La instructora insiste en que la infraestructura no tuvo nada que ver con los fallecimientos del 29 de octubre y considera que «carece de sentido» la «insistencia» en las «afirmaciones erróneas»
La jueza de la DANA tilda de “auténtico bulo” la supuesta repercusión de la presa de Forata en la crecida del barranco del Poyo, un mito propagado por el mundo conspiracionista y por la extrema derecha que ha calado en algunos sectores de la población. “Se trata simplemente de otra cuenca”, explica la magistrada en un auto dictado este martes en el que deniega la declaración como testigo del senador del PP José María Chiquillo, solicitada por una de las acusaciones particulares. El político popular, según justificaba la acusación, participó en la ponencia de la cámara alta sobre la Ley para la protección de las infraestructuras críticas.
El auto es tajante: “Ha de descartarse de plano que los fallecimientos y las lesiones tuvieran cualquier tipo de relación con la presa de Forata”, que en ningún caso sufrió desbordamiento, coronación o rotura que derivara en un aumento del caudal “de manera súbita o inesperada”.
La magistrada se ha cansado del bulo. “Dichas afirmaciones erróneas eran disculpables en un primer momento de la investigación, pero la insistencia en el presente momento procesal carece de sentido, desvía el correcto análisis de los desbordamientos den barrancos y ríos, y no aporta elemento alguno en la investigación de los fallecimientos”. “Pese a la inisistencia de algunas acusaciones”, abunda la jueza, la presa de Forata no tuvo papel alguno en los fallecimientos de la DANA.
Es falso que la infraestructura “provocara en definitiva” las muertes. Así lo expresó “de manera clara, precisa y extendamente” el perito Francisco Vallés, ingeniero hidráulico e investigador del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA) de la Universitat Politècnica de València (UPV), en su declaración del pasado 9 de mayo.
La instructora recuerda que, tal como han explicado los peritos que han declarado en la causa, la presa de Fortata tuvo un efecto “netamente beneficioso” el pasado 29 de octubre, por lo que “carece de objeto” la citación del testigo propuesto.
“Han de centrarse las pruebas en el objeto de este procedimiento, expresado en reiteradas ocasiones, el aviso tardío a la población que no pudo adoptar medidas de autoprotección, que ya arrancó de una convocatoria tardía del Cecopi [Centro de Coordinación Operativa Integrado]”, afirma el auto.
Un bulo basado en meras “conjeturas”
La jueza lo repite varias veces en el auto: la tesis ‘conspiranoica’ de la presa de Forata “no se basa en ningún tipo de informe real [o] dato más allá de las conjeturas, y se aparta de la simple situación geográfica de la presa, en este caso la de Forata, en relación con los barrancos y cauces”.
“De forma clara”, remacha la instructora, el perito Francisco Vallés declaró que en el caso del barranco del Poyo, cuyo desbordamiento provocó la mayoría de los fallecimientos, “no hay ninguna presa” ni “ninguna obra hidráulica que haga de efecto laminador”.
Es tan simple como mirar el mapa del territorio valenciano: la presa de Fortata está situada en el río Magro. “La presa hizo un gran papel”, manifestó el perito. Lo cual hizo que se redujera el caudal a menos de la mitad, con un “menor potencial de causar daños”, tal como recuerda la jueza instructora.