«Una guerra comercial estúpida»: la UE trata de convencer a Trump de que los aranceles tampoco le benefician

La UE advierte de que responderá con «firmeza» ante decisiones «arbitrarias e injustas». Los líderes europeos se detienen en una “lluvia de ideas” sobre las carencias del continente en seguridad y defensa. España se resiste al incremento del gasto militar al que empujan Trump y la UE

BREXIT – Primer encuentro de un premier británico con los líderes de la UE tres el Brexit en un momento en que el laborista Starmer está impulsando un acercamiento del Reino Unido al bloque comunitario en seguridad y defensa

Trump pospone los aranceles a Canadá y México

Estaban convocados para una “lluvia de ideas” sobre el refuerzo de la defensa europea para, en buena medida, reducir la dependencia de Estados Unidos y, una vez más, Donald Trump ha protagonizado la cita. La reiteración de que impondrá nuevos aranceles a la Unión Europea ha copado gran parte de la cita de los líderes de los 27, que tratan de convencer al presidente estadounidense de que una guerra comercial no beneficia a nadie, salvo a China, según ha expresado la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas. 

“Los americanos necesitan a los europeos y los europeos necesitan a los americanos”, dijo la estonia. La dirigencia europea lleva tiempo asegurando que esta vez el bloque comunitario está mejor preparado para el mandato de Trump que en 2016, pero hace equilibrios para no enfadarle al tiempo que reivindican a la UE como una potencia estable y con un importante mercado de 450 millones de personas.

Cuando los líderes llegaron a la capital belga, Trump había decidido nuevos aranceles a Canadá, México y China, además de amenazar con imponerlos a la UE. Pero doce horas después, cuando abandonaron el ‘retiro’, había suspendido la medida para sus vecinos. El consenso en la UE es que las tasas son “dañinas para ambas partes”, pero el mensaje es de que el continente está preparado y de que “responderá con firmeza” cuando haya decisiones “injustas y arbitrarias”, según ha expresado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que aún espera a que Trump le dé audiencia. “La UE está preparada para un diálogo constructivo con EEUU, pero reconocemos los desafíos potenciales”, ha admitido sobre la volatilidad de la actual relación transatlántica.

“Europa es económicamente fuerte. Somos un espacio económico muy amplio con empresas de alto rendimiento que operan de forma competitiva a escala mundial. Estamos interconectados con todo el mundo y tenemos oportunidades de comerciar con todo el mundo. Por eso siempre sería bueno, desde la perspectiva tanto de EEUU como de Europa, que cooperáramos”, ha afirmado el canciller alemán, Olaf Scholz, que ha seguido con la terapia que los líderes de la UE iniciaron tras la victoria del populista republicano: “El requisito previo para el entendimiento es que uno conozca su propia fuerza. Europa puede actuar”. 

¿Comprar europeo o comprar a Trump?

En esa misma línea se ha pronunciado el primer ministro polaco, Donald Tusk: “Tenemos que hacer todo lo posible para evitar esta totalmente innecesaria y estúpida guerra comercial, pero al mismo tiempo y es mi consejo, tenemos que intentar hablar con los amigos americanos y no perder el sentido común”. El líder de uno de los países de mayor tradición atlantista ha llamado a la UE a no perder la “conciencia” del “interés” que tiene en EEUU pero tampoco la “confianza en sí misma” y ha definido un posible enfrentamiento comercial entre aliados como una “paradoja cruel” ante “peligros” como la “amenaza rusa y la expansión china”.

Aunque también ha reconocido que no le gusta la idea de una lucha entre aliados, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, ha abogado por una “respuesta colectiva y contundente” del bloque comunitario. Trump ha amenazado con tomar el control de Groenlandia, un territorio administrado por Dinamarca. “La respuesta a los aranceles es responder con las mismas acciones”, ha aseverado el luxemburgués Luc Frieden, que ha dicho que no quiere una “Ucrania 2.0”. “Yo no quiero empezar una guerra [comercial], yo quiero empezar negociaciones”, ha dicho el finlandés, Petteri Orpo. 

“Comprar europeo”, ha dicho la receta del “plan de acción” que ha planteado el presidente francés, Emmanuel Macron, como respuesta a las amenazas comerciales de Trump ante las que ha asegurado que Europa tendrá que “hacerse respetar”.

Por el contrario, el lituano, Gitanas Nauseda, ha apostado por ofrecer a Trump “algo que pudiera ser interesante y atractivo”, como un acuerdo de libre comercio sobre la automoción, aumentar la compra de gas natural licuado o comprarle más armamento.

