España se opone a la intentona en la UE de avalar que las aerolíneas cobren por la maleta de mano

Alemania, España y otros países bloquean los cambios en el reglamento que regula los derechos de los pasajeros ante la pretensión de que las compensaciones por retraso sean a partir de las 4 horas, lo que supondría dejar fuera a un 75% de los afectados

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Un retroceso de los derechos de los pasajeros se está negociando en el seno de la Unión Europea, aunque por ahora se ha bloqueado por el rechazo de varios países, entre ellos Alemania y España. El Consejo de la UE está preparando una modificación del reglamento que regula los derechos de los pasajeros de las aerolíneas y sobre la mesa está avalar que las aerolíneas puedan cobrar por llevar la maleta de mano en la cabina, pese al pronunciamiento en contra de la justicia europea.

España, que ha multado a varias compañías ‘low cost’ por esa práctica abusiva, entre otras, se ha opuesto con vehemencia a esa intentona que se discutió a nivel de los embajadores de la UE este miércoles. “No vamos a aceptar ningún tipo de rebaja en los derechos de los pasajeros. Ya vivimos la ofensiva de las aerolíneas en España y ahora la estamos sufriendo en Europa, pero estamos logrando una alianza de cada vez más países para impedirlo”, afirmó el ministro de Consumo, Pablo Bustinduy, en la red social Bluesky.

Los derechos de los pasajeros aéreos están en juego. El Consejo de la UE está discutiendo propuestas como acabar con la gratuidad del equipaje de mano o reducir el derecho a reclamar los retrasos de las aerolíneas. Hoy lo hemos conseguido frenar, pero volverán a intentarlo la próxima semana

— Pablo Bustinduy (@pbustinduy.bsky.social) 28 de mayo de 2025, 20:51

La propuesta de la presidencia polaca, que es a la que le corresponde pilotar los debates en el seno del Consejo, se topó con el rechazo de un buen número de países, entre ellos Alemania, que hasta ahora no se había pronunciado claramente, según fuentes conocedoras de las negociaciones. El punto más conflictivo es el de las compensaciones por retrasos. El texto de compromiso que ha puesto Polonia sobre la mesa de los 27 pretende pasar de las 3 horas con las que actualmente se puede reclamar una compensación a una horquilla de entre 4 y 6 en función de la distancia. Países Bajos y Luxemburgo también se oponen a ese planteamiento y apuestan por que se mantenga en tres horas.

“Si se fija en cinco horas, se deja fuera al 75% de los afectados por demoras”, denuncia Agustín Reyna, director general dela organización europea de consumidores (BEUC), que considera que ese “retroceso en los derechos reconocidos de los pasajeros es inaceptable”, incluyendo la posibilidad de que el texto legal avale que las compañías aéreas cobren por las maletas de mano que se llevan en la cabina. Otro de los asuntos que pretende permitir la presidencia polaca es el cobro por la reserva de asientos para acompañantes, incluidos niños o personas con movilidad reducida.

La propuesta también pretende rebajar las indemnizaciones económicas a las que tienen derecho los pasajeros por retraso, que el TJUE fijó entre 250 y 600 euros —en función de la distancia del trayecto— cuando se produce un retraso de más de tres horas en llegar al destino. También plantea una limitación de la compensación en aquellos casos en los que se produce una cancelación del vuelo y el pasajero tiene que encontrar una alternativa por su cuenta. El texto plantea que se limite al 400% del precio del billete, cuando la cuantía el mismo día del vuelo puede ser mucho más elevada.

El texto que están discutiendo los estados miembros también pretende legitimar el cobro por rectificar datos personales del billete en las 48 horas previas a un vuelo. En el caso de España, la Agencia Española de Protección de Datos se opuso a esa práctica. También propone avalar la cláusula del ‘non show’ que supone que la aerolínea pueda cancelar el billete de vuelta si el pasajero no ha volado en la ida prevista. El Tribunal Supremo consideró que se trataba de una práctica abusiva.

El texto quedó bloqueado en la reunión de este miércoles y ahora el asunto tendrá que seguir debatiéndose en el seno de la UE. La pretensión del Consejo es fijar una posición y que la Eurocámara pueda enmendarla, pero el procedimiento no recoge en esta ocasión una negociación entre las dos instituciones del conjunto del texto.