Sira Rego: «Espero que no haya ningún escollo del PSOE para ampliar la edad de voto a los 16 años»

La ministra defiende que «un argumento de polarización no puede restringir un derecho. Nos situaría en el debate de 1931, cuando se decía que el voto de las mujeres optaría por partidos más conservadores» en referencia al escoramiento, sobre todo de los hombres jóvenes, hacia la extrema derecha

El Ministerio de Juventud e Infancia ultima una ley para rebajar la edad de voto a los 16 años

Un debate político viejo ha reemergido cuando media España está de vacaciones de Semana Santa. Ampliar la edad mínima para votar a los 16 años ha estado en la agenda de los partidos políticos de izquierdas desde hace tiempo. Unidas Podemos, ERC, Sumar e incluso el PSOE –en este caso a través de las Juventudes Socialistas– han planteado iniciativas parlamentarias u orgánicas dentro de sus formaciones para dar cabida a estos jóvenes en el censo electoral.

La discusión ha vuelto a coger vuelo esta semana tras confirmarse que el Ministerio de Juventud e Infancia está ultimando una norma para materializar esa intención en el BOE. La ministra del ramo, Sira Rego, admite en esta entrevista con elDiario.es que la fracción de Sumar dentro del Gobierno –de la que forma parte– todavía no ha negociado la reforma con el PSOE y plantea el cambio como un “acicate” contra la desafección de los jóvenes con la política. “Tenemos muy claro que nuestra acción gobierno tiene que ampliar derechos”, asegura, y “a partir de ahí se podría precisar o matizar de qué manera se va incluyendo a la población de 16 años en distintos momentos electorales”. La reforma se plasmaría dentro de la nueva ley de juventud, cuyo borrador está prácticamente cerrado, aunque habría que cambiar después, como condición indispensable, la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG).

¿Por qué impulsar ahora esta reforma para ampliar el derecho a voto a los 16 y 17?

Por primera vez en la historia en España contamos con un Ministerio de Juventud e Infancia y desde el principio nos ponemos a trabajar con la idea de que nuestro país tenga una primera ley de juventud a nivel estatal que reconozca una parte de los derechos de la juventud de manera específica: en vivienda, en derechos labores, lo que tiene que ver con los cuidados… Aquí también planteamos que haya una beta de derechos que se fundamenten en la cuestión de la participación política. Por eso llevamos muchos meses trabajando. Queríamos que la propia ley fuera una experiencia de participación de los jóvenes, no una norma preparada y redactada por el Ministerio de Juventud. Han participado muchas entidades que representan a miles de personas jóvenes y en todos los territorios. Estamos hablando de una dimensión enorme y el resultado es un documento de 400 páginas.

Si hay dos temas que interpelan a la juventud, uno es desde luego la vivienda por todo lo que tiene que ver con la posibilidad de desarrollar un proyecto de vida, pero el otro es la participación política y la desafección que hay, que no es despolitización. No es verdad que la juventud esté despolitizada y lo que planteamos con esta ley es empezar a crear canales que vuelvan a reenganchar a las personas jóvenes, que sea un acicate para que participen de manera activa en la política y en la construcción de las políticas públicas institucionales de nuestro país. Ahí surge incorporar la ampliación del voto a los 16 y 17 años. Es una demanda histórica de la juventud, cuando yo militaba en el movimiento estudiantil ya lo reclamábamos y sigue estando muy vigente. Tiene más sentido que nunca. Cada vez tenemos menos población joven y, aunque ampliar la edad de voto no es el único mecanismo, lógicamente, para desactivar la desafección política sí que es un instrumento que puede ayudar sustancialmente.

Su socio de Gobierno ha tenido tradicionalmente una posición reticente a este cambio y la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, despejó esta semana que el asunto no se ha tratado en “ningún órgano colegiado del Consejo de Ministros”. ¿Tienen confirmado su apoyo para sacar la ley adelante con este contenido?

Estamos trabajando a todos los niveles de manera muy directa y, aunque no me corresponde a mí hablar de otro partido político, hemos visto que el Partido Socialista ha incluido esta cuestión en su último Congreso Federal como una de las propuestas –de las Juventudes Socialistas–, lo que viene a sumarle a otros partidos de la izquierda de nuestro país. Estamos, además, avanzando muy bien a nivel parlamentario. Se ha creado una subcomisión para poder tratar el tema de la reforma de la LOREG.

Lo importante es que se plantea dentro de la ley de juventud, que hablamos de la ampliación de un derecho y que en cualquier caso es un debate social interesante. Es un tema que forma parte de la conversación pública y nos saca de la confrontación. Nos pone a hablar más en términos de ideas y menos en términos de barro. Desde las organizaciones políticas que formamos parte de Sumar tenemos muy claro que nuestra acción de gobierno tiene que ampliar derechos y esta es una de esas medidas. Creemos que es importante, aunque sea en términos de debate público plantear esto. Estamos trabajando en la ley aunque todavía no se ha presentado. Tenemos el borrador tras un trabajo ingente de dar traducción jurídica a todas las propuestas que han hecho las personas jóvenes, pero todavía no hemos empezado a tramitarla, lo haremos en pocas semanas y espero contar con el apoyo del Consejo de Ministros, desde luego.

