El primer filtro de seguridad del PSOE para separarse de Leire Díez salta por los aires

Tras negar toda relación con la militante que conspiraba para atacar a la UCO, el PSOE se ve obligado a abrirle un «expediente informativo», pero se muestra más indignado con los medios de comunicación que con ella

El PSOE decide poner las cosas más fáciles al PP

En un día en que volaron los cuchillos en el Congreso y fuera de él, resulta obligado ofrecer una posición de honor en cualquier artículo a la persona que los lanza con más velocidad. Isabel Díaz Ayuso estaba resentida porque el Tribunal Supremo ha cortado una suculenta vía de negocio a su novio, que había demandado a los políticos y periodistas que le habían llamado “defraudador confeso”. Y eran unos cuantos.

El Supremo rechaza esas declaraciones, pero considera que no son delito al formar parte de la crítica política. Ayuso interpretó la decisión a su manera: “El rechazo de la demanda avala que la difamación es posible en España por la situación que tenemos”. Luego, venía la frase que traía preparada del despacho. “Eso sí, visto el rechazo de la demanda, yo ahora espero que condenen a Sánchez por narcotráfico por lo que ocurre en Canarias. Esto es una crítica política”.

No está mal, pero viniendo de alguien a la que pillaron llamando “hijoputa” al presidente del Gobierno y que luego convirtió el exabrupto en un meme para disfrute de las bases del PP, lo del narcotráfico tampoco va a figurar muy alto en su lista de grandes éxitos. Y lo mismo le da un susto de muerte a Alberto Núñez Feijóo. A Marcial Dorado no, que ya está curado de espanto. 

Los que también están asustados son los socialistas, que han estado casi 48 horas conteniendo la respiración para ver si pasaba de largo el fantasma de Leire Díez y sus maniobras para desvelar trapos sucios de la UCO. Las grabaciones desveladas el lunes por El Confidencial, y de las que han aparecido más ejemplos en otros medios, confirman por qué Díez nunca tuvo una gran carrera profesional ni en el periodismo ni en la política. Hasta para las intrigas subterráneas hay que saber.

La política está llena de gente que está dispuesta a hacer lo que sea con tal de conseguir una promesa o una felicitación desde arriba. Pero de ahí a creer que la exconcejala cántabra actuó por su cuenta sin recibir ninguna instrucción o sugerencia hay un trecho tan largo que el PSOE lo tendrá muy complicado para recorrerlo sin perder la credibilidad.

El PSOE tardó casi toda la mañana en rendirse a la evidencia de que debía hacer algo. En realidad, no tenía elección, al menos si alguien se tomó la molestia de echar un vistazo a los estatutos del partido aprobados en el congreso de 2024. Se considera falta muy grave “menoscabar la imagen de los/as cargos públicos o de las instituciones socialistas”. A la hora de determinar la sanción que puede recibir un militante, se incluyen dos factores: “la existencia de intencionalidad” y “los perjuicios causados a los intereses y a la imagen del partido”. No hay que ser el juez de la horca para dictaminar que Leire Díez ha marcado las dos casillas.

Finalmente, el PSOE anunció que abrirá un expediente informativo a Díez. Se tomó la molestia de añadir que eso permitirá a la señalada dar explicaciones sobre su conducta y de recordar que los militantes “tienen deberes, pero también derechos”. Nada de amenazas de medidas disciplinarias, como las que se adoptaron contra José Luis Ábalos. Rechazó que se le pueda llamar “la fontanera de Ferraz”, como aparece en varios medios, porque “ni los textos ni los audios soportan en ningún caso titulares semejantes”.

En ese caso, hay que preguntarse cómo podía prometer a un empresario imputado en la Audiencia Nacional que le pondría en contacto con la Fiscalía con la misión de denunciar al jefe de la UCO. La frase “yo te puedo sentar con Fiscalía” –por vaga e insuficiente que fuera para el empresario– revela un nivel de influencia que nunca podría tener una exdirectora de Filatelia y Relaciones Institucionales de Correos y exconcejala de Vega de Pas (768 habitantes).


El ministro de Justicia, Félix Bolaños, en el patio del Congreso el 27 de mayo.

En el comunicado, el PSOE dedica más espacio a criticar las informaciones de los medios de comunicación que a la propia Leire Díez, el tipo de reacción que hace pensar que alguien no ha detectado aún la gravedad de la situación. El texto incluye una frase de esas que hay que leer más de una vez, porque en la primera ocasión no crees que sea lo que parece: “El PSOE está realizando un análisis técnico para cuantificar económicamente el daño reputacional causado por este tipo de titulares, que podría incorporarse a las acciones legales que se tomen en su momento”. Parece que el daño reputacional causado por las grabaciones protagonizadas por Díez no les preocupa tanto.

En la mañana del miércoles, a Eneko Andueza le preguntaron qué debía hacer el partido. El líder del PSOE vasco no descartó que se le apliquen medidas disciplinarias si se comprueba que sus acciones han vulnerado los estatutos. De todas formas, fue demasiado optimista: “Yo siempre procuro poner todo en cuarentena y ver lo que ocurre en los siguientes días”. Los socialistas no iban a tener el lujo de esperar tanto tiempo.

Para Ferraz, debió de ser un poco humillante que fuera Emiliano García Page quien pidiera a la dirección que reaccionara cuanto antes con un argumento que no se podía rebatir: “Cada minuto que pasa sin tomar medidas, damos a entender que esta señora tiene algún tipo de amparo”. En otras palabras, no valía con un desmentido rápido de Santos Cerdán diciendo que Díez “nada tiene que ver” con la dirección del partido.

Si ya era mala para la imagen del PSOE la primera grabación con la discusión sobre cómo atacar a la UCO, otras informaciones posteriores contribuyeron a agravar la situación. Según El Español, Díez ofreció a ese medio un vídeo de contenido sexual en el que supuestamente aparecía el fiscal anticorrupción José Grinda, al que el PSOE y Junts han criticado en la comisión de investigación de la Operación Cataluña. Intentar entregar un vídeo sexual a un medio dirigido por Pedro J. Ramírez, que sufrió en 1997 un ataque similar, revela hasta qué punto Leire Díez no tiene muchas luces, pero también que carece de escrúpulos.

Por esta u otras revelaciones, no es extraño que Enrique Santiago, portavoz de Izquierda Unida en el Congreso, dijera el miércoles que “es un espectáculo de lo más obsceno y vulgar”. Tan vulgar y peligroso que el PSOE no podrá quitárselo de encima con un simple expediente informativo.