Elecciones presidenciales en Polonia: el candidato de Tusk se perfila como ganador frente al aspirante ultraconservador, según los sondeos

Los primeros sondeos dan a Rafal Trzaskowski un 50,3% frente al 49,7% del historiador nacionalista Karol Nawrocki. Trzaskowski ha pronunciado el discurso de victoria, aunque técnicamente el margen de error podría dar un vuelco al resultado electoral

Polonia descubre lo difícil que es salir del túnel de la ultraderecha

Rafal Trzaskowski, el actual alcalde de Varsovia y candidato apoyado por Donald Tusk, se perfila como ganador, con una ligerísima ventaja, de la segunda vuelta de los comicios presidenciales de Polonia celebradas este domingo, según los primeros sondeos de pie de urna publicados tras el cierre de los colegios electorales. Si los resultados oficiales confirman lo pronosticado por Ipsos, Trzaskowski ha derrotado por un estrecho margen (50,3%) al historiador nacionalista Karol Nawrocki (49,7%), aspirante independiente pero respaldado por Ley y Justicia (PiS), el partido ultraconservador que retenía la jefatura del Estado desde 2015.

“Hemos ganado”, ha afirmado Trzaskowski inmediatamente después de conocer los primeros sondeos a pie de urna, cuyo margen de error es de dos puntos, por lo que técnicamente el resultado oficial podría dar un vuelco.

La lucha por el Palacio Presidencial se abrió de par en par tras la ajustada victoria de Trzaskowski en la primera ronda del pasado 18 de mayo, marcada por los buenos resultados de la extrema derecha. Las encuestas previas a este segundo turno dibujaban una contienda muy reñida, prácticamente un empate, que hacía imposible predecir el resultado. La Comisión Electoral Nacional polaca espera tener los resultados definitivos este lunes por la mañana o a primera hora de la tarde a más tardar.

El ganador reemplazará al actual presidente Andrzej Duda, aliado del PiS, cuyo segundo mandato expira este verano – y que no podía volver a presentarse a la reelección–. Fue precisamente Trzaskowski quien se enfrentó a Duda en las últimas presidenciales de 2020, que perdió por apenas dos puntos. 

La de este domingo ha sido una cita electoral crucial, en la que se han batido en duelo dos visiones marcadamente diferentes del futuro de Polonia. A un lado Trzaskowski, aspirante europeísta, de la Varsovia liberal y cosmopolita, con un programa de centroderecha bajo el brazo. Al otro, Nawrocki, de retórica nacionalista y centrada en los valores tradicionales, que contaba con el espaldarazo de la Administración Trump y se ha presentado a las elecciones con la promesa de que Polonia “vuelva a ser un país normal”.

Las presidenciales también se han convertido en un referéndum informal sobre el primer ministro Tusk, que ha hecho campaña junto al candidato de Plataforma Cívica (PO) en un momento en el que las encuestas apuntan a que muchos polacos están decepcionados con su gestión.

En Polonia, el presidente tiene poderes limitados en comparación con otros sistemas –tiene cierta influencia en la política exterior y de defensa–, pero tiene el derecho de veto sobre las iniciativas legislativas, aunque hayan sido aprobadas por el Parlamento, una prerrogativa que Duda ha utilizado con frecuencia. La coalición de Tusk no cuenta con una mayoría parlamentaria suficiente de tres quintos para anular el veto presidencial.

Trzaskowski, de 53 años, se ha comprometido a acabar con la difícil cohabitación e impulsar las reformas prometidas por Tusk, que llegó al Gobierno despertando grandes expectativas y con la bandera de deshacer el legado del PiS en temas como el derecho al aborto, severamente restringido en el país. Pero la capacidad del Ejecutivo para cumplir estas promesas ha quedado obstaculizada en parte por el poder de veto del presidente. Se cree, por tanto, que la llegada del candidato de Plataforma Cívica a la jefatura del Estado puede facilitar las cosas a Tusk y acelerar su agenda, pero las diferencias internas dentro de la ecléctica coalición gubernamental también se consideran un factor de peso en la falta de cumplimiento. 

Para poder ganar en la segunda vuelta, el alcalde de Varsovia ha intentado mantener un complicado y cuidado equilibrio: seducir tanto a los partidarios de los candidatos ultras eliminados en la primera ronda como a los progresistas decepcionados y escépticos con el Gobierno de Tusk. Trzaskowski ha mantenido un tono duro en materia de migración, pero también se ha comprometido, por ejemplo, con la liberalización del aborto.

De confirmarse el triunfo del candidato liberal, Polonia dirá adiós a la era política del PiS, en un ciclo que comenzó 2023, con la llegada de Tusk al poder tras ocho años de gobiernos ultraconservadores que se convirtieron en un quebradero de cabeza para Bruselas por sus embestidas contra el Estado de Derecho.