El técnico del ES-Alert declaró a la jueza de la DANA que el aviso de la CHJ sobre la crecida del Poyo llegó a la Generalitat

Rodrigo E. P. destripó ante la instructora el corazón de Emergencias y explicó que una técnico y un superior recibieron los correos del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la Confederación Hidrográfica del Júcar que alertaron de los incrementos de caudal en la rambla durante la tarde del 29 de octubre

Un técnico declara ante la jueza de la DANA que no se envió el Es-Alert hasta que Pradas dio el “visto bueno”

Rodrigo E. P., técnico de protección civil asignado a la Sala de Mando y Control del Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat, fue el primer testigo que describió de primera mano la experiencia del envío del Es-Alert el pasado 29 de octubre, día de la catastrófica barrancada que ha dejado 228 fallecidos. El técnico declaró ante la jueza el pasado 6 de mayo que el sistema Es-Alert “está siempre preparado para que pueda enviarse un mensaje”, según reza el acta de la declaración a la que ha tenido acceso elDiario.es.

El testigo también apuntó a la entonces consellera Salomé Pradas, investigada en la causa, como la “máxima autoridad” cuando se envió la alerta automática a los móviles. “La consellera entraba y salía” de la sala del complejo de l’Eliana en la que se reunía el Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi), muy cercana al lugar donde se encontraba el técnico el pasado 29 de octubre.

“En cualquier caso”, agregó el testigo a preguntas de la jueza instructora, “la consellera insistió en que no se enviara ningún mensaje sin su visto bueno”. Un total de 10 técnicos de protección civil del Centro de Coordinación de Emergencias están acreditados con perfil de redactores y validadores del Es-Alert, “para poder ejecutar el mensaje”.

El testigo, ingeniero de obras públicas de formación, calculó que entre que se decidió mandar el mensaje y su envío definitivo pasaría “en torno a una hora”, aunque desconocía quién redactó el texto del mensaje, que la jueza instructora considera “erróneo” en su contenido, ya que no pedía a la población que se refugiara en altura.

Rodrigo E. P. describió el volumen de trabajo “extraordinario” del pasado 29 de octubre. Él estaba situado en la llamada “sala roja” del Centro de Emergencias, a poca distancia del espacio donde se reunía el Cecopi. “En las visitas en las que las autoridades entran y salen a su puesto de trabajo [en la sala roja], ellos transmiten órdenes y los técnicos las ejecutan”, explicó.

Pradas, acompañada por el subdirector general de Emergencias, el alto funcionario Jorge Suárez, y por otras autoridades que el testigo no logró identificar, accedía a la “sala roja” para transmitir las órdenes en relación con el Es-Alert. “La consellera insistió en que no se enviara nada sin su visto bueno”, afirmó el testigo.

Hubo un primer intento de envío de la alerta a los móviles a las poblaciones afectadas por el posible desbordamiento de la presa de Forata, que fue finalmente abortado. El segundo mensaje, enviado a las 20.11, se envió a toda la provincia de Valencia. Este mensaje, que la magistrada considera “tardío”, llegó cuando ya había fallecidos y cientos de ciudadanos permanecían atrapados por las inundaciones.

Aunque nunca se había enviado oficialmente la alerta (solo se había hecho un par de pruebas), los técnicos del Centro de Emergencias conocían mínimamente la aplicación. En el proceso de implantación del Es-Alert “se les formó sobre el funcionamiento básico, perfiles [o] qué personal iba a estar acreditado”.

El testigo también confirmó que la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) “envió un mensaje diciendo que el caudal del barranco del Poyo se había desbordado”, a través del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH). Rodrigo E.P. relató que una técnico de Emergencias, Antonia B., recibió por mail la información del SAIH sobre la crecida y la comunicó al jefe de la Unidad de Análisis, Juan Ramón C.

A pesar de que el dato —fundamental— fue anotado en el ‘CoordCom’, el sistema tecnológico que coordina a todas las agencias de emergencias, el testigo desconocía si fue comunicado al subdirector Jorge Suárez o al Cecopi.

“Todos estaban gestionando lo que buenamente podían”, declaró.

En Emergencias “no daban abasto”

Rodrigo E. P. no supo precisar en qué momento de la jornada colapsó el teléfono 112, aunque declaró que “el personal y los puestos que estaban no daban abasto”. “No era suficiente para gestionar lo que estaba entrando”, aseguró.

El testigo también relató que las llamadas al 112 “entraban de todos sitios”, no solo de la zona del río Magro. “Probablemente”, apostilló, también hubo llamadas de localidades afectadas por el desbordamiento del barranco del Poyo, tales como Chiva, Torrent o Catarroja, aunque no tenía un “recuerdo específico”.

“Cuando se decidió enviar el mensaje [del Es-Alert] a toda la provincia fue porque tenían incidencias en múltiples sitios (…), no solo en el río Magro”, declaró.