La compositora concluye uno de los movimientos musicales más importantes de todos los tiempos al comprar sus grabaciones originales
Por qué Taylor Swift es el fenómeno más grande y rentable de la música reciente
Taylor Swift ya es dueña de su música. La artista ha comprado los derechos de sus seis primeros discos en el que es uno de los acontecimientos más importantes en la historia de la música pop. Swift, que desde 2021 ha puesto patas arribas toda la industria discográfica con su movimiento de regrabar sus álbumes originales para ser dueña de su arte, cierra el episodio con la adquisición de todas sus grabaciones originales. “Por fin puedo decir estas palabras: Toda la música que he compuesto… ahora me pertenece… a mí”, ha anunciado la compositora en una carta escrita a mano para sus fans.
“Casi dejé de creer que esto pudiera suceder después de 20 años esperando una recompensa que se me ofrecía y luego se me quitaba. Pero todo eso ya es pasado”, ha declarado Taylor Swift, que asegura que “decir que esto es el sueño hecho realidad de una superestrella es, en realidad, quedarse bastante corto”. “Todo lo que siempre he querido era la oportunidad de trabajar lo suficiente como para poder comprar y adquirir mi música por completo”, apunta la artista, que lleva gran parte de su carrera luchando por ser la dueña de su arte, según confesó en 2019, cuando la discográfica de sus antiguos discos le denegó la compra de los mismos.
Ahora, Taylor Swift ha llegado a un acuerdo con el último propietario de su trabajo, Shamrock Capital, para poseer todo su trabajo, como ella misma cuenta en la carta: “Todos mis vídeos musicales, todas las películas caseras, los recuerdos y las fotografías, las canciones inéditas, cada pequeño detalle, la magia, la locura, cada símbolo, el trabajo de toda mi vida”. En su extensa declaración, que llega justo cuando se cumple el primer aniversario de sus conciertos en el Santiago Bernabéu, Swift palma su felicidad por cómo resultaron los eventos de los últimos seis años: el hecho de no poder comprar su música la llevó a regrabarla, que dio vida al concepto de la gira The Eras Tour, la más taquillera de la historia y cuyas ganancias le han permitido recuperar todo su catálogo.
Taylor Swift ante un público enfervorecido en el Bernabéu
Todo comenzó en 2005, cuando una joven de dieciséis años nacida en Pensilvania se paseaba por las discográficas de Nashville con una guitarra y un disco casero de canciones country. Por ella se acabaría interesando el recién nacido Big Machine Records, sello independiente con el que firmaría un contrato y publicaría sus seis primeros álbumes —Taylor Swift, Fearless, Speak Now, Red, 1989 y reputation—. Cuando ese contrato expiró en 2018, la artista decidió firmar para Republic Records, sello con el que se aseguró de tener la propiedad de sus futuros discos. Sin embargo, para poseer los derechos de los anteriores ya era demasiado tarde.
La guerra estalló en el momento en que Scott Borchetta, fundador de Big Machine Records, vendió la discográfica a Scooter Braun, persona de la cual Swift había estado recibiendo un “incesante” y “manipulador acoso” durante años, según expresó en un comunicado a través de Tumblr en el verano de 2019. “Mereces ser dueño del arte que haces”, escribía la cantante, con la esperanza de que aquellos jóvenes “con sueños musicales” que la estuvieran leyendo “aprendieran a protegerse mejor en una negociación”.
El giro que se produce más tarde en la historia se debe a que el contrato firmado en 2005 posibilitaba a la estadounidense volver a grabar su vieja música si así lo deseaba. Mientras que Braun poseía los derechos de las grabaciones de esos seis álbumes, Swift conservaba los derechos de composición por ser la autora de todas las canciones —lo que le ha permitidosiempre usar sus letras para lo que quisiera sin necesitar el consentimiento de nadie—. A raíz de ahí, la cuatro veces ganadora del Grammy a Álbum del Año decidió embarcarse en un proyecto que tuvo en vilo a la industria musical desde el primer día.
La primera canción regrabada que publicó Taylor Swift fue Love Story (Taylor’s Version), uno de los grandes clásicos de la música country. A esta le continuó el lanzamiento del álbum Fearless (Taylor’s Version) en 2021 y Red (Taylor’s Version) a finales de ese mismo año. Desde entonces no hizo más que comenzar lo que muchos han definido como “la Taylormanía”, un fenómeno a la altura de los Beatles. La artista vendió más de un millón de discos solo en Estados Unidos en la semana de lanzamiento de Midnights (2022), su décimo álbum de estudio y el primero en ver la luz tras el comienzo de la era de las regrabaciones. En 2023, Swift dio comienzo a su mastodóntica gira The Eras Tour, la más grande de toda la historia de la música, y durante su trascurso lanzó sus discos Speak Now (Taylor’s Version) y 1989 (Taylor’s Version).
Esta no es la primera vez que Swift se preocupa por los derechos de los artistas. Su música no ha estado disponible durante años en plataformas de streaming como Spotify debido a las malas condiciones que estas ofrecen a los cantantes. Además, ya en 2015, la intérprete de cardigan envió una carta a Apple Music para expresar su desacuerdo con que no los remuneraran por las canciones reproducidas en los tres meses del periodo de prueba. Su amenaza de eliminar su álbum 1989 (2014) de la aplicación fue más que suficiente para que Apple Music cambiara su política de pago al día siguiente. [Noticia en desarrollo]