A finales del pasado mes de agosto, 27 veteranos trabajadores del servicio de Emergencias de Madrid, adscritos al SUMMA 112, regresaron de sus vacaciones estivales y se encontraron con la desagradable sorpresa de sus ceses en un servicio en el que la mayoría de ellos llevaba trabajando más de 25 años. “Recibí una llamada telefónica de un administrativo del departamento de Recursos Humanos para anunciarme que a partir de 1 de septiembre ya no acudiera a mi puesto de trabajo”, relata Gabriel, nombre ficticio de uno de los afectados que ejerce de portavoz de sus compañeros para denunciar su situación.