Ubicada entre formaciones calizas y accesible solo a pie, esta construcción semirrupestre destaca por su sencillez arquitectónica y por el entorno natural que la envuelve
Esta ruta de senderismo en Cantabria apta para principiantes atraviesa cuevas, pasarelas y termina en una cascada
En el corazón del valle del Asón, cerca del municipio de Arredondo, se levanta una de las construcciones religiosas más singulares del norte peninsular. La ermita de San Juan de Socueva, parcialmente excavada en la roca, es un edificio de carácter altomedieval cuya antigüedad la sitúa como la iglesia más antigua conservada en Cantabria.
Declarada Bien de Interés Cultural en el año 1985, esta estructura representa un ejemplo excepcional de arquitectura religiosa en un contexto semirrupestre, donde el entorno natural condiciona tanto la forma como los materiales empleados.
Este pequeño templo está ubicado a unos dos kilómetros del núcleo urbano de Arredondo, sobre un abrigo rocoso en la ladera del monte, en un paraje de fuerte pendiente y difícil acceso. Su emplazamiento, alejado de centros poblados y enmarcado por un paisaje de paredes verticales, contribuye a reforzar la impresión de aislamiento que caracteriza a este tipo de edificaciones primitivas. El acceso debe realizarse a pie, desde la localidad de Socueva, siguiendo un sendero que pasa por la fuente del mismo nombre y asciende hacia la ermita, junto a una cruz de piedra caliza.
La singularidad de este monumento radica tanto en su origen como en su tipología constructiva. Se trata de un ejemplo claro de iglesia semirrupestre, un modelo arquitectónico en el que se aprovecha la propia configuración geológica del terreno para levantar espacios de culto, algo especialmente representativo del periodo altomedieval.
La utilización de la roca como soporte estructural, combinada con técnicas de mampostería de factura sencilla, define un estilo funcional que, sin grandes adornos, ha permitido que la construcción sobreviva hasta la actualidad.
Una estructura integrada en la roca
La ermita presenta una planta irregular, tendente al rectángulo, adaptada al perfil del abrigo natural en el que se inserta. El pavimento está formado por la propia roca del terreno, que asciende ligeramente hacia el fondo del espacio, donde se sitúa el altar. Los muros, realizados en mampostería, completan el cerramiento necesario para la celebración del culto. La cubierta actual es moderna, reconstruida para proteger el conjunto, pero mantiene la fisonomía sencilla y funcional del original.
Uno de los elementos más característicos del edificio es el arco triunfal de herradura que da paso al ábside. Este último es semicircular y está cubierto por una falsa bóveda. En él se abre una pequeña ventana vertical, que permite la entrada de luz natural. En el muro de acceso, también puede observarse un posible modillón de origen mozárabe, reutilizado como elemento decorativo. Todo el conjunto responde a una estética austera y a una lógica constructiva determinada por las limitaciones del terreno y la simplicidad de los medios técnicos disponibles en la época.
El altar conserva su configuración original. Está formado por una basa cuadrada, con esquinas achaflanadas, sobre la que se apoya una mesa troncopiramidal invertida. En su parte superior, se abre un hueco rectangular destinado, previsiblemente, a contener reliquias.
Esta disposición, habitual en el ámbito litúrgico altomedieval, refuerza la hipótesis de que fue edificada entre los siglos VII y X. Aunque no se dispone de documentación directa sobre su fundación, el análisis arquitectónico y formal permite situarla en ese arco cronológico.
Ermita de San Juan de Socueva, Arredondo.
Proyectos de valorización y conservación
El Ayuntamiento de Arredondo ha manifestado en los últimos años su interés por impulsar actuaciones orientadas a preservar y mejorar el acceso a la ermita. Entre las iniciativas planteadas se encuentra la creación de una pasarela de madera y un mirador que faciliten la conexión con otras zonas de interés patrimonial del entorno, especialmente con las cuevas rupestres cercanas, que forman parte de un conjunto geológico y arqueológico de gran relevancia.
Estas propuestas se enmarcan en un proyecto más amplio de valorización del patrimonio local, que incluye la promoción de la ermita como elemento destacado del itinerario cultural del Consejo de Europa ‘Caminos de Arte Rupestre Prehistórico’.
Este programa busca visibilizar los espacios vinculados al arte y la arquitectura de los primeros periodos históricos en Europa, conectando enclaves que, como San Juan de Socueva, conservan testimonios únicos de las primeras expresiones religiosas y culturales.