Este año no importa cómo lo escribas: el cine gallego es protagonista en Cannes, pero también en Cans

Las proyecciones en La Croisette de ‘Sirat’, de Óliver Laxe, y ‘Romería’ —rodada en Galicia— coinciden en el tiempo con la edición número veintidós del festival porriñés, cuna del ‘agroglamour’

Hemeroteca – Sísifo en Cans: el gran referente cultural del rural gallego se levanta cada año “desde cero”

Mientras Galicia protagoniza el Festival de Cannes con Sirat, la cinta de Óliver Laxe, y Romería la película de Carla Simón ambientada en Vigo—, el Cannes gallego, Cans, el festival de la aldea de O Porriño (Pontevedra) que ha sabido hacer de su nombre una marca, vive su propia fiesta. El glamour hollywoodense es aquí agroglamour, las limusinas y alfombras rojas se cambian por desfiles en chimpines y en lugar del Palais des Festivals del boulevard de La Croisette, aquí las proyecciones tienen como sede los jalpóns y jaliñeiros de los vecinos. Tal y como se viene haciendo desde hace veintidós años.

Antes de nada, un vocabulario rápido para quienes llegan por primera vez a esta localidad de apenas 400 habitantes: un chimpín es ese vehículo diseñado para transportes ligeros que en inglés llaman dumper y que en este festival sirve para pasear a las estrellas. Jalpón es la palabra que todo habitante de Galicia —incluso los que hablan castellano— utiliza para denominar lo que el resto del Estado llama cobertizo. Se escribe con j, pese a que en gallego no exista esa letra, para facilitar la fonética, ya que la pronunciación más extendida obliga a aspirar la ge y decir ghalpón. Es lo mismo que sucede con ghaliñeiro, el lugar en donde estos días las gallinas ceden su sitio a pantallas y proyectores.

Esta XXII edición arrancó el martes con la inaguración de un nuevo espacio, la Rúa Efémera (Calle Efímera) donde se rindió homenaje a la pionera del cine gallego Cruz Risco, en una jornada en la que fue protagonista la memoria histórica, en torno a la figura de Alfredo Bautista, Reisiño, quien estuvo preso durante tres décadas en la carcel franquista de la isla de San Simón, donde dibujó caricaturas de sus compañeros de prisión. San Simón, que está a la espera de su declaración como Lugar de Memoria, da título a la futura película de Miguel Ángel Delgado, de la que también se pudieron ver las primeras imágenes.

Al día siguiente, los vecinos fueron los protagonistas, con momentos emotivos como la colocación de la placa en el Muro de Chimpíns de Adriano Campos, de 91 años, “el hombre más viejo de la aldea”, que recibió además uno de los Chimpines de Prata de esta edición. El otro fue para la cantante Uxía Senlle, que conmemora con una gira sus 40 años de carrera.

En el Torreiro —la plaza de la iglesia, aunque el término suele identificar al campo de la fiesta— de Cans tuvo lugar la Noite dos Veciños, con homenaje a la señora Alicia y estreno del documental y el cantar de ciego sobre la tragedia de Cans: el 26 de febrero de 1955, hace 70 años, un autobús que se dirigía a la feria de Redondela chocó con una piedra y, al volcar, el depósito de combustible comenzó a arder. En el incendio murieron 31 vecinos y otros 11 resultaron heridos.

La apertura oficial no llegó hasta el jueves con la proyección de Antes de nós, la película de Ángeles Huerta sobre Castelao, el gran mito del galeguismo, antes de su salto a la política. En ella se narran dos episodios de su juventud en los que tiene un gran protagonismo su esposa, Virxinia Pereira, una figura en plena reivindicación. En 2021, el ayuntamiento de Pontevedra dio su nombre a la que hasta entonces era conocida como la Avenida Juan Carlos I.

Pero Castelao tendrá un doble protagonismo, con otra cita, este viernes, para la que se han agotado las entradas desde hacía semanas. Uno de los mayores valores de la música emergente gallega, Mondra, musicará en directo el cortometraje Miss Ledya, donde el propio Castelao aparecía como actor. Rodada en 1916, la cinta, de poco más de veinte minutos, está considerada la película de ficción más antigua de Galicia.

Aunque nació como festival de cortometrajes —en esta edición, 28 producciones compiten por alguna de la docena de premios previstos—, en Cans la música siempre tuvo un enorme peso, y no sólo por el certamen de videoclips, donde este año participa una veintena de piezas. La música es una constante a lo largo de las jornadas y tiene su colofón en el concierto que cierra el festival, el sábado, tras la gala de entrega de premios. Este año, Santero y los Muchachos aparecen como cabeza de cartel. La víspera, la banda sonora la pondrán el dúo Caamaño & Ameixeiras, que comparten protagonismo con Alfonso Zarauza. Si, en la Costa Azul, Robert de Niro se llevó su Palma de Oro de Honor, en la aldea de O Porriño el cineasta compostelano es el elegido para recibir el Premio Pedigree de Honor de esta edición. Zarauza, director de Ons, Os fenómenos o esa joya indie que es Encallados, recogerá el galardón treinta años después de su primer corto y mientras prepara su sexto largometraje, al igual que los anteriores, también en gallego. Como el que este año se escucha en Cannes.