¿Esperan o está pactado que así sea? ¿Han llegado a ese punto de la negociación?

No hemos llegado a ese punto, pero espero que no haya ningún escollo, puesto que en términos políticos los partidos que formamos parte del Gobierno hemos recogido la medida, al menos en lo que tiene que ver con los documentos políticos de cada organización.

¿Temen que no salga adelante finalmente?

No contemplo demasiado ese tipo de escenarios. Procuro manejarme siempre en los presentes. Estamos en fase de terminar de trabajar el borrador de la propuesta. La ley de juventud no solo contempla la ampliación de la edad de voto, sino otras muchísimas medidas, como mecanismos para la participación bastante interesantes. Confío en que la saquemos adelante y, en cuanto a la reforma para ampliar la edad de voto supondría modificar otra ley, la LOREG, ahí se podría precisar o matizar de qué manera se va a incluyendo a la población de 16 años en distintos momentos electorales. O sea, planteamos que desde esa edad se tenga derecho al sufragio activo, pero a partir de eso habría que formular concretamente la LOREG. Esto va a ocurrir con la ley de juventud y veremos el alcance y los procesos posteriores.

Ampliar la edad de voto no es el único mecanismo para desactivar la desafección política, pero sí es un instrumento que puede ayudar sustancialmente

Sobre la discusión en torno a ampliar el derecho a votar a los 16 y 17 sobrevuela casi siempre un asunto: el acercamiento de los jóvenes a opciones de extrema derecha. ¿Las posibles reticencias del PSOE tienen que ver con este hecho?

Yo no sé si hay reticencias, pero, en el caso de haberlas, a quien habría que preguntarle sería a ellos porque lo justo es que puedan explicarlo. En cualquier caso, un argumento de polarización no puede restringir un derecho. Nos situaría en el mismo debate de 1931. Es curioso cómo se replican los argumentos. Entonces se decía que si le dábamos la posibilidad de votar a las mujeres optarían por partidos más conservadores. La historia nos ha demostrado que no es así. Además, en la ley de juventud no solo planteamos la ampliación de la edad de voto, sino que haya un itinerario en los propios currículos académicos para que tengamos más conocimiento de cómo funciona el Estado, los diferentes niveles competenciales en los órganos constitucionales. Sería un punto de inflexión no solo para los jóvenes sino para el conjunto de la población.

Para este 2025 está prevista una nueva edición del informe sobre la juventud de España que se publica cada cuatro años. ¿Ahí preguntan por la intención de voto? ¿Ya tienen resultados? 

La vamos a publicar en pocas semanas y hay una parte que tiene que ver con la cuestión ideológica. Es el 40º aniversario de manera que vamos a disponer de series históricas de cómo ha evolucionado el comportamiento de los jóvenes y las jóvenes. La idea de la polarización tiene muchos matices. Esto ya lo han comentado muchos sociólogos y personas expertas en la materia: lo que llama particularmente la atención en la generación más joven no es tanto la cantidad de voto que va a las opciones de extrema derecha sino la cuestión de género. Es decir, como esto está asociado profundamente a la cuestión de género.

Lo que llama particularmente la atención en la generación más joven no es tanto la cantidad de voto que va a la opciones de extrema derecha sino la cuestión de género. Es decir, como esto está asociado profundamente a la cuestión de género

También tenemos que analizar a qué se debe este comportamiento. Es verdad que hay más polarización del voto de hombre joven a la extrema derecha y, a la vez, el voto se polariza entre las mujeres jóvenes hacia opciones de izquierdas. En la última encuesta del CIS, dentro del apartado de personas que en las últimas elecciones no tenían edad de votar, se pueden observar los bloques. Vemos, sin ser algo matemático, que la distribución de votos es muy similar a la que se da en el resto de la población. Meter un peso específico en la cuestión de la polarización política estrictamente en la franja de más jóvenes no obedece a la realidad. Como hay polarización en toda la sociedad eso también afecta a los jóvenes. Porque forman parte de la sociedad.

Además, esta situación se puede deber precisamente al hecho de que hay una sensación de que la arquitectura institucional clásica está alejada de las personas jóvenes, de sus necesidades materiales. Esto abre desafíos y hay que garantizar los cauces de participación política porque pueden aliviar o pueden resolver algunas de las demandas de la juventud. Como es justo habilitar mecanismos que garanticen su vida en términos materiales y de proyectos de futuro, también lo es legislar para que se incorporen de manera activa a la participación política del país. Una cosa sin la otra se quedaría coja. Aparte, madurez política y madurez vital son dos cosas diferentes. Se puede tener una enorme madurez política independientemente de que tengas más madurez vital.

