El antiguo colaborador del expresident admitió haber participado de la trama corrupta Pretoria y haber ocultado millones de euros a Hacienda
Lluís Prenafeta, el que fuera el hombre fuerte de Jordi Pujol para desplegar la Generalitat recuperada tras el franquismo, ha fallecido este martes a los 86 años. El todopoderoso secretario general de la Presidencia durante una década (1980-1990) deja un legado de construcción del mito del pujolismo, pero también de corrupción.
Mano derecha de Pujol durante años, Prenafeta fue clave en los primeros años de los 23 en los que Pujol estuvo al frente del Govern. La Generalitat era una administración por construir, no tenía hospitales, escuelas o cuerpo policial en su poder, y Prenafeta fue uno de los hombres que desplegó el autogobierno catalán.
También contribuyó a dos facetas clave del mandato de Pujol: fue uno de los cerebros detrás del nacimiento de TV3, una televisión nacida en 1983 y que lejos de contribuir a una visión folklórica de la autonomía, normalizó la presencia del catalán en los medios. Asimismo, fue uno de los hombres en la sombra que ensalzó la figura de Pujol y proyectarle más poder del que en realidad tenía mediante una intensa agenda internacional y reuniones con mandatarios extranjeros.
Como otros hombres fuertes del pujolismo, Prenafeta no escapó de la corrupción tras salir de la Generalitat. En la pasada década, admitió confesó su participación en la trama corrupta Pretoria: recibió un año y once meses de prisión, que no cumplió, por dos delitos de tráfico de influencias y otro de blanqueo de capitales. A Prenafeta se le impuso una multa de 5,8 millones de euros.
La trama de la que formó parte Prenafeta invertía en terrenos municipales, esperaba a que un cambio de uso dictado por el ayuntamiento de Santa Coloma los revalorizara y, finalmente, venderlos a un precio superior. A cambio, se pagaron comisiones ilegales. Para ocultar las ganancias, además, los condenados tejieron un complejo entramado de empresas opacas en paraísos fiscales, como Suiza.
Durante su paso por la comisión Pujol del Parlament en 2015, Prenafeta defendió al expresidente catalán Jordi Pujol y negó haberse enriquecido con la política, pese a reconocer que regularizó dinero desde el extranjero.
“He sido amigo de Pujol, lo soy y lo seré”, dijo Prenafeta, solo pocos meses después de que la credibilidad del expresident saltara por los aires por la confesión de que había mantenido dinero sin regularizar durante años. Entonces Pujol mantenía unos pocos escuderos, al contrario que diez años después, cuando su figura va camino de una rehabilitación política completa pese a estar pendiente de juicio por corrupción.
En 2015, en cambio, muchos antiguos prohombres de Convergència estaban incómodos con su figura. No así Prenafeta, fiel hasta el final a su antiguo jefe. Ante los parlamentarios, Prenafeta se negó a hacer una “valoración moral” sobre el hecho de que la familia Pujol tuviera una fortuna oculta en Andorra. Por el contrario, reiteró el “gran respeto y admiración” que le merece la figura del expresidente de la Generalitat.
El exsecretario general de Presidencia admitió que cobró comisiones legales de Almstom y Siemens en el extranjero por las labores de intermediación que llevó a cabo para esas sociedades, pero insistió en que ya regularizó todo el dinero que tenía fuera de España.