Un estudio concluye que la altura del pequeño lago de Lanzarote donde habita el cangrejo ciego, una especie endémica, aumenta todos los años incluso después de eliminar el impacto de variables como las mareas o la deformación del terreno
Hemeroteca – El nivel del mar que rodea a Canarias sube cada año tres milímetros como máximo
El pequeño lago de los Jameos del Agua, en Lanzarote, está ganando en altura. Aún es imperceptible, alrededor de tres milímetros cada año. Pero el incremento es constante, no es posible asociarlo a una causa en concreto, como las mareas oceánicas o la temperatura del agua, y en los últimos años se ha acelerado, según un estudio.
La investigación fue liderada por el Instituto de Geociencias, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de la Universidad Complutense de Madrid, y publicada hace unos meses en la revista ‘Pure and Applied Geophysics’. Sus autores emplearon datos de un mareógrafo instalado en la cueva volcánica más emblemática de la isla conejera para analizar la variabilidad del nivel del mar desde 2005 hasta 2023.
“Ahí podemos medir las variaciones filtradas de manera natural. No tenemos el efecto del oleaje que hay en el exterior y hemos visto que, a lo largo del tiempo, las series de datos son muy buenas y de mucha calidad”, justifica José Arnoso, científico titular del CSIC y uno de los autores del estudio.
Los Jameos del Agua es una creación del artista lanzaroteño César Manrique. Su formación se debe al colapso del techo del tubo volcánico que surgió tras la erupción del volcán de La Corona, hace unos 21.000 años, en el municipio de Haría, en el norte de la isla.
Mapa que ilustra la ubicación de los Jameos del Agua, en el norte de la isla de Lanzarote, y el tubo volcánico de La Corona.
Parte del túnel quedó al descubierto. Parte que, precisamente, está inundada por fisuras, grietas y la porosidad de las rocas volcánicas, permitiendo que el agua del mar penetre 600 metros tierra adentro formando el lago que acoge al cangrejo ciego, una especie endémica que solo habita en algunos jameos. Manrique se encargó de embellecer el lugar para convertirlo en un centro de arte, cultura y turismo en armonía con el medio y la naturaleza, como hizo con tantos otros espacios de Lanzarote.
Los tres milímetros (3,3 mm para ser exactos) de crecimiento anual máximo en el lago de los Jameos del Agua no responden a una variable en específico. Los investigadores eliminaron el impacto de las mareas oceánicas mediante un software especializado, corrigieron el efecto de la presión atmosférica y el viento y también modelaron las alteraciones provocadas por la temperatura del agua.
Sobre esto último, de hecho, conviene hacer una aclaración. Cuando la temperatura del agua aumenta, las moléculas se mueven más rápido y se separan, lo que provoca que el líquido se expanda y ocupe más volumen. Cuando la temperatura disminuye, ocurre todo lo contrario.
Pues bien, la publicación encontró correlaciones entre esta variable y el nivel del mar dentro de un mismo año, en periodos de entre cuatro y ocho meses (probablemente por el calentamiento estacional); entre años, en escalas de aproximadamente 2 y 2,5 años; y en fases de alrededor de 5,5 y 9,5 años debido a la influencia de la actividad solar.
Lago de los Jameos del Agua, en Lanzarote
Los autores modelaron esta influencia, pero no la eliminaron directamente de la tendencia final porque la intención era hacer una estimación que no estuviera sesgada por las fluctuaciones periódicas.
Además, examinaron la deformación del terreno, otro aspecto clave para no sobreestimar ni infraestimar el resultado. ¿Por qué? El mareógrafo ubicado en los Jameos del Agua mide el nivel del mar relativo al suelo donde está instalado. Si el área alrededor del dispositivo se hunde, el nivel del mar parecerá subir más rápido de lo que realmente lo hace; pero si se eleva, la superficie marina parecerá crecer más lento o incluso bajar.
La estación con la que el Instituto de Geociencias midió el desplazamiento vertical del terreno se encuentra justo encima del mareógrafo, en el tejado del tubo volcánico. Es un punto de referencia estable que permite analizar la deformación de manera independiente al nivel del mar.