Es un tema que forma parte de la conversación pública y nos saca de la confrontación. Nos pone a hablar más en términos de ideas y menos en términos de barro

La vivienda es una de las principales preocupaciones de la juventud en España, ¿qué se puede esperar de la ley en este ámbito?

Ya existen leyes de vivienda de carácter estatal y regularlo no correspondería a esta ley, pero reconocemos el derecho a la vivienda de manera específica para las personas jóvenes. En general esta norma refuerza determinados derechos que ya existen para la población general, pero se definen de forma más concreta. Se trata del reconocimiento de un crisol de derechos, con la especificidad de la situación de la juventud y lo que supone en términos generacionales todo esto.

El Congreso ha aprobado finalmente la distribución de menores migrantes tras un año de negociaciones pero con el voto en contra de PP y Vox, que parece que se lo van a poner difícil en los trámites posteriores. ¿Cuál es el plan si las comunidades conservadoras se niegan a recibir a estos niños y adolescentes? ¿Apuestan por incluir sanciones en el reglamento que están desarrollando?

No contemplo ninguna posibilidad de que no cumplan con una ley, honestamente. El 28 de abril tenemos una conferencia sectorial a la que vamos a llevar una propuesta preliminar, no cerrada, para trabajar coordinadamente con las comunidades a pesar del bloqueo del PP, que está en algunas comunidades gobernando con Vox. Aunque no esté ya en los gobiernos autonómicos, sigue dictando la agencia del PP. Lo hemos visto en Aragón, en la Comunidad Valenciana y no descarto que ocurra en más lugares. Nosotros planteamos un mecanismo que tiene que ser solidario y vinculante para el conjunto de comunidades autónomas y, por tanto, se pueden hacer sugerencias y planteamientos. El espacio va a abrirse para poder trabajar colectivamente, pero el resultado tiene que ser un plan para la acogida. Confío en que hacia el verano estemos en condiciones de haber podido empezar a dimensionar correctamente el sistema de acogida con un criterio que consideramos de sentido común y que ya operan para otros servicios públicos como la sanidad, la educación o la dependencia.

¿Qué le parecen los ataques de Podemos a Sumar y al Gobierno de las últimas semanas? ¿Cómo hay que responder a eso como espacio político?

No me interesa demasiado. Estoy centrada en el trabajo que permite resolver los problemas de la gente y no sé cuánto los resuelve el hecho de que yo me ponga a conversar acerca de lo que defiende cada partido de la izquierda. Soy más útil planteando el trabajo que estoy haciendo. Estoy encantada de tener debates políticos e ideológicos con cualquier opción, con cualquier partido, pero lo que para mí es de interés es que la gente trabajadora de nuestro país viva mejor.

¿Habrá unidad en las próximas generales?

Más allá de estar pensando en la unidad, que creo que es deseable en términos políticos y mi organización, Izquierda Unida, lo tiene en su ADN, estoy en la materialización de los avances de la agenda social porque es un factor determinante para construir cualquier proceso de entendimiento entre las distintas posiciones de la izquierda. Estoy trabajando para que los chicos y chicas de este país puedan votar a los 16 años; para que salga adelante la ley de entornos digitales porque necesitamos un entorno digital que proteja nuestra infancia, sea democrático y tenga elementos de control público; estoy preocupada por terminar de materializar la agenda vinculante y solidaria de la acogida de niños y niñas porque tiene que ver también con un modelo de sociedad fundamentado en los derechos; por modificar la ley de violencia contra la infancia; o por resolver y firmar cuanto antes el Pacto de Estado para erradicar la pobreza infantil porque es una cuestión de protección a los hijos e hijas de la clase trabajadora de nuestro país.

Más allá de estar pensando en la unidad, que creo que es deseable en términos políticos, estoy en la materialización de los avances de la agenda social porque es un factor determinante para construir cualquier proceso de entendimiento entre las distintas posiciones de la izquierda

Dentro de la izquierda esto es lo prioritario porque en el tiempo histórico que nos ha tocado vivir tenemos un modelo de sociedad que trae la extrema derecha basado en el recorte, en dejar a la mayoría social en los márgenes del sistema, y hay que hacer todo lo posible porque la mayoría social trabajadora esté en el centro de las políticas. Lo demás me parece que es importante y que tiene que ver con dinámicas electorales, pero el esfuerzo debe estar puesto en otro lugar.

¿Ve a Yolanda Díaz de candidata? 

Ahora no estamos en esa fase. Yolanda es una mujer que ha hecho un trabajo extraordinario y eso es indudable. A mí no me corresponde responder a eso y hay una parte siempre personal que tiene mucho que ver. Con estas cuestiones siempre debemos escuchar lo que los seres humanos necesitan y se plantean en cada momento, pero Yolanda ha sido y es una figura de extraordinario valor político y de avance social notable para nuestro país. Estamos recibiendo todos los inputs positivos de su trabajo con la reforma laboral, con la mejora de los indicadores del empleo o con la mejora de los salarios.