El llamado «Plan de Reparación Histórica de los Ahorros de los Argentinos» permitirá desde el 1 de julio hacer transferencias bancarias mensuales de hasta 43.000 dólares (50 millones de pesos) y colocar plazos fijos de hasta 85.000 dólares sin justificar su origen
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“Tus dólares, tu decisión”, con ese eslogan el Gobierno de Javier Milei lanzó el “Plan de Reparación Histórica de los Ahorros de los Argentinos”. El presidente ultraderechista promueve que aquellos argentinos que tengan dólares “bajo el colchón” los ingresen al sistema financiero sin tener que justificar el origen de los fondos. Voces expertas señalan que se abre una puerta a la evasión fiscal y el lavado de activos.
Desde el 1 de julio se podrán hacer transferencias bancarias mensuales de hasta 43.000 dólares (50 millones de pesos) y colocar plazos fijos de hasta 85.000 dólares sin justificar su origen, es decir, por fuera del radar de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA). “La premisa será que lo tuyo es tuyo y podés gastarlo y usarlo como quieras”, dijo el vocero presidencial Manuel Adorni, acompañando al ministro de Economía, Luis Caputo, en la presentación del plan. El Gobierno calcula que las familias guardan “bajo el colchón” o fuera del sistema financiero, 270.000 millones de dólares.
La medida, anunciada a través de un decreto presidencial, se toma sólo algunos meses después de un blanqueo exitoso que consiguió 20.000 millones de dólares, pero que ya se evaporaron de las reservas del Banco Central. Además, después de tomar 20.000 millones de nueva deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Esto evidencia que el Gobierno necesita más divisas norteamericanas para mantener la estabilidad macroeconómica y llegar sin sobresaltos a las elecciones legislativas de octubre.
“Es un blanqueo”
Ricardo Aronskind, economista e investigador económico señala a elDiario.es que él cambiaría la frase “Tus dólares, tu decisíón” por “Los dólares del fisco, tu decisión”. “Esto es un blanqueo de capitales. Uno puede aparecer en el banco y depositar por mes hasta 50 millones de pesos sin decir de donde los sacó. Si vos tenés un stock no declarado podés cada mes depositar hasta esa cifra. La idea es que un sector de la clase media-alta exteriorice fondos que tiene y con eso haga una compra que no podía justificar antes, por ejemplo, adquirir un auto de alta gama o una casa. Y, además, está la cuestión del origen de esos fondos: por ejemplo, alguien que vendía droga y ahora quiere comprar un auto tranquilamente”.
El ministro Caputo declaró que “esto no es un blanqueo”, sino un “cambio de régimen” que busca dar “libertad” a los argentinos para decidir sobre sus ahorros. Sin embargo, el Gobierno pretende generar expectativas de ingreso de capitales que no necesariamente están garantizadas. Su plan consiste en desmantelar los controles fiscales a comercios, organismos y personas físicas, para que éstas puedan sacar dólares y pesos del colchón y nutrir el sistema financiero. El Ejecutivo enviará un proyecto de ley al Congreso la semana próxima según anticipó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
Pablo Tigani, director de Fundación Esperanza y profesor en la Universidad de Buenos Aires, afirma que esta medida representa la posibilidad de blanquear dólares, sin justificación de origen y sin más respaldo jurídico que un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU). “La Casa Rosada oculta el verdadero contenido, que es una amnistía para quienes no tributaron, sin distinción alguna entre evasión fiscal, enriquecimiento ilícito o incluso lavado de dinero. No existe aún legislación sancionada que respalde esta medida”.
En línea con el equipo económico, la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) avanza con la instrumentación del plan e insta a los gobernadores a adherirse al mismo, advirtiendo que de lo contrario dejarán de contar con acceso a la información fiscal recabada a nivel nacional.
La provincia de Buenos Aires se opone
Desde la provincia de Buenos Aires, gobernada por el peronista Axel Kicillof, ya advirtieron que la medida carece de seguridad jurídica en tanto no haya una norma sancionada por el Congreso. Por lo tanto, en la provincia continuarán con los controles tributarios.
Ante la consulta de si Argentina va camino a convertirse en una república bananera, Aronskind contesta afirmativamente. “Desde el punto de vista internacional esto es catastrófico, hay regulaciones que han sido impulsadas fundamentalmente por Estados Unidos y avaladas por la Unión Europea para trabar los flujos ilegales de dinero. Aclaro, no es que se pueda aparecer en el banco con 200 millones de dólares de un día para el otro, pero sí se habilita a que una franja de la población de buenos ingresos se tiente de blanquear el dinero. Por otra parte, existe un componente político, de si la gente le cree al Gobierno. Porque si después llega al poder un gobierno más fiscalista y vuelve a poner controles, puede ser que haya un resto de desconfianza”.
Para Tigani, la posibilidad de blanquear capitales sin identificar su origen es una bomba de tiempo financiera y política. “Una apertura irrestricta puede tener consecuencias graves. En primer lugar, pone en riesgo la relación con organismos internacionales que exigen estándares mínimos de compliance (cumplimiento normativo) y trazabilidad financiera. En segundo lugar, desalienta el ingreso de inversiones formales, dado que ningún inversor serio deposita su capital en un país que institucionaliza el lavado de activos”.
Desde el FMI, la secretaria de Comunicaciones, Julia Kozack, recordó que el gobierno de Milei se comprometió durante la negociación del megapréstamo a “fortalecer la transparencia financiera y respetar las normas antilavado”. En otras palabras, el organismo crediticio internacional estará monitoreando lo que ocurra en Argentina, más allá del apoyo irrestricto de Donald Trump a su principal socio ideológico de Sudamérica.
De trasfondo también está la necesidad de acumular reservas. Desde que el FMI prestó los primeros 12.000 millones de los 20.000 millones de dólares totales, el Gobierno perdió reservas por casi 1000 millones. Antes del primer desembolso del Fondo, había en el Banco Central 24.221 millones de dólares, que escalaron a 34.400 millones el 16 de abril, luego del envío de fondos. Días más tarde se superaron los 39.000 millones por el aporte de organismos multilaterales. De allí en más bajaron hasta los 38.000 millones. Milei y Caputo habían prometido que, para mayo, las reservas estarían por encima de los 50.000 millones.
A esto se suma que el plan de Milei con los ahorros de los argentinos nada tiene que ver con la inversión productiva, explica Aronskind. “El régimen apunta a que la clase media-alta salga a comprar autos de alta gama y casas. El Gobierno quiere aumentar las reservas del Banco Central, pero estimula a que la gente compre un auto de alta gama que es importado prácticamente al 100%. Este régimen no invita a la inversión productiva y sí apunta a un gasto y consumo suntuario de un quintil de la población argentina”.