El estudio halló un ligero aumento vertical de la superficie de 0,16 milímetros cada año que sugiere, por tanto, que el lugar donde se encuentra el mareógrafo se está elevando. Así que los científicos tuvieron que calcular la variabilidad del nivel del mar teniendo esto en cuenta. De lo contrario, habría sido más difícil distinguir un fenómeno del otro.
El trabajo académico, al final, muestra un aumento anual de 3,3 milímetros en el lago de los Jameos del Agua después de remover, corregir y modelar prácticamente todo lo modelable. Es un crecimiento idéntico al registrado en otras regiones de Canarias mediante estimaciones con datos satelitales, de acuerdo con una investigación publicada en 2023. Por lo que, a pesar de las peculiaridades del punto de medición (un jameo), la tendencia allí observada parece responder a una realidad más global.
Vista aérea de la playa de Las Canteras, en Las Palmas de Gran Canaria.
“La serie del nivel del mar es una suma de muchos procesos o efectos. Y esos efectos tienen diferentes características temporales. Pueden ser rápidos o lentos. Por eso es importante tener una longitud de la serie muy larga”, defiende María Teresa Benavent, doctora en Ciencias Matemáticas por la UCM y una de las autoras del estudio.
La experta precisa que ella y el resto de sus colegas obtuvieron una serie de datos en bruto del mareógrafo y, “utilizando siempre métodos matemáticos”, fueron cogiendo esas cifras y las de fenómenos complementarios, como la temperatura del agua o la Oscilación del Atlántico Norte (NAO, en sus siglas en inglés), para ver si aparecían “elementos comunes”.
A partir de ahí, los autores reconocieron que “ciertas observaciones en la serie del nivel del mar” se deben a unas variables en concreto. Y después de eliminar eso de la serie “porque ya está identificado”, quedó la tendencia anual de 3,3 milímetros de aumento del nivel del mar.
“Este trabajo nos permite desarrollar metodologías para identificar muy bien esas componentes que hemos comentado. Y luego, lo que nos queda, forma parte de otro estudio diferente que involucra a investigadores de otras disciplinas”, continúa Benavent.
El científico titular de CSIC José Arnoso insiste: “Hemos podido modelar todo esto que genera alteraciones en el nivel del mar [mareas, temperatura, deformación del terreno…] y el resultado que no hemos podido modelar son esos tres milímetros que, casualmente, después de haberlo comparado con otras determinaciones del nivel del mar en Canarias, coincide. Es una forma de validar nuestra investigación”.
Casas en la costa de Ojos de Garza (Gran Canaria), uno de los puntos en alto riesgo por el cambio climático
Ambos expertos matizan que ese crecimiento de tres milímetros no es lineal y que “hay un aumento mayor en los últimos años que en los primeros”. Recalcan que tienen que “seguir trabajando, tanto en los métodos para tener más precisión, como en la longitud de la serie, porque necesitamos identificar qué es lo que hay ahí”. Y ante la pregunta de si el incremento estimado es mucho o poco, Arnoso responde con el socorrido “depende”.
“En una zona costera donde hay edificaciones o cultivos, una alteración de tres centímetros cada diez años, que en veinte serían seis, bien puede tener un efecto ligero en algunas zonas o no tenerlo en otras”, explica el científico.
“Hay algunas islas del Pacífico, como las Fiji, que es donde se están focalizando muchos estudios de estos porque la orografía no es muy elevada y si se mantiene un aumento continuado, algunas zonas pueden quedar inundadas”, remacha el experto.
En un contexto de crisis climática en el que el volumen de los océanos crece cada año tanto como 480 millones de piscinas olímpicas llenas de agua, ha calculado el servicio Copernicus de la Unión Europea, los autores de la publicación recuerdan que realizar este tipo de estudios “es muy laborioso” porque los mareógrafos brillan por su ausencia y es muy costoso mantenerlos.
“Toda la investigación que hacemos en Lanzarote la financiamos con proyectos que hemos conseguido en concurrencia competitiva”, destacan. Arnoso y Benavent agradecen al Cabildo de Lanzarote y también al personal de la Casa de los Volcanes por brindarles apoyo técnico en el Laboratorio de Geociencias. También a la Agencia Estatal de Investigación por el respaldo financiero.