Desde la Edad Media hasta la Guerra Civil, estos lugares conservan la memoria de batallas, constituciones y momentos decisivos que hoy pueden revivirse sobre el terreno
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La historia de España está llena de momentos que marcaron un antes y un después. Batallas que cambiaron el rumbo de los reinos, derrotas que obligaron a replantear estrategias y victorias que abrieron nuevas etapas. Y lo mejor es que muchos de esos episodios se pueden seguir de cerca hoy en día, en los mismos lugares donde ocurrieron.
Hay castillos, campos de batalla, pueblos reconstruidos o en ruinas, museos y rutas señalizadas que permiten hacerse una idea bastante clara de lo que pasó. No es lo mismo leerlo en los libros de historia que estar ahí, ver el terreno, recorrer una trinchera o entender cómo se organizaban los ejércitos de hace siglos.
Este recorrido pasa por siete de esos lugares. Algunos están ligados a la Edad Media y la Reconquista. Otros a la Guerra de Sucesión o a la Guerra de la Independencia. Y algunos, más recientes, a la Guerra Civil. Pero todos tienen algo en común, y es que, en su momento, todo cambió allí.
Batalla de Alarcos (1195) – Ciudad Real
En 1195, cerca de la actual Ciudad Real, las tropas cristianas de Alfonso VIII fueron derrotadas por los almohades. Fue un golpe duro para el Reino de Castilla y un frenazo a la Reconquista. La batalla de Alarcos dejó claro que el equilibrio de fuerzas todavía no estaba del todo inclinado hacia el norte.
Parque Arqueológico de Alarcos.
Hoy se puede visitar el Parque Arqueológico de Alarcos, que conserva restos íberos, parte de la muralla, un castillo medieval y objetos recuperados del campo de batalla. Todo está bien señalizado, hay un centro de interpretación, visitas guiadas y una app de realidad aumentada para entender mejor lo que uno está viendo.
También hay una sala de realidad virtual en el propio parque. Y si se viaja en julio, se puede coincidir con la Semana Histórica de Ciudad Real y su importante Festival de Música Antigua ‘Alarcos’, o con la romería de la Virgen de Alarcos, que dan todavía más vida al lugar.
Batalla de Las Navas de Tolosa (1212) – Jaén
Pocos años después de Alarcos, las tornas cambiaron. En 1212, las tropas cristianas se aliaron y se enfrentaron al ejército almohade en la sierra de Despeñaperros. La victoria en la batalla de Las Navas de Tolosa supuso un antes y un después en la Reconquista.
Museo de la Batalla de las Navas de Tolosa.
El museo dedicado a esta batalla está en Santa Elena, justo al lado del campo donde ocurrió todo. Forma parte de la Ruta de los Castillos y las Batallas de Jaén, y cuenta con maquetas, materiales audiovisuales, escenografías, mapas táctiles y visitas guiadas que ayudan a situarse. También se organizan paseos por la zona para recorrer el terreno.
El edificio tiene un mirador desde el que se ve el paisaje de la batalla. Y el enfoque del museo, además de explicar lo que pasó, invita a reflexionar sobre los conflictos y las ideas de convivencia. Una buena clase de historia al alcance de la mano.
Batalla de Almansa (1707) – Albacete
Durante la Guerra de Sucesión Española, Almansa fue el escenario de una de las grandes batallas. Allí se enfrentaron las tropas borbónicas de Felipe V y las del archiduque Carlos de Austria. Ganaron los primeros, y a partir de ahí el mapa político de España empezó a cambiar.
Recreación de la Batalla de Almansa.
El museo de la Batalla de Almansa está junto a la oficina de turismo y es bastante completo. Hay reproducciones de cuadros, piezas originales, uniformes, armas y un recorrido interactivo que explica lo que ocurrió el 25 de abril de 1707. También hay visitas guiadas al campo de batalla, con rutas señalizadas que cubren unos siete kilómetros.
Además, cada año se organiza una recreación histórica en la que participan decenas de personas vestidas de época. Si se tiene la oportunidad de coincidir, es un plan muy recomendable.
Batalla de Bailén (1808) – Jaén
La de Bailén fue la primera vez que el ejército de Napoleón perdió una batalla en campo abierto. Fue un golpe enorme para los franceses y una inyección de moral para los españoles. El general Dupont acabó rindiéndose ante las tropas de Castaños y Reding, y aquello cambió el curso de la Guerra de la Independencia.
Recreación de la Batalla de Bailén
En el centro de Bailén está el Museo de la Batalla, que destaca desde fuera por su forma de cañón. Dentro, hay seis salas que recorren el conflicto de forma clara y didáctica: causas, protagonistas, consecuencias, armas, uniformes, documentos y una maqueta del campo de batalla con soldados de plomo.
Cada dos años se celebra una recreación histórica con la participación de asociaciones locales. Y durante el mes de julio hay actos conmemorativos. Una buena forma de conectar con lo que ocurrió en 1808 sin salir del siglo XXI.
Cádiz y la Constitución de 1812
No fue una batalla, pero fue una revolución. Mientras en otras partes de España se luchaba contra los franceses, en Cádiz se estaba escribiendo una nueva forma de entender el país. La Constitución de 1812, conocida como ‘la Pepa’, fue la primera en la historia de España y una de las más avanzadas de su época.
Museo de las Cortes.
En Cádiz se puede seguir una ruta urbana por los lugares clave de aquellos años: el Oratorio de San Felipe Neri, el Museo de las Cortes, la Plaza de España, la iglesia del Carmen o la Alameda. En cada sitio hay algo que contar y en conjunto forman un recorrido muy completo.
El centro de interpretación junto al oratorio explica el contexto histórico y muestra objetos originales. Y el Museo de las Cortes guarda una maqueta de la ciudad de 1777 que impresiona por su nivel de detalle. Un paseo urbano por el Cádiz constitucional que deja claro que las grandes decisiones también se tomaron entre claustros, no solo en los campos de batalla.
Batalla de Vitoria (1813) – Araba
Fue la última gran batalla de la Guerra de la Independencia. Las tropas aliadas (españolas, británicas y portuguesas), lideradas por el futuro duque de Wellington, derrotaron al ejército francés que protegía la huida de José Bonaparte. La victoria forzó la retirada final de las tropas napoleónicas y abrió el camino para la restauración de Fernando VII.
Monumento de la Batalla de Vitoria.
En Vitoria-Gasteiz se puede visitar el Museo de Armería, que guarda una colección notable de armas, uniformes y objetos de la época. Una de sus secciones está dedicada a la batalla de 1813 y ayuda a contextualizar tanto lo ocurrido como sus consecuencias políticas.
Y para quien quiera ir más allá, el sendero que sube al cerro de Jundiz permite recorrer parte del terreno donde se libró el enfrentamiento. Desde allí se entiende mejor cómo se movieron los ejércitos, qué buscaban y por qué aquel día acabó marcando el final de una guerra de seis años.
Batalla del Ebro (1938) – Terres de l’Ebre
Fue la batalla más larga, más sangrienta y más simbólica de la Guerra Civil. En el verano de 1938, el ejército republicano cruzó el Ebro en un intento desesperado por frenar el avance franquista. Durante más de 100 días, miles de combatientes lucharon en trincheras, refugios y pueblos que hoy todavía llevan las marcas de la destrucción.
Museo de la Batalla del Ebro de Fayón.
Los Espacios de la Batalla del Ebro agrupan más de una decena de lugares visitables: desde el Poble Vell de Corbera d’Ebre, arrasado por los bombardeos, hasta las trincheras de Vilalba dels Arcs, los hospitales de sangre de Batea o los refugios de La Fatarella. Todo está conectado por rutas señalizadas, paneles explicativos, cinco centros de interpretación temáticos o el propio Museo de la Ballata del Ebro de Fayón.
Recreaciones virtuales, objetos originales y testimonios de supervivientes completan un recorrido que es tan histórico como emocional. Porque pocas veces la historia reciente ha dejado una huella tan física y tan visible en el paisaje.