Pies cansados, ¿qué podemos hacer para aliviar las molestias?

Al cabo del día, los pies han soportado el peso de nuestro cuerpo y acaban fatigados y con molestias, pero podemos evitarlo y tratarlo

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Quien más, quien menos, conoce la sensación de tener los pies cansados y doloridos al final del día. Aunque no solemos ser del todo conscientes de ello, lo cierto es que nuestros pies son los pilares del cuerpo porque soportan la totalidad del peso. Y, aunque no les solemos prestar mucha atención, hablamos de una estructura compleja e ingeniosa, formada por 26 huesos y 33 articulaciones, bien rodeados de músculos y nervios, que trabajan en un equilibrio perfecto y que es lo que proporciona soporte, equilibrio y movilidad. Ya lo decía Leonardo da Vinci: “El pie humano es una obra maestra de ingeniería y una obra de arte”. 

Nuestros pies soportan más del doble de nuestro peso corporal al caminar, lo que supone un gran estrés y tensión para las articulaciones, músculos, ligamentos, tendones y demás tejidos que nos permiten dar un paso tras otro.

Cuando nos duelen los pies, sufre todo el cuerpo porque son la base de toda nuestra estructura ósea. Se calcula que más de la mitad de la población adulta sufre dolores en los pies y cansancio. Descuidarlos puede traducirse en molestias no solo en los pies, también en rodillas y dolor en la parte baja y alta de la espalda.

Las causas detrás de unos pies cansados

Comprender el dolor de pies y el cansancio es esencial para dar con el alivio más eficaz. Como enumera el Colegio Oficial de Podología de la Región de Murcia (COPOMUR) en su web, detrás de unos pies cansados debemos ir a buscar causas como:

Estar de pie durante varias horas o caminar y realizar actividades que ejercen una presión excesiva sobre los pies durante periodos prolongados.
Usar un calzado inadecuado para nuestro pie (en este artículo explicamos qué debes tener en cuenta, según los podólogos, para elegir los mejores zapatos para el pie). Un mal calzado no proporciona ni el soporte ni la amortiguación adecuados.
Mala circulación sanguínea: si una persona es sedentaria o tiene problemas vasculares aumenta el riesgo de pies inflados y pesados.
Esfuerzo excesivo: realizar ejercicio físico sin el calzado adecuado también es uno de los motivos de fatiga muscular en los pies.
Falta de hidratación: aunque no lo parezca, la piel seca en los pies también puede provocar molestias y cansancio.

Los pies cansados también pueden tener algo que ver con diversas afecciones médicas, como una estructura anormal del pie (pie plano o con arco alto), que puede sobrecargar ciertos músculos y ligamentos y producir fatiga muscular. Pero también la obesidad está implicada en el dolor de pie. 

Según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), las principales afecciones de nuestros pies guardan una relación directa con el peso y la masa muscular. De acuerdo con los expertos, más del 50% de los españoles sufren dolor de pies asociado al sobrepeso, pero también a un calzado inadecuado y a la falta de ejercicio.

Remedios para tratar los pies cansados

Si llegamos por la noche con los pies fatigados y cansados, algunos tratamientos y remedios pueden ayudarnos a aliviar este malestar:

Masajes con aceites esenciales:

Pueden aliviar los pies cansados y doloridos porque ayuda a mejorar la circulación, reducir la tensión muscular y promover la relajación. También podemos automasajearnos los pies con una pelota de tenis, colocándola en el suelo y haciéndola rodar bajo el pie, ejerciendo una presión suave sobre todo en las zonas más tensas o sensibles. Un buen masaje ayuda a mejorar y mantener una buena circulación en los pies y a reducir el dolor y la inflamación.

Usar plantillas ortopédicas:

Esta medida es eficaz, pero tiene que estar sujeta a una supervisión del podólogo, ya que es el que sabe si pueden ser una solución efectiva para aliviar el dolor. Este tipo de plantillas están diseñadas para proporcionar soporte y amortiguación a los pies y pueden ser útiles en el caso de la fascitis plantar o pie plano.

Aplicar compresas frías o hielo:

Aplicar hielo en los pies al final del día puede ayudar en buena manera a reducir la inflamación, el dolor y la hinchazón. Al final del día también puede ayudarnos sumergir los pies en un baño de pies con agua tibia y aceites esenciales y dejar que el agua calme el cansancio. De no tener tiempo, también es útil usar toallas húmedas y tibias y envolverlas alrededor de los pies. Aunque no es tan satisfactorio como el remojo, aun así puede ayudarnos a relajarlos y calmarlos.

Poner los pies en alto:

Es una manera fácil y rápida de aliviar el dolor y el cansancio en los pies. Basta con levantar las piernas y relajar los pies. Además de aliviar la presión en los pies, también mejora la circulación y evita que se hinchen.

Utilizar medias de compresión:

Usar ropa de compresión también puede ayudarnos a mejorar la circulación sanguínea en los pies, a prevenir la retención de líquidos en los tobillos y la parte inferior de las piernas. Con los pies cansados, los calcetines de compresión pueden sujetarlos y aliviar el cansancio.

Hidratación:

Aunque es algo que solemos olvidar, la hidratación con cremas especializadas para pies nos ayuda a preservar la integridad de la piel. Tras un baño de pies nos ayudará aún más si aplicamos crema calmante e hidratante, una buena manera de prevenir la piel seca y los talones agrietados.

Realizar estiramientos:

Los músculos contraídos pueden causar dolor, y el estiramiento nos ayuda a aliviar esta rigidez. Una investigación publicada en Journal of Foot and Ankle Research demuestra que este ejercicio es especialmente eficaz para la fascitis plantar

La prevención de los pies cansados tiene la lógica recomendación de mantener un peso saludable y equilibrado porque, cuanto más peso llevamos, mayor es la tensión sobre las articulaciones y los pies tienen que soportar la mayor parte de este peso. Son todas recomendaciones fáciles y eficaces para el cuidado rutinario en casa. Pero si experimentamos molestias persistentes, siempre es aconsejable consultar con un podólogo.