La alianza post-Brexit en defensa

Entre los que han advertido al presidente estadounidense de que no le interesa la tensión económica con la UE ha sido el secretario general de la OTAN, Mark Rutte: “Ellos venden más a Europa que nosotros a ellos, y el superávit neto es de 180.000 millones de dólares desde 2022”. Ha sido la respuesta al déficit comercial que alega Trump para justificar las nuevas tasas.

En lo que ha insistido Rutte es en la necesidad de incrementar el gasto militar por parte de los países europeos. “Para evitar la guerra, debemos gastar más”, ha animado el holandés, que ha recordado, no obstante, que los aliados no americanos han incrementado en un 18% el gasto en los dos últimos años. Aún así, la creencia generalizada de los gobiernos europeos (antes incluso de que lo dijera Trump) es que se debe elevar el umbral por encima del 2% estipulado. 

Y esa ha sido parte de la discusión de los jefes de Gobierno este lunes en un ‘retiro’ convocado por el presidente del Consejo Europeo, António Costa, y al que ha asistido el primer ministro británico, Keir Starmer. Ha sido el primer encuentro de un premier con los líderes de la UE tres el Brexit en un momento en que el laborista está impulsando un acercamiento del Reino Unido al bloque comunitario. Y la seguridad y la defensa son dos de los aspectos en los que están más interconectados. 

“Reino Unido es nuestro socio natural. Y nuestra reunión ha confirmado que hay una nueva energía positiva en nuestra relación. Hay mucho que podemos hacer juntos en defensa y para afrontar los desafíos globales”, ha expresado Costa.

Deuda pública o flexibilidad en el déficit ante “tiempos extraordinarios”

El gran debate tiene que ver con el nivel de gasto y cómo se financia. Algunos de los frugales, como Finlandia, se han abierto a que se pueda emitir deuda conjunta (eurobonos) para aumentar la inversión en defensa. España siempre ha estado en esa posición. También cómo mejorar la cooperación entre los países europeos es uno de los temas que ha estado sobre la mesa en esa intención de incrementar la autonomía estratégica de la UE. 

La Comisión Europea presentará en marzo un Libro Blanco para la Defensa en el que tendrá que poner sobre la mesa soluciones “adicionales y creativas” para los deberes que se han autoimpuesto los gobiernos europeos: “Gastar más, mejor y juntos”. Los líderes tomarán decisiones en el mes de junio sobre algunas de esas ideas, que se suman a la necesidad de dar más espacio fiscal para el gasto en defensa mediante una flexibilización de las reglas del déficit y la deuda ante los “tiempos extraordinarios”, extender el mandato del Banco Europeo de Inversiones para impulsar ese sector como le han pedido por escrito Pedro Sánchez y otros 18 jefes de gobierno a Nadia Calviño, o los eurobonos. El primer ministro griego, Kyriákos Mitsotákis, ha defendido la necesidad de establecer un fondo europeo de 100.000 millones de euros para financiar proyectos comunes. Según Von der Leyen, la iniciativa ha tenido un “fuerte respaldo”.

España, una “isla” que se resiste al gasto militar

En cuanto al aumento del gasto, que tendrá un hito en la cumbre de la OTAN que se celebrará en La Haya en junio y para la que Rutte ha señalado al umbral del 3%, España se resiste a hablar en esos términos. No obstante, Pedro Sánchez no ha atendido a los medios de comunicación a su llegada a Bruselas. 

“No se trata únicamente de gastar más, sino también de gastar mejor. Para España, es importante que el debate sobre las capacidades tenga en cuenta que el aumento del gasto en defensa debe, a nuestro modo de ver, contribuir a reforzar la competitividad, a fortalecer la cohesión de la UE, a desarrollar la excelencia tecnológica y a crear empleo”, ha señalado fuentes gubernamentales. 

“No va de incrementar más el gasto en defensa, va de que tengamos un proyecto común en el seno de la UE no dependiente de la estrategia de Estados Unidos. Y la salida es esta, no es incrementar el presupuesto, sino que Europa tenga un espacio propio”, ha dicho la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que también estaba en Bruselas en un acto de la Organización Internacional de Trabajo. En declaraciones a los periodistas, ha apuntado a la necesidad de fomentar proyectos europeos como Airbus. 

La “isla” en que se ha convertido España, según la ha definido Díaz, ante el incremento de los gobiernos conservadores y el auge de la extrema derecha tiene por delante una dura batalla respecto al gasto militar, que el Gobierno calcula que llegará al 2% en 2029, una fecha incomprensible para el resto de aliados.