El colapso de un glaciar fundido por el calentamiento global sepulta un pueblo entero en Suiza

Una avalancha de hielo, rocas y barro entierra la localidad de Blatten al derrumbarse el glaciar Birch tras pasar semanas soltando rocas al deshelarse

El riesgo de vivir a los pies de un glaciar que desaparece

Deshielo catastrófico. Una avalancha de hielo, rocas y barro sepultó este miércoles prácticamente todo el pueblo de Blatten, en el cantón suizo de Valais, tras el colapso del glaciar Birch, dejando a 300 personas sin hogar y un desaparecido.

El deslizamiento, de una violencia devastadora, arrasó el 90 % del casco urbano e implicó el desprendimiento de unos 3,5 millones de metros cúbicos de material que descendió la ladera a una gran velocidad, bloqueando además el curso del río Lonza, según informaciones transmitidas desde el lugar por la televisión pública suiza RTS.  Una serie de imágenes captadas con drones muestran un manto gris donde antes se encontraban casas, caminos y praderas.

El deshielo de los glaciares es uno de los indicadores más palmarios sobre cómo se está recalentando el planeta debido a las emisiones masivas de CO2 que atrapan la radiación solar y elevan la temperatura global alterando el clima.

Del glaciar Birch habían empezado a caer a mediados de mes una cantidad de rocas que iban aumentando conforme pasaban los días, lo que llevó a una rápida evaluación de la situación y a emitir una orden de evacuación de los 300 habitantes del pueblo, tras confirmarse la gran inestabilidad del terreno.

“Sabíamos que era cuestión de tiempo. La ladera estaba saturada de agua de deshielo y el glaciar actuaba como una cuña inestable entre la roca y el vacío. Fue un desastre natural, pero no una sorpresa”, declaró a medios suizos uno de los expertos que supervisaban el glaciar, Kamal Weiss.

El impacto económico es considerable por la destrucción de las infraestructuras locales y porque el bloqueo del río Lonza plantea nuevos riesgos de inundaciones en los próximos días, han señalado las autoridades.

Por su parte, varios expertos han comentado que el caso de Blatten es una alerta más sobre las consecuencias del cambio climático en las regiones de montaña, donde zonas antes consideradas seguras podrían volverse inestables en los próximos años.

En julio de 2022, el glaciar alpino de La Marmolada se derrumbó tras irse deshelando lo que provocó la muerte de siete personas. El recalentamiento del planeta funde estas masas de hielo montañosas y, en su desaparición, se vuelven más inestables, quebradizos y mortales.

 En este proceso, a medida que se derriten, es más factible que se produzcan avalanchas de millones metros cúbicos de hielo y piedras que se derrumban a más de 100 kilómetros por hora.