la Feria del Libro es una de las grandes referencias culturales de la ciudad. Su labor y trayectoria ha sido galardonada con el Premio Nacional al Fomento de la Lectura del Ministerio de Cultura en 2003, así como el Premio de Proyección Internacional de la Ciudad de Madrid Benito Pérez Galdós, otorgado por el Ayuntamiento en 2009. Aunque no hay mayor reconocimiento a su contribución, a un éxito que Giménez Siles comprobó desde la distancia, que ver el Retiro repleto de letraheridos cada primavera.
Imágenes sacadas del artículo Las ferias del libro en el Madrid republicano (1933-1936), publicado el 5 de noviembre de 2022 en la web Conversación sobre la Historia, procedentes a su vez del Archivo General de la Administración.