Un año de temperaturas récord en el agua está destruyendo la vida en el Mediterráneo

Las aguas están desde mayo de 2024 más de 2ºC por encima de la media y llevan todo 2025 con temperaturas superiores a las de los picos: «No es es solo en verano, es ya durante todo el año»

Las aguas de Balears y Alicante tienen los niveles más bajos de oxígeno de todo el Mediterráneo

El Mediterráneo español está al cierre del mes de mayo bastante más de dos grados por encima de la temperatura normal. No se trata de un pico puntual, sino que el mar lleva meses encadenando una ola de calor marino tras otra, es decir, superando el umbral de temperaturas que dispara las mortandades masivas de especies.

“Cuando miramos desde hace tres o cuatro años parece que estamos en una ola permanente”, explica la investigadora del Sistema de Observación Costero de las Illes Balears (SOCIB), Mélanie Juza. “Desde aquel año de récords en 2022, hemos tenido una situación similar en 2023 y 2024. Seguimos con un patrón muy caliente. De hecho, en el mar Balear podría decirse que la ola de calor está instalada casi desde noviembre pasado”.

Aunque el recuerdo de un mes de marzo “muy frío” pueda distorsionar la impresión de cómo está comportándose el termómetro en 2025, lo cierto es que los datos de la Agencia Estatal de Meteorología indican que el invierno fue “muy cálido” en la península y Baleares; lo mismo que el pasado mes de abril –con más de 1ºC por encima de la media–. Mayo está acabando con un “episodio cálido” que deja temperaturas propias de un mes de julio.

Todo esto se deja sentir en las aguas del Mediterráneo que, por sus características, se recalienta el doble que el resto del planeta. Es un mar casi cerrado donde las anomalías térmicas duran más tiempo –le cuesta más renovarse con agua más fresca del Atlántico porque solo tiene la vía del estrecho de Gibraltar–. Además, la cuenca está en una zona de persistentes altas presiones subtropicales lo que añade más radiación solar al agua.

“El mar tiene mucha inercia por lo que tarda más que el aire en calentarse, pero también más en enfriarse”, aclara Juza. Eso quiere decir que, con el calor extra que ha recibido durante meses ya acumulado, “va a ser difícil que se refresque en los meses próximos”, argumenta la científica. De hecho, “ya no solo observamos olas de calor en verano, es que ya es todo el año”.


Mapa de olas de calor marino al cierre de mayo de 2025

Los mapas de temperatura del SOCIB muestran cómo la ola de calor en estos momentos se concentra especialmente en el Mediterráneo occidental y más agudamente en varias áreas de la costa española como el mar de Alborán, en mar del Levante y el Balear.

Muy caliente, muchos días, mucho tiempo

Un mar con la temperatura disparada, además de ser un indicador evidente de cómo el planeta está tragando calor extra retenido en la atmósfera por la costra de gases de efecto invernadero inyectados por los humanos, es un desastre para la flora y fauna marinas. También para las actividades económicas asociadas al mar. A eso se le añade la subida del nivel que se come la costa.

“Los efectos de la subida de la temperatura del agua se notan mucho cuando estás a pie de mar”, cuenta el director de expediciones de Oceana, Ricardo Aguilar. El investigador atiende a elDiario.es a bordo del catamarán Oceana Ranger rumbo, precisamente, al Mediterráneo: “Vemos mortandades masivas de especies que no pueden desplazarse para huir del calor extremo como las esponjas o las gorgonias”. También “cómo algunas algas se decoloran por la temperatura”.

La sucesión de olas de calor en este mar está detrás de ese tipo de mortandades masivas que han afectado a más de 50 especies a lo largo de miles de kilómetros de la cuenca, desde el mar de Alborán al Mediterráneo oriental, según ha expuesto un estudio del Instituto de Ciencias del Mar. En ese grupo se han hallado algas y esponjas, pero también especies cruciales “para el mantenimiento de la mayoría de los hábitats marinos como son la posidonia y los corales”, advertía el trabajo.

Vemos mortandades masivas de especies que no pueden desplazarse para huir del calor extremo como las esponjas o las gorgonias. También cómo algunas algas se decoloran por la temperatura

Ricardo Aguilar
Director de expediciones de Oceana

Las praderas de Posidonia oceanica occidentales han decaído entre un 13% un 38% en el último medio siglo, según los estudios del CSIC. Y un 50% en el resto de la cuenca. Algunas poblaciones de corales han caído entre un 80% y un 90%, según calcularon investigadores del Instituto de Ciencias de Mar del CSIC y la Universitat de Barcelona.

Ricardo Aguilar amplía el catálogo de impactos. “Detectamos cada vez más llegadas de especies tropicales. Especies propias, por ejemplo, del golfo de Guinea que entran en el sur del Mediterráneo”. También observa, explica, “que cuando llega el verano se forma un mucílago sobre las praderas de posidonia, una capa de microalgas y bacterias favorecida por las altas temperaturas y la gran cantidad de nutrientes que llegan con los vertidos del turismo”.

Otro aspecto que está siendo estudiado es cómo el calor está empujando a las piscifactorías del litoral a sumergir cada vez más sus corrales para poder funcionar. “Tienen que hundirse hasta 20 metros en verano para prevenir el calor extremo”, explica este reciente trabajo de las Universidades de Alicante y Miguel Hernández (Elche). El ritmo está de 4,3 metros extra cada década, calcularon.

“También las especies marinas mediterráneas están emigrando por el calor”, añade Ricardo Aguilar. Especies que “solo veíamos en el Mediterráneo y el sur de la península ibérica y ahora se hallan en el golfo de Bizkaia”. Algunas buscadas por los pescadores, como el salmonete, comenta. Otras variedades están rastreando un lugar donde poder sobrevivir como las tortugas bobas que comienzan a anidar en las playas españolas (algo muy inusual hasta hace poco).

De vuelta a la situación actual, Mélanie Juza resume que “en lo que llevamos de año, el mar ha estado muy caliente muchos días, mucho tiempo”. Y Aguilar, desde el catamarán de Oceana, remata: “Se está notando mucho, cada año. Y todos los